Las personas en situación de calle desalojadas de la finca abandonada que habitaban en Jardines del Bosque en Guadalajara han tenido que buscar refugio en otras partes. Más de 20, en su mayoría hombres, han convertido en su nuevo hogar lo que antes fue un restaurante. En el lugar ya residían otras personas desde hace tres o cuatro años.
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Sin embargo, las condiciones de vida son insalubres e indignas. Conviven con insectos y otros animales y carecen de servicios. La falta de espacio ocasiona que los moradores del lugar riñan y se agredan físicamente.
"[Hay] Varios que quieren adueñarse de lugares. Nos dicen que no salgamos que es propiedad privada, pero el dueño nomás no viene, pudiera venir el dueño y estaría excelente", mencionó una de las personas.
A pesar de las condiciones, los habitantes dicen sentirse cómodos y haber formado entre ellos una familia gracias a la empatía, pues han pasado por cosas similares.
"[Estoy] Agusto, me siento bien de compartir tiempo con ellos porque no me siento solo", comentó uno de ellos.
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No todos son originarios de Jalisco, hay personas provenientes de estados como Tabasco y Sinaloa que migraron a la ciudad, y al no encontrar suerte ni no contar con suficientes recursos, se vieron orillados a vivir en la calle.
Concluyeron señalando que la policía e incluso los vecinos de la zona los sacan todos los días del lugar que habitan.
MC