No se cumplió la promesa de elevar al 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de manera gradual, el presupuesto destinado a salud por la actual administración que, en términos generales, solo ha destinado un 2.8 del PIB, muy por debajo de lo recomendado por la OCDE, aseguró Judith Senyacen Méndez, directora Adjunta en el Centro de Investigación Económica y Presupuestal A.C (CIEP).
“Se habló de invertir, por lo menos, un punto del PIB adicional para el sector salud (cada año) y esto no lo hemos visto reflejado en el presupuesto. Al contrario, se ha quedado de alguna manera estancado en este mismo porcentaje entre 2.7 y 2.8 del PIB”, explicó Méndez, también especialista en Salud y Finanzas Públicas.
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Lo solicitado para 2023 significa un aumento que equivale a 0.03 por ciento puntos del PIB (en 2022 llegó al 2.81 por ciento del PIB) y significa, en términos reales, un aumento de 36 mil 168 millones de pesos. Se mantiene la brecha de al menos 3 puntos del PIB.
“No ha habido una mayor inversión. No ha habido un cambio con respecto a otras administraciones. Todo se ha contraído en otros rubros como pensiones, pagos en la Comisión Federal de Electricidad o pago de deuda”, añadió en entrevista con MILENIO.
Si bien legisladores en la Cámara de Diputados aseguraron que otorgarán partidas importantes adicionales a proyectos, centros e institutos para no detener su operación ni su investigación, el presupuesto presentado por Hacienda al poder Legislativo no reduce brechas ni desigualdades.
“En términos per cápita: en Pemex sigue siendo el más alto, aumenta 6 por ciento, pasa de 29 mil a 30 mil pesos (la inversión en salud). ISSSTE pasa de 5 mil 200 a 5 mil 600; IMSS de 5 mil 300 a 5 mil 500 pesos. El principal aumento se presenta en IMSS con cerca de 22 mil millones de pesos más que el monto aprobado en 2022, un incremento de 5.8 por ciento”.
Pero en el caso de la población sin seguridad social, dijo, hay una caída de 2.1 por ciento en su gasto per cápita, el cual pasaría de 3 mil 733 pesos en 2022 a 3 mil 694 pesos.
El programa estrella IMSS-BIENESTAR, aseveró, refleja una caída del 17 por ciento como en términos per cápita. “Está aumentando la afiliación, pero no los recursos”.
La Secretaría de Salud, además, presenta un recorte del 46.7 por ciento, entre otros, en las partidas de medicamentos. En el programa IMSS-Bienestar la caída es de 16.9 por ciento.
En términos generales, la contracción en medicamentos es de 14.7 por ciento, es decir, de 18 mil 500 millones de pesos menos que el monto aprobado para 2022.
“Esta caída en medicamentos está asociada con el aumento 25 por ciento para 2022 correspondiente a la compra de vacunas covid-19. No sabemos cómo se verá reflejado en la atención de la población sin seguridad social”, aclaró.
Para compra de medicamentos en el IMSS y en PEMEX, la caída es de 7 y 18 por ciento, respectivamente. En el ISSSTE, la caída es del 26 por ciento, esto quiere decir que una cuarta parte del presupuesto que destinaron en 2022 es lo que corresponde a esta caída para lo que se está presupuestando para 2023
Además, “la mitad de los programas tienen aumentos menores a 1 por ciento como el de vacunación: tiene un aumento del 55.9 por ciento, pero esto está asociado al aumento que hubo para la compra de vacunas covid-19 en 2022”.
Por eso pasa de 31 mil 805 millones de pesos a 14 mil 022 millones de pesos. Son 17 mil 783 millones de pesos menos, lo que representa una caída del 55.9 por ciento.
Hay un aumento por arriba de los niveles de prepandemia y en el programa para Atención a la Salud, cercano al 50 por ciento; sin embargo, dijo, se pierde la trazabilidad del gasto.
“No tenemos mayor especificación por enfermedad, es decir, a dónde se está destinando. El financiamiento sigue contemplando el Fonsabi. Se sustituyen recursos para la atención de padecimientos más costosos como VIH y Cáncer hacia la atención de primer nivel”.
Los incrementos son marginales y no garantizan que disminuyan el gasto de bolsillo de las personas sin seguridad social.
“En la pandemia aumentó el gasto de bolsillo en un 40 por ciento, afectando más a los hogares con menores ingresos.
“Otro tema que vemos como muy graves es que las enfermedades de especialidad como VIH, cáncer en adultos y cáncer en niños no hay un plan claro de cómo se van a atender estos padecimientos entre la población que justo no tiene seguridad social”.
La Coordinación de los Institutos Nacionales de Alta Especialidad tiene apenas un aumento del 2 por ciento, agregó, por eso hay recortes asociados a la atención a la niñez, como sucede con Hospital Infantil de México, con una disminución del 4 por ciento así como el Instituto Nacional de Pediatría con recortes del 6 por ciento.
El gasto se concentrará en la Unidad de Administración y Finanzas con un aumento aproximado de 25 mil millones de pesos, un aumento de 1 mil 300 por ciento, esto quiere decir que la Administración y Finanzas va a concentrar el aumento de la Secretaría de Salud y será la responsable de determinar hacia dónde se quiere destinar los recursos. No hay trazabilidad.
-¿Qué ha sucedido con el Fondo de Gastos Catastróficos, antes perteneciente al Seguro Popular?
“El pico fue en 2019, con alrededor de 106 mil millones de pesos. No hay un informe que nos hable de cómo fueron destinados, por ejemplo, 38 mil millones de pesos y tampoco de 60 mil millones de pesos. No tenemos un reporte de cómo fueron utilizados cuando no hubo un aumento en el sector salud el año anterior. El financiamiento para este sector no es sostenible porque entonces en algún momento se va acabar el fondo”.
LCR