Los padres de Miguel Ángel se han endeudado para darle una vida digna, pero ahora piden a la sociedad que los ayuden, ya que ante los bajos recursos en los que se encuentran, no pueden costear esta operación que cuesta cerca de 120 mil pesos.
Hace tres años, Miguel Ángel Arenas no imaginaba que su vida cambiaría para siempre; el 1 de abril de 2019, que tras salir de una fiesta en Villa de Guerrero, en el Estado de México, fue golpeado brutalmente.
“Mi papá me encontró con la cabeza deforme, estaba realmente irreconocible de la golpiza que me dieron, estaba sangrado totalmente. Mi ojo estaba votado, hoy en día es un milagro que lo tenga ahora, prácticamente gracias a Dios y al cielo que veo bien, perfectamente, porque mi ojo estaba muerto”, Miguel detalló a MILENIO.
Previamente, esa noche, dos de sus amigos pasaron por él a su domicilio para ir a una fiesta de rock, llegaron y tras varias copas encima se retiraron por lo que Miguel no recuerda quiénes lo golpearon aunque sospecha de sus propios compañeros que lo acompañaban, pues desaparecieron tras el incidente.
“Todo apunta que fueron ellos, porque el que nada debe, nada teme. ¿Por qué?, ¿por qué se fueron del pueblo? Nunca dieron la cara. Me dejaron en la calle desangrándome. Pues cuando empezaron las investigaciones desde el Ministerio Público, varias personas que asistieron al lugar declararon que no sabían nada y resulta que nadie estuvo ahí, no hay culpables para la justicia”, recordó.
Su familia interpuso una demanda contra “sus amigos”, pero durante meses, nunca hubo avance sobre el caso por lo que desistieron en su demanda de justicia.
“Tenía que pagar muchas cosas para que Miguel siguiera vivo. No me iba a detener en pagar abogados que solo me iban a robar, o darles mordidas a las autoridades para que dieran con los responsables. Ese es su trabajo, aunque no lo hagan. Por lo que decidí yo y mi esposa en darle una mejor vida a mi hijo, no quería que el muriera. Y velo, aquí está, todo un guerrero”, describió su padre.
Miguel estuvo hospitalizado más de dos meses en Toluca en estado de gravedad, al final, el médico que lo atendía informó a sus padres que ya no había nada que hacer por él y lo dio de alta tras desahuciarlo.
“Cuando me lo dieron de alta, dije: me llevo a mi hijo a casa, yo allá lo voy a cuidar, lo vamos a proteger casi como lo cuidan aquí. Porque yo aprendí a curarlo, ya que él tiene traqueotomía, y aprendí a sacarle las flemas y curarle las llagas, incluso sé darle terapia física y ocupacional”, mencionó su padre, Félix Arenas.
Miguel ha logrado mover sus extremidades y comer solo, pero hace unas semanas sufrió un ataque epiléptico que provocó que el fémur de una de sus piernas se desprendiera, ahora necesita una prótesis y una cirugía que cuestan más de 120 mil pesos.
¿Cómo ayudar a Miguel Ángel?
Por lo que si usted desea apoyar a Miguel Ángel y su familia puede contactarlos en el teléfono: 722 300 1975, además acepta donativos a la su cuenta bancaria de Banco Azteca:
- Cuenta: 4772 1364 6678 91 | Banco Azteca
- Tarjeta: 4027 6657 6804 2641
- Cuenta Clabe: 1274 5901 3646 6789 19
- Titular: Iván de Jesús Arenas Nava
"Los buenos somos más"
Como Miguel tiene una traqueotomía, no puede ser intervenido en un hospital público, por el riesgo de contagio al covid 19, de acuerdo con los médicos que lo atienden. Sin embargo, la operación de Fémur tiene un costo de más de 120 mil pesos, un precio que la familia no puede solventar, ya que su padre es Floricultor y su madre comerciante.
“Nosotros hemos trabajado mucho para que Miguel salga adelante. Familiares y amigos nos han ayudado para pagar medicamentos, doctores y especialistas durante en el tiempo en el que Miguel lo necesitó. Pero ahora no podemos volver a tocar esas puertas, ya que estamos atorados de dinero, por eso recurrimos a la sociedad para que nos ayude”, detalló su padre.
Para esta familia, ha sido todo un reto cuidar a Miguel, ya que no tenían pensado que su vida cambiaría en los últimos tres años. Su hermano Iván, apoya económicamente con lo que puede, para que lo poco o mucho que tienen sus padres lo ahorren para la cirugía que su hermano necesita.
“Con lo que sea su voluntad, es bien recibido, y créanme que es una de las mejores inversiones que van a hacer en su vida. Porque van ayudar a salvar una vida. Los buenos somos más, y los buenos hacemos la diferencia”, finalizó Miguel con una sonrisa.
dmr