La gira realizada por Tamaulipas no solo sirvió de festejo por el Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados al consolidarse el 5 de noviembre la constitucionalidad de las reformas en materia judicial; surgió un mensaje muy claro enviado por Gerardo Fernández Noroña.
Comenzó en Tampico frente a militantes guindas y aliados, como en presencia de la alcaldesa Mónica Villarreal, los senadores Olga Sosa, Maki Ortiz y José Ramón Gómez Leal, las diputadas locales Úrsula Salazar y Lucero Deosdady Martínez. El parteaguas fue lo que viene.
“Nuestro movimiento debe ir unido. No podemos estar del mismo lado y pelearnos entre nosotros, debemos trabajar juntos porque, mientras vivamos, no vamos a sufrir ninguna derrota electoral en una contienda presidencial. Este movimiento va a gobernar por décadas esta patria”, fue parte de sus palabras.
Lo mismo replicó en Altamira, como también en Ciudad Victoria y Matamoros, también ante actores relevantes como los alcaldes Armando Martínez, Lalo Gattás y Alberto Granados respectivamente, frente a miembros del Congreso del Estado y legisladores federales, ante grupos cuya mayoría eran adultos mayores y jóvenes.
Si por algo lo comentó el actual presidente de la Mesa Directiva en el Senado de la República, hombre de mucha experiencia en materia legislativa, es ante la característica de Morena desde su fundación, consolidación, crecimiento y llegada al poder en 2018.
La controversia es su etiqueta tan singular, es su marca registrada. Incluso ahora, con el arribo de Claudia Sheinbaum, existe una clara distancia de los fundadores que lograron aquel registro histórico en el 2014 ante el INE, con aquellos provenientes del PRI, PAN, PRD o Movimiento Ciudadano. Con todo y sus choques internos, salieron avantes en el último sexenio.
Si el morenismo quiere conseguirlo, como lo planteó Fernández Noroña, requiere un tejido muy fino, más en esta época de tomar posesión en alcaldías importantes, con diversos grupos internos dispuestos a ejercer control. Faltan liderazgos decididos a poner orden.
En la casa de enfrente, el nuevo dirigente nacional del PAN Jorge Romero Herrera prometió recuperar los sitios perdidos, incluido Tamaulipas. Si entre choques los guindas ganan elecciones, ¿cómo le harán los azules si sus rivales realmente se unen?