Baja inseguridad alimentaria, pero hay nutrición deficiente

Jalisco ocupa el lugar 14 en sobrepeso a nivel nacional, con una alta prevalencia en menores de edad; especialista considera primordial educar a la población para cuidar su salud.

Se han establecido políticas para combatir la obesidad y sobrepeso.
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

En Jalisco, más de cien mil personas padecen de inseguridad alimentaria severa. Las estadísticas afirman que cada vez son menos las que se quedan sin comer. Sin embargo, el que la gente tenga acceso a la comida no garantiza en nada la calidad de su nutrición: actualmente el estado ocupa el lugar 14 en personas que sobre pasan el peso que les corresponde.


Este 16 de octubre se celebra el Día Internacional de la Alimentación y, de acuerdo con José Alfredo Villanueva Duque, en su artículo “Situación de la obesidad y el sobrepeso en niños y jóvenes del estado de Jalisco” (2020), en las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2006 a 2012, esta entidad presentó alta prevalencia en sobrepeso y obesidad de niños y jóvenes, por encima de la media nacional: en 2006 el sobrepeso y obesidad infantil menor a cinco años era de 8.9 por ciento, mientras que para 2012 se incrementó a 11.3 por ciento.

“La última década, Jalisco ha mostrado un incremento en la incidencia de sobrepeso debido a que los malos estilos de vida pueden ir influenciados por el desarrollo económico de la sociedad; se espera que las medidas recientemente implementadas a nivel federal tengan un impacto social y se pueda disminuir el sobrepeso y la obesidad en el estado”, dice el especialista.

Una de las claves sería entender que alimentarse no es lo mismo que nutrirse. Así lo explica un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en su publicación “Cómo, qué y por qué ocuparnos de la alimentación” (2021), donde hacen una distinción en ambos términos: “La alimentación es la acción voluntaria mediante la cual se ingieren comestibles y está mediada por aspectos como la cultura, la situación económica, la disponibilidad de alimentos, las preferencias, los contextos sociales, e incluso los estados de ánimo; mientras que la nutrición es el conjunto de procesos químicos que realiza el organismo con dichos insumos. De esta forma, se puede observar que el proceso de la nutrición no es distinto entre los individuos; mientras que el proceso de la alimentación tiene formas distintas de país a país, de familia a familia, entre distintos estratos sociales, incluso en un mismo individuo de acuerdo al contexto situacional en que se encuentre”.

Por ejemplo, explica Villanueva Duque, al hacer una comparación entre la población menor a cinco años en las zonas urbana y rural de Jalisco, para la población urbana registrada con sobrepeso y obesidad fue de 9.2 por ciento en 2006 y 10.2 por ciento en 2012; mientras que para la población rural fue de 7.8 por ciento y 17.5 por ciento en 2006 y 2012, respectivamente. Esto resalta que esta característica entre la población es mayor en más del 10 por ciento en la zona rural, con lo que, incluso, se supera a la mancha urbana.

“La obesidad es una epidemia a nivel mundial silenciosa que poco preocupa y tiene un interés menos popular en comparación con las epidemias infecciosas emergentes que propician medidas sanitarias urgentes a nivel internacional; en este sentido, es importante la concientización y educación para la salud como medida preventiva en primer nivel de atención en salud. Las actuales políticas públicas en México han hecho esfuerzos importantes para reducir la incidencia de la obesidad como la no venta de productos chatarra en escuelas primarias, nuevo etiquetado de alimentos procesados, etc.”, explica el especialista.

“Si bien esta medida puede frenar un poco el consumo de los mismos, lo que realmente puede ser un cambio es la educación para la salud y la medicina preventiva, ya que actualmente la que es principalmente practicada en México es la medicina curativa. Actualmente el sobrepeso y obesidad son prioritarios en el sector salud a través de PREVENIMSS y PrevenISSSTE y las distintas campañas derivadas de estos programas para realizar diagnóstico precoz y tratamiento integral temprano, en este sentido, es importante el fortalecimiento en el primer nivel de atención médica donde la prevención, detección temprana y tratamiento precoz son las estrategias encaminadas a disminuir el sobrepeso y la obesidad”.

El acceso a alimentos es mayor ahora que antes: de acuerdo con el informe más reciente del Instituto de Información y Estadística Geográfica (IIEG), entre 2008 y 2018 en Jalisco, la población con carencia por acceso a la alimentación disminuyó en un 4 por ciento; ya que en 2008 había un millón 294 mil personas en esta situación y para 2018 la cifra se redujo a un millón 242 mil, es decir 52 mil 403 personas menos. En lo que se refiere al porcentaje de población con carencia por acceso a la alimentación, se presentó una reducción relativa del 15.5 por ciento en el periodo; puesto que en 2018 el 15.1 por ciento de los habitantes del estado presentaron dicha carencia alimentaria, mientras que en 2008 la proporción era del 17.9 por ciento.

En contraparte, Villanueva Duque explica que en la más reciente Ensanut, realizada en 2018, el sobrepeso y obesidad incrementaron respecto a la encuestas de 2012; reportándose que el 12.9 por ciento de la población de Jalisco la padecen, en la población de 5 a 11 años de edad el aumento fue del 35.6 por ciento, mientras que en la población de 12 a 19 años de edad fue de 34.9 por ciento, siendo más común en el género femenino.

En cifras

12.9 Por ciento de la población jalisciense padece sobrepeso y obesidad, según la Ensanut de 2018.

 35.6 Por ciento se incrementó esta condición en menores de 5 a 11 años de 2012 a 2018


SRN

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