Un fenómeno particular se aprecia en Tampico en el último año, diferente a lo afirmado por estas fechas del 2020, cuando presagiaban un severo problema de reactivación económica ante el cierre de los negocios causado por la pandemia del covid-19 y las altas exigencias de la Secretaría de Salud para su actividad.
Prácticamente pusieron en el paredón al intento de la micro, pequeña y mediana empresa de contribuir a través de nuevos productos, algunos existentes, como otros importados pero con un potencial grupo de consumidores ávidos de probarlos o adquirirlos. Casi fue la crucifixión de especialistas en la materia.
A la fecha el panorama es totalmente opuesto. Inversionistas sustituyeron a quienes de plano dejaron la actividad en el ramo de proveeduría de servicios a la industria, alimentos o esparcimiento. Además de esto, surgió un objetivo de tener franquicias y trasladarlas hacia esta localidad.
Por eso vemos en estos días la apertura de locales de cadenas locales, regionales, nacionales e internacionales, caso Kurai, Café Andrade, hasta Tim Hortons, KFC, Firehouse Subs y demás.
En ciertos rincones de la ciudad coexisten negocios con un enfoque directo, artículos de belleza, comida japonesa o coreana, artículos asiáticos, gourmet naturista y, en resumen, lo no propiamente masivo o popular.
Esto le da un toque distinto a una población donde habita casi un millón de ciudadanos y, aunque se veía muy distante, encontraron desde el grupo juvenil e infantil alternativas de consumo inmediato.
No todo está en los centros comerciales, tiendas departamentales o esperar unos días al arribo tras comprarse en alguna plataforma como Amazon, MercadoLibre, Alibaba o hasta Temu. Ya existen tiendas físicas.
Y planteado lo anterior, existen áreas de oportunidad en desarrollos visiblemente abandonados y desorganizados.
Triste caso de Plaza Crystal, está a punto de cumplir un año y sin poder recuperarse del impacto causado por Chedraui al cerrar su supermercado.
Más grave se encuentra Plaza Palmas, cuyo esfuerzo individual de varios propietarios no alcanza para una reactivación total.
Ahí puede gestarse algo, si se concreta una coordinación entre la iniciativa privada y el gobierno de Mónica Villarreal.