Itzel Hernández Navarro es una de las universitarias que pasará a la historia por formar parte de la “generación covid”. Luego de cuatro años de estudio, el pasado 19 de junio se graduó como Licenciada en Dirección y Administración de Empresas, desde la pantalla de su computadora.
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Esta generación hizo su ceremonia por videollamada, tuvo que grabar previamente un video recibiendo una medalla de su familia y recibió por paquetería su birrete, borla y estola, para vestirlo ese día. Además esperan que pase la pandemia para tener en sus manos el diploma que la Universidad les entregará en una ceremonia presencial.
Es el caso de los estudiantes de la Universidad de Monterrey (UDEM), que festejaron el término de los estudios desde sus hogares. En total, egresaron 652 alumnos: 569 a nivel profesional y 83 de posgrado.
El acto más representativo y tradicional de esa universidad en las graduaciones es el toque de la campana Vox Veritatis, símbolo culminante del nivel superior, pero no pudo llevarse a cabo por la contingencia sanitaria.
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“La universidad se caracteriza por tocar la famosa campana, donde durante cuatro años está en un lugar público. Llegar y tomar tu foto, tocar la campana con tus familiares, pues es un momento muy especial que no pudimos hacerlo presencialmente”, comentó en entrevista para MILENIO.
A pesar de la celebración a distancia, la UDEM entregó a cada casa de los estudiantes un paquete de graduación que incluía el birrete, borla, estola, vaso conmemorativo y una playera. “Fue un trabajo increíble y un detalle muy grande por parte de la universidad, porque esas cajas las enviaron a los 600 alumnos que se graduaron, no importaba donde tú estuvieras; si eres foráneo, de la ciudad de Monterrey…”.
Además, Itzel tampoco pudo estar presente para la entrega del Summa Cum Laude, reconocimiento con el máximo nivel de excelencia que entrega la universidad; al fungir como responsable de logística del Capítulo Estudiantil Women in Business, realizar un programa de voluntariado en la organización internacional de jóvenes AISEC en Brasil, entre otras actividades.
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Originalmente, el galardón lo entrega el rector. Sin embargo, esta ocasión fue distinta. Por la pandemia, Itzel regresó a Oaxaca -donde vive con su familia-, desde ahí y frente a la Iglesia de Santo Domingo, sus padres le otorgaron la medalla. “Me pidieron que hiciera el video una semana antes de la graduación. Yo hice los videos acá en Oaxaca para poder transmitirlos en vivo para todos mis compañeros”, dijo.
Karen Villanueva Hernández es otra de las estudiantes que se graduó de la UDEM en la “nueva normalidad”. Tras cinco años como estudiante, se recibió de Ingeniera Biomédica en la generación Primavera 2020.
Se entristeció al enterarse que no tendría una graduación como las generaciones pasadas, “nos mandaron un comunicado que la graduación iba a ser en línea. La verdad, sí fue un choque, lloré todo el día, porque desde que entras ahí tu sueño es tocar la campana, es el ritual, es lo que todos hacen y quieres llegar alcanzar”, resaltó.
Incluso, dijo que la noticia también llegó afectar a sus padres, “también se pusieron muy tristes, porque mis papás no viven conmigo, viven en Estados Unidos. Entonces, no los iba a poder ver en ese día tampoco, porque también los vuelos no están permitidos”.
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Para graduarse, el pasado 19 de mayo a las 10 de la mañana presentó un proyecto que consistió en la fabricación de un hidrogel a través de biopolímeros obtenidos de residuos de café.
Karen, con otras tres compañeras, tomó protesta por videollamada. El jurado aprobó por unanimidad el proyecto que las hizo acreedoras del título como ingenieras biomédicas.
Estas estudiantes no imaginaron que el covid-19 tuviera alcance mundial, ni cambiara tantas cosas, entre ellas las graduaciones. La UDEM aclaró que las celebraciones virtuales no sustituyen el evento presencial que pretenden realizar en un futuro próximo, en el que se entregarán los diplomas correspondientes.