Desde la llamada Guerra contra el Narcotráfico impulsada por el expresidente Felipe Calderón y hasta la estrategia de Abrazos, no balazos de Andrés Manuel López Obrador, las administraciones han buscado mitigar los estragos que la presencia del crimen organizado ha dejado en la sociedad mexicana.
Si bien la captura o abatimiento de grandes capos supone un gran golpe para las organizaciones criminales, diversos episodios han expuesto que, al igual que un ave fénix, algunos de los cárteles han resurgido de las cenizas para continuar con el legado y negocio ilegal marcado por sus fundadores o líderes.
La captura de Joaquín El Chapo Guzmán en el sexenio de Enrique Peña Nieto o de José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro y la captura y extradición de Ovidio Guzmán López en la administración del mandatario tabasqueño, han sido presentadas ante la opinión pública con bombo y platillo, sin embargo, la violencia continúa siendo parte del día a día de millones de habitantes del país azteca.
- Te recomendamos Balazos, sin abrazos
La resistencia del Cártel Santa Rosa de Lima
El amargo sabor de boca que dejó el fallido operativo con el cual personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) intentó detener a Ovidio Guzmán López -hijo de El Chapo Guzmán- en 2019 fue redimido con la captura de José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro.
Fue el 2 de agosto de 2020 cuando tras múltiples trabajos de inteligencia y con un sofisticado operativo popularmente conocido como 'Timonazo' autoridades federales lograron aprehender al líder de una de las organizaciones criminales más violentas que opera en Guanajuato: el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL).
- Te recomendamos Anabel Hernández y las mujeres que 'amaron en el infierno' de Arturo Beltrán Leyva Policía
Por unos meses se creyó que la captura de El Marro supondría un paso hacia la pacificación del estado que durante años ha atravesado múltiples olas de violencia. Se equivocaron.
De acuerdo con datos analizados y obtenidos por el periodista Óscar Balderas para Milenio, a tres años de la captura de José Antonio Yépez Ortiz, Guanajuato encabeza la lista de las entidades con mayor incidencia de homicidios, además de que delitos como el ordeñamiento ilegal de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) -mejor conocido como huachicol- continúa siendo parte de la realidad del estado cuyo gobierno encabeza el panista Diego Sinhue.
El Cártel Santa Rosa de Lima figura también como una de las organizaciones criminales con mayor presencia en los municipios que conforman el estado de Guanajuato, cuyo control se los disputan con su aguerrido enemigo a muerte el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otras células criminales como Los Durango, La Unión de León y el Cártel Nueva Plaza, según un informe realizado por AC Consultores filtrado de los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por Guacamaya Leaks y consultado por Milenio.
La resistencia que ha mostrado tener el grupo delictivo fundado por El Marro se relaciona con el plan que el mismo José Antonio Yépez Ortiz construyó en caso de que fuera aprehendido o asesinado, el cual consistía en dejarle el control de la organización a su hermano Rodolfo Yépez Ortiz, El Rudy.
Lo que nadie esperaba era que el hermano de El Marro fuera detenido en noviembre de 2022 por militares en Baja California luego de que no pudiera comprobar la posesión legal de miles de dólares en efectivo por lo que, nuevamente, el liderazgo del Cártel Santa Rosa de Lima quedó a la deriva… o al menos eso se creía.
Antes de su captura El Rudy logró establecer alianzas con el grupo de Los Escorpiones -escisión del Cártel del Golfo- y con mercenarios colombianos, quienes a su vez quedaron bajo el mando de Karem Lizeth Yépez Ortiz, hermana de El Marro que previamente había sido identificada como jefa de plaza del Cártel Santa Rosa de Lima en Celaya.
La información -obtenida tras el hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el grupo de hacktivistas Guacamaya y consultada por Óscar Balderas para Milenio- confirma que el Cártel Santa Rosa de Lima atravesó altibajos tras la captura de José Antonio Yépez Ortiz, sin embargo, actualmente se encuentra fortaleciéndose con una mujer al mando que busca continuar con el legado criminal que inició su propio hermano.
El resurgimiento de Los Caballeros Templarios
La madrugada del 27 de febrero de 2015 personal de la extinta Policía Federal desplegó un intenso operativo en el número 49 de la calle Fidencio Juárez en la ciudad de Morelia con un solo objetivo: aprehender a Servando Gómez Martínez, mejor conocido como La Tuta.
Autoridades estatales y federales habían seguido de cerca los pasos de el líder de Los Caballeros Templarios luego de que su organización se consolidó como una de las principales generadoras de violencia en el estado de Michoacán.
- Te recomendamos “La Tuta”, el capo fanático del tarot y las peleas de gallos Más Policía
La Tuta enfrentó cargos en la entonces Procuraduría General de la República (PGR) por delitos relacionados al narcotráfico y delincuencia organizada, por los que fue trasladado hasta el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 1 ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México en donde fue sentenciado a pasar más de 47 años en prisión.
La captura de Servando Gómez Martínez supuso un paso importante para el declive de la organización criminal que encabezó y que durante años sembró terror en el estado de Michoacán. Y es que, previamente, la captura y muerte de otros cabecillas como Enrique Planzarte y Nazario Moreno González ya habían marcado el principio del fin de Los Caballeros Templarios... o al menos eso se pensaba.
Recientemente, el estado de Michoacán se ha convertido en un campo de guerra entre grupos delictivos y de autodefensas que ha tenido como consecuencia el desplazamiento de miles de habitantes de distintas comunidades.
De acuerdo con una reciente entrega que el periodista César Cabrera realizó para Milenio, la ola de violencia que atraviesa la entidad está relacionada con el resurgimiento de Los Caballeros Templarios, quienes han comenzado a operar en regiones de Tierra Caliente como Apatzingán y Parácuaro, así como en la zona de la sierra-costa, como lo es el municipio de Arteaga.
Fuentes de seguridad estatales y federales confirmaron que la reaparición del grupo delictivo que algún día encabezó La Tuta se ha dado gracias a alianzas con otras células criminales, en especial con La Nueva Familia Michoacana.
Con dicha coalición, ambos cárteles buscan ahora arrebatarle a Los Viagras -otra organización criminal que opera en Michoacán- el control de actividades delictivas como la extorsión a productores de melón y limón.
El aumento de cobro de piso en la entidad ha obligado a decenas de productores a suspender sus actividades, en tanto que muchos otros habitantes de la entidad buscan protegerse de las balas y ataques con drones que las disputas entre grupos criminales van dejando a su paso.
Las alianzas del Cártel de Caborca
El suspicaz olfato de un binomio canino de la Secretaría de Marina (Semar) llevó a autoridades federales hasta unos matorrales de Choix, Sinaloa en donde se encontraba escondido uno de los narcotraficantes más legendarios de la historia de México: Rafael Caro Quintero.
Fue la tarde del 15 de julio de 2022 cuando el fundador del Cártel de Guadalajara fue aprehendido tras un operativo conjunto realizado por las Fuerzas Armadas de México y la Fiscalía General de la República (FGR).
- Te recomendamos EU se queda con cinco inmuebles de Caro Quintero; juzgado mexicano lo autorizó Policía
El ex jefe de Operaciones Internacionales de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Mike Vigil, señaló en entrevista con Milenio Televisión que tras su liberación -en 2013- Rafael Caro Quintero había regresado al narcotráfico aunque no en una gran escala, por lo que reconoció su detención como una de las más grandes de México en años.
Fuentes federales mantenían en la mira al también llamado Narco de Narcos luego de que identificaran su participación en 2017 en la creación del Cártel de Caborca, un grupo delictivo que ha centrado sus operaciones en Sonora.
Un estudio realizado por el Instituto de Guerras Modernas de West Point citado por InSight Crime da cuenta de que "la eliminación de los jefes de los grupos mexicanos ha sido uno de los factores más ha contribuido a la infinidad de conflictos con múltiples cabezas de índole cada vez más local".
Fue así como, tras la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, Rafael Caro Quintero y el Cártel de Caborca buscaron controlar las economías criminales del estado de Sonora en donde el Cártel de Sinaloa era el actor dominante.
Si bien dieron pasos importantes para fortalecer su organización criminal, la captura en 2022 del fundador del Cártel de Guadalajara cambió la jugada para el grupo delictivo, quienes volvieron a disputarse el territorio con una de las facciones más fuertes del también llamado Cártel del Pacífico: Los Chapitos.
Con una aguerrido enemigo en puerta y con Rafael Caro Quintero recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 1 en Almoloya de Juárez, Estado de México el panorama para el Cártel de Caborca no era favorable, por lo que se llegó a creer que sería su final.
Con lo que nadie contaba es que los remanentes del grupo delictivo forjarían una alianza con La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez que se ha consolidado como uno de los principales rivales del Cártel de Sinaloa.
El especialista en seguridad pública, Juan Carlos Montero, señaló para InSight Crime que la alianza que el Cártel de Caborca realizó con La Línea y con un antiguo operador del Cártel de los Beltrán Leyva le ha dado fuerza al grupo para enfrentarse a su mayor rival y para continuar perpetrando sus actividades delictivas en el estado.
Las pistas del rebrote de Los Zetas
Los Zetas se han convertido en el más claro ejemplo de cómo tras la captura o abatimiento de un líder criminal, la estructura de las organizaciones se ve fragmentada en múltiples facciones que, en mayor o menor medida, continúan operando en algunos estados del país.
Tras su separación del Cártel del Golfo, el grupo delictivo de la última letra se consolidó como uno de los más temidos y peligrosos del país, hasta que en 2012 fue abatido su líder Heriberto Lazcano, alias El Lazca, lo que cambió por completo la dinámica del grupo delictivo.
- Te recomendamos Del primer zeta a "El Z-42" Más Policía
Personajes como los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales -mejor conocidos como Z-40 y Z-42- también asumieron en su momento el liderazgo de Los Zetas hasta que la historia volvió a repetirse y fueron aprehendidos en 2013 y 2015 respectivamente.
Una base de datos realizada por el Seminario sobre Violencia y Paz de El Colegio de México da cuenta de algunas de las facciones en las que se dividió la organización criminal son: Zetas Vieja Escuela, Sangre Zeta, Grupo Operativo Los Zetas, Los Zetas Sangre Nueva, Los Talibanes, Cártel del Noreste, entre otras.
De acuerdo con InSight Crime, muchas de dichas escisiones continúan activas en el estado de Tamaulipas y en los estados ubicados en la Costa del Golfo, no obstante, recientes hechos delictivos han dado cuenta de un resurgimiento de aquella que encabezó Miguel Ángel Treviño Morales.
A inicios del mes de agosto Pablo Eduardo Casañas Calzada -quien se desempeñaba como director jurídico del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 12 en Guanajuato- fue asesinado a balazos a las afueras de su domicilio en la Alcaldía Iztapalapa en la Ciudad de México.
Los primeros reportes indicaron que un sicario detonó en repetidas ocasiones un arma de fuego calibre 9 milímetros en contra del funcionario, heridas que le provocaron una muerte inmediata.
Si bien el suceso por sí solo generó indignación, fueron las declaraciones que la esposa de la víctima emitió las que encendieron las alarmas de las autoridades, pues aseguró que Pablo Eduardo Cañas Calzada anteriormente había recibido amenazas por parte de Miguel Ángel Treviño Morales, alias el Z-40.
Aunque hasta el momento las investigaciones por el homicidio del director jurídico del penal federal de Guanajuato no han determinado si el líder criminal de Los Zetas -que actualmente se encuentra recluido en elCentro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 15 en Chiapas- tuvo algún grado de implicación en el crimen, existen otras pistas acerca sobre las operaciones que podría estar coordinando desde prisión.
Fue a finales del mes de junio cuando en diversos grupos de WhatsApp comenzó a circular un mensaje presuntamente firmado por el Z-40 en el que amenazaba a una creciente célula criminal que asedia el municipio de Juárez en Nuevo León.
Supuestamente Miguel Ángel Treviño Morales se pronunció en nombre del Cártel del Noreste -aquella facción de Los Zetas que en su momento encabezó su sobrino Juan Gerardo Treviño Chávez, alias El Huevo- para declararle la guerra al grupo delictivo de Los Rodos NCI así como a sus colaboradores.
Aunque la veracidad del mensaje continúa siendo investigada por autoridades estatales, las pistas sobre el rebrote de Los Zetas continúan acumulándose y encendiendo alertas ante la posibilidad de que se desaten nuevas olas de violencia a lo largo y ancho del territorio mexicano.
ATJ