Cuando uno escucha hablar de una persona que ha sido parte de la lucha del campo mexicano, de inmediato piensa en un líder que ha pronunciado enérgicos discursos, en alguien que ha tomado carreteras, en alguien de sombrero y a caballo.
Y sí, en la historia y en el presente de nuestro país hay muchos perfiles del sector con un liderazgo de esas características, que son más parecidas a las que asociamos a los líderes revolucionarios y del inicio de las organizaciones campesinas.
Sin embargo, no son los únicos tipos de perfiles que trabajan por el campo y por el sector social, y tampoco es el único tipo de liderazgo con el que cuenta la lucha agraria.
Es cierto, los discursos y las movilizaciones emocionan, pero hay quienes, con números y letras, han hecho mucho por la lucha campesina.
Estos perfiles suelen tener un papel más discreto a la hora que se cuentan las historias del campo, pero sin ellos, muchos de los grandes logros, no existirían.
No digo que sean mejores unos que otros, digo que son totalmente complementarios y necesarios ambos; y que, así como las palabras convencen, el ejemplo arrastra.
Antier, un día después de los 110 años de la primera Ley Agraria, falleció Efraín Niembro Domingues, una persona de excepción en lo personal y en lo profesional.
Efraín tuvo una sólida formación académica. Fue parte de la hoy extinta ASERCA, dependencia destinada a fortalecer la rentabilidad y el ingreso de los productores.
En la legislatura pasada, fue Secretario Técnico de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados y hace apenas unos meses había sido designado para esa misma función en la Cámara de Senadores.
Hay muchas situaciones en la vida que son totalmente inexplicables y Efraín se nos adelantó tras apenas unas cuantas semanas de un diagnóstico complejo.
Por su pluma y por su trabajo pasaron muchos documentos y proyectos de enorme relevancia para el sector; paciente, agradable y ocupado siempre por su otra gran causa que era el autismo.
Tuve el honor de hacer equipo y de aprender de él. Siempre, una persona comprometida, propositiva y positiva.
Efraín fue un hombre que se ganó el respeto de todos, que hizo mucho por el campo y que me enseñó que también se puede ser líder sin necesidad de levantar la voz.
Se nos fue un hombre ejemplo de sabiduría y de amor por la familia. Lo vamos a extrañar.
Descansa en paz Efra.