Al consolidarse los respectivos triunfos electorales del pasado 2 de junio, las primeras acciones de quienes ahora encabezan las administraciones municipales en Tampico, Ciudad Madero y Altamira fueron conocer las necesidades de una región donde convergen casi un millón de habitantes, con actividades diversas como el campo, petroquímica, el ramo portuario, el comercio, servicios y turismo.
Siendo abanderados de Morena, Mónica Villarreal Anaya, Erasmo González Robledo y Armando Martínez, adelantaron antes de la toma de posesión el pasado 1 de octubre, la conformación de una iniciativa denominada Pacto por el Sur, entendido como una idea que aterrice proyectos de todo tipo en beneficio de los habitantes de esta parte del país.
En estos momentos, cada autoridad trabaja en la elaboración de un Plan Municipal de Desarrollo.
Se efectuaron algunas reuniones entre el sector público con representantes de la iniciativa privada, colegios y la sociedad civil.
El mismo debe ser presentado cuando se cumplan los 100 días de gobierno, que para nuestro conteo deberá mostrarse la primera quincena de enero.
Dicho lo anterior, son diversos los temas de mucha urgencia. Durante la semana pasada se abordó el tema de la vialidad, con propuestas como un segundo piso en la Avenida Hidalgo o buscar la manera de hacer más fluido el tránsito vehicular entre la zona centro con la parte norte o hasta Altamira.
En ese sentido, también se encuentra la problemática que sufren decenas de miles de personas, la movilidad.
Rampas y terminales exclusivas para el abordaje de transporte público contrasta con la poca oferta de vehículos rutas y rapidez de traslado. La opción más viable para esto es un Metrobús o Trolebús, gestionado ante el gobierno federal.
Lo anterior, junto a mejorar la recolección de basura, el arreglo de las avenidas, sin dejar a un lado la seguridad pública, integran la lista.
También cabrán las propuestas que cada alcalde expondrá para cerrar un documento fijo a plantear en los siguientes años.
La referida iniciativa tiene en el papel dirigirse al pueblo, muy distante de aquel movimiento llamado “El Sólido Sur”, en tiempos del priismo, cuyo fin era un objetivo político en lugar de mejorar la calidad de vida de tampiqueños, maderenses y altamirenses.