Dos años de Morena en Tamaulipas

Tamaulipas /

Bajo la sombra permanente del cabecismo, el gobernador morenista Américo Villarreal Anaya cumple dos años al frente de la administración del gobierno de Tamaulipas.

Al transcurrir el primer tercio del sexenio, la entidad tamaulipeca parece encontrarse en una especie de parálisis operativa. La falta de obras de impacto regional es el sello de un proyecto que llegó al poder con altas expectativas entre la población.

“Debido a su incompetencia, a su hipocresía y a su deshonestidad, dejaron a Tamaulipas no solo en una crisis por la debilidad de sus finanzas, sino por la bancarrota moral en la que concluyeron su mandato”, fue parte del discurso del mandatario al arranque de su sexenio.

La mayoría de los tamaulipecos seguramente estuvo de acuerdo en ese momento con esa postura, principalmente porque el pasado sexenio panista tuvo como sello la prepotencia y el abuso del poder.

Más allá de esa aversión y persecución al grupo político del exgobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, para muchos muy meritoria, el ciudadano de a pie exige resultados tangibles que abonen al desarrollo social, educativo y de salud, porque lo visto hasta ahora es insuficiente, aunque la costumbre de “otros datos” permea también desde la federación a los estados y municipios.

“En términos generales vamos bien, a las instituciones que hasta ahora hemos revisado: Contraloría, Finanzas, Administración, Salud, Coepris, Agricultura, Pesca, andamos en un 8.5, yo creo que vamos bien”, fue la calificación otorgada por Américo Villarreal Anaya a su gabinete cerca de cumplir el primer año en el poder.

A dos años, a pesar de las promesas de mejorar la seguridad en el estado, la violencia ha continuado siendo un problema significativo, con incidentes relacionados con el crimen organizado.

Los servicios de salud y educación han sido temas de preocupación, especialmente tras el impacto de la pandemia de COVID-19 y el paro magisterial, conflicto que sigue de manera velada.

El pésimo manejo de la crisis hídrica puso en evidencia la capacidad operativa de organismos como la Comapa Sur. La gestión del agua ha sido un tema crítico en Tamaulipas, especialmente en el sur, donde la falta de agua potable y el manejo de recursos hídricos han generado tensiones.

El balance de dos años deja a deber a los tamaulipecos y seguramente el resto del sexenio será más complicado si no se toman medidas a tiempo que lleven a buen puerto la administración estatal.


  • Víctor Hugo Martínez
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