Con frecuencia sale un nuevo iluso de la clase política al cual se le ocurre la brillante idea, de que la solución a la crisis de seguridad pública que vive nuestro país se resuelve negociando con los narcos, ahora tocó el turno de Manuel Espino Barrientos diputado de MORENA y ex Presidente Nacional del PAN, quien propuso una comisión de diálogo y pacificación con el crimen organizado.
Tampoco está tan alejado del disparate de Andrés Manuel López Obrador a finales de su sexenio, de hacer llamados a la responsabilidad del crimen organizado, para que dejaran de realizar actos contrarios a derecho y es que hay que ser obtuso de mente para no entender que los criminales llevan a cabo esos actos porque les es altamente lucrativo, les conviene y no van a negociar si no obtienen algo que les reditúe aún más y ello no se les puede ofrecer.
¿Qué les piensan ofrecer? ¿Perdón por sus crímenes? ¿Condenas reducidas? ¿Una bolsa de trabajo con empleos legales?
¿Créditos?, en fin, cualquier ofrecimiento factible no les es redituable, porque ningún trabajo paga lo que obtienen por la vía ilegal y aunque algunos acepten negociar a cambio de condenas reducidas o perdón absoluto, otros no lo harán y esos que no lo hagan buscarán a los traidores para matarlos, así le pasó al Cártel de Cali en Colombia, en donde la cúpula se entregó, pero sus antiguos socios fundaron el Cártel de Norte del Valle que después los persiguió.
Además, se está pensando en que los narcotraficantes se pueden controlar, cuando no llegarán a la mesa en desventaja, porque materialmente controlan regiones enteras y por tanto tienen monedas de cambio altas.
Por no mencionar el hecho obvio de que dichas negociaciones son ilegales, pero también inmorales, porque cómo le vamos a explicar a las miles de familias que han perdido a integrantes por la violencia, que ahora vamos a perdonar a los responsables o que legalizaremos la fortuna de los perpetradores de miles de desapariciones.
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