Tamaulipas es un estado que desde hace muchos años vive una realidad compleja por una inseguridad que ha frenado el crecimiento económico y el desarrollo de esta gran entidad.
No es un problema de este gobierno ni del anterior, es una situación que lleva décadas de arraigo en nuestra tierra y una historia en la que ha habido pasajes verdaderamente tristes.
Lo saben todos los funcionarios del poder público y lo sabemos todos los ciudadanos; tratar de pintar una realidad diferente es querer tapar el sol con un dedo, es engañarnos solos.
Y esa realidad es justamente la que obliga a tener la mayor sensibilidad política posible; esa realidad demanda mucho sentido común en los gobernantes, y decisiones congruentes y consistentes.
Nadie espera que el problema se acabe en unos meses, pero sí esperamos que se entienda el papel que debe tener un gobierno.
Hace unos días, en el Congreso del Estado de Tamaulipas se aprobaron, a iniciativa del Ejecutivo, una serie de cambios al escudo de armas de nuestro estado en el que se incorporan nuevos elementos relativos a energía, campo, desarrollo portuario, entre otros.
Y más allá del diseño y de los nuevos elementos, lo cierto es que se trata de un error político por un protagonismo mal aconsejado.
Se equivocaron porque la pregunta de muchas y muchos ciudadanos es: ¿de verdad esto es lo más importante que tiene que proponer nuestro Poder Ejecutivo y que aprobar el Legislativo en un estado como el nuestro?
Los cambios debieron haber venido de una convocatoria a los artistas tamaulipecos y a la ciudadanía; debieron haber nacido del Congreso y no en el Ejecutivo; y sí, el gobernador debió haber asistido como el gran invitado de honor a la develación del nuevo escudo de armas, bajo este contexto.
Pero el principal protagonista de esta iniciativa debió haber sido la gente.
Basta ver las redes sociales donde los comentarios son claros y van, desde críticas al diseño hasta quienes afirman que el tractor del escudo de armas ya no tiene diésel por la falta de apoyos, o que en ese camino faltan poncha llantas o retenes.
Tamaulipas requiere acciones y propuestas de fondo de sus autoridades; en cambios, como la actualización del escudo de armas, bien es posible apoyarse todavía más en la ciudadanía.