México es el único país en donde a mayor grado de enseñanza, es mayor grado de desempleo y, actualmente, 29 por ciento de la población altamente calificada pertenece a la población desocupada.
De acuerdo con el análisis “La fuga de cerebros en México: ¿oportunidad o desventaja?”, realizado por Gabriela Guzmán Lima, integrante del Centro de Estudios del Desarrollo Económico y Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), 19 por ciento de los hombres y el 29 por ciento de las mujeres mexicanas con maestría viven en Estados Unidos; mientras que, a nivel doctorado, la proporción es de 32 y 39 por ciento, respectivamente.
Actualmente, México se coloca como el primer emisor de movilidad en América Latina ante investigadores que se van a Estados Unidos, principal país destino de migración calificada, es decir, la mayoría de científicos que no encuentra un espacio en el país, decide migrar hacia Norteamérica.
“Es muchísimo más fácil en México que una persona con estudios de primaria o preparatoria trunca logre insertarse al mercado laboral que una persona altamente calificada. Tan sólo en 2018 la Secretaría de Trabajo y Previsión Social encontró que 29 por ciento de la población altamente calificada pertenece a la población desocupada”, explicó.
Durante la presentación de publicación Entorno de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) dedicada al fenómeno conocido como “fuga de cerebros” en la que colabora la investigadora, Guzmán Lima destacó que existe una brecha en el nivel de ingreso y un mercado laboral que no es capaz de absorber la demanda de personal altamente calificadas, situación que se traduce en un éxodo.
“El actual panorama latinoamericano tendiente a la migración intrarregional podría presentarse como una oportunidad para la atracción de cerebros y el retorno de los connacionales altamente calificados, si se generan polos de inversión atractivos acompañados de políticas integrales que fomenten el brain circulation”, comentó.
Destacó que el llamado brain drain en México corresponde a los patrones observados en el último reporte de movilidad 2018 del Banco Mundial, es decir, se presenta una migración de científicos ante diferentes factores como la falta de apoyo.
“La importancia de analizar el caso mexicano radica en que se trata del primer emisor de movilidad en América Latina hacia Estados Unidos, principal país destino de migración calificada (…). Son las naciones receptoras quienes obtienen mayores beneficios por el arribo de personal altamente calificado, incentivando el crecimiento económico en el largo plazo, así como el desarrollo de tecnología e innovaciones. Por otro lado, al colaborar y compartir conocimientos entre sus pares nativos, se promueve la especialización y la productividad aumenta”, destacó.
Por su parte, el investigador Polioptro Martínez, editor en jefe de Entorno UDLAP, destacó que la fuga de cerebros en México es uno de los temas que más preocupan a los científicos mexicanos, ya que es una de las realidades que urge cambiar si se quiere impulsar a la ciencia y la tecnología mexicana.
AFM