Desde aquí y hasta el 1 de octubre, la expectativa acerca de los nuevos gobiernos municipales en Tamaulipas estará muy alta ante el arranque de su administración, precisamente en esa fecha, poniendo en casos como Tampico el final de una historia y el comienzo de otra, la evaluación final de los últimos seis años y cómo se perfila el nuevo ayuntamiento.
En el puerto, uno de los siete con mayor población y presupuesto, catalogado política, económica y mediáticamente como el más importante de la entidad ante los ojos de México y el mundo, vivirá una nueva alternancia, la quinta desde el 2000, pero la primera sin un presidente municipal emanado del Partido Acción Nacional o del Revolucionario Institucional.
Será Morena y arribará apenas a 10 años de su fundación. Mónica Villarreal Anaya fue elegida por la ciudadanía y, a diferencia de esa tónica de polarización o política tóxica, hay un buen acuerdo con Chucho Nader en el proceso de entrega-recepción, con algunas excepciones como Alejandra Hernández del equipo entrante, que tensa la relación cuando no hay motivo alguno.
El edil azul, quien pasará a diputado federal, apostó por la imagen urbana en zonas turísticas como la laguna del Carpintero, desde el nuevo recinto ferial y ganadero, la llegada de la rueda de la fortuna y la Zona Centro, sin dejar atrás la Ciudad Deportiva. Todo esto se concentró en la parte sur de la ciudad.
Ahora, en lo manifestado por la futura munícipe, el objetivo es dar el debido mantenimiento pero sin olvidar la parte norte, donde se encuentra más de la mitad de la población.
Sectores como López Portillo, Enrique Cárdenas, Puertas Coloradas, Niños Héroes, Villahermosa y demás también requieren un cambio de imagen, tanto en parques públicos e instalaciones deportivas.
Lo adelantado por su equipo, apenas llegué el primer día y sin tener que esperar a un acto protocolario, es lanzar un programa de ayuda social para los sectores vulnerables, incluído en sus acciones de 100 días.
Y dicha administración guinda trae entre el ámbito privado de todos los niveles, desde los altos capitales hasta la micro, pequeña y mediana empresa, ilusión por la cercanía con Américo Villarreal Anaya, el gobernador.
El fin es algo de continuidad pero con mano propia.