La riqueza de la milpa: Beneficios culturales y saludables

El concepto de milpa es muy amplio y cuenta con implicaciones económicas, agrícolas, técnicas y también culturales, religiosas y sociales.

Humberto Thomé Ortíz, director del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la UAEMex. Foto: (Iván Carmona)
Toluca /

Desde los distintos tipos de maíz, calabaza, chilacayotes, frijol, haba, hasta las especies nativas como quelites, quintoniles y malvas, entre otras, tienen un origen común: la milpa, que además de ser un espacio idóneo para la producción e incluso el autoconsumo, es el centro de toda una tradición, tanto alimentaria como cultural, preservando una serie de prácticas que se han heredado de generación en generación. 

El director del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR), de la Universidad Autónoma del Estado de México (Uaemex), Humberto Thomé Ortíz, explicó que una milpa es un sistema de cultivo, principalmente de maíz, que está en asociación con otro tipo de especies vegetales y también de insectos y otros organismos.

Sin embargo, en una definición más precisa, una milpa es un sistema agroalimentario biocultural, es decir, un sistema que va a surgir de esta interfaz entre naturaleza y cultura, a través de la cual, los seres humanos han sido capaces, durante distintos momentos de la historia, de adaptarse al ambiente circundante y a través de ello, conseguir alimento. 

Indicó que este sistema agroalimentario es característico de las sociedades mesoamericanas, con una gran profundidad histórica desde la época precolombina hasta nuestros días, de ahí que una milpa no sea igual en una comunidad que en otra, ni en un lugar del país, que en otro, sino que “va a ser la expresión de cómo podemos mezclar ciertos elementos que tenemos en el ambiente, para conseguir un resultado”. 

Es decir, no existe un solo tipo de milpa, depende de las características de suelo, clima, de las especies disponibles, de las tradiciones y saberes locales, así como de los gustos y necesidades tanto culinarias como alimenticias. De acuerdo con estas características, cada milpa tiene particularidades propias, por lo que no hay una milpa sino muchas.

Para el caso específico del centro de México, sostuvo, las milpas van a tener asociaciones recurrentes, por ejemplo, maíz, frijol, chile y calabaza, que tienen una importancia ecológica, económica y también cultural.

Importancia ecológica

Desde el punto de vista ecológico, puntualizó el investigador, las milpas son muy importantes ya que son una forma muy distinta a los monocultivos, que no promueven la diversidad. 

Esta combinación de recursos vegetales que están en sinergia, siendo el maíz el centro de ese cultivo, permitirá promover la biodiversidad, es decir, van a atraer a otras variedades vegetales e insectos, dando pie a todas esas relaciones que se tejen en torno de una milpa.   

“Este circulo virtuoso va a impactar de esa manera tan benéfica a los ecosistemas, a la naturaleza (…) Las milpas también tienen una virtud enorme en términos de preservación del suelo, por ejemplo, la mezcla de maíz con frijol es fantástica porque el frijol permite fijar ciertos nutrientes en el suelo, esta mezcla es única y permite que nuestros suelos sean sanos, sean saludables y no degradarlos tan pronto”, dijo. 
Importancia cultural

En lo referente a la importancia cultural de la milpa, el académico indicó que en este espacio se encuentran una serie de elementos que además de ser apropiados para una buena alimentación, son apetecibles, sabrosos, aportando así a una construcción del gusto, de las cosas que nos gustan comer, ejemplo de ello es la tortilla, que es fundamental en la dieta de las y los mexicanos.

"La tortilla no solo es un alimento, también se convierte en un instrumento para comer, nos sirve también como una herramienta, entonces efectivamente, la preservación de las milpas va a estar asociada con la conservación de todas las culturas alimentarias, porque van conectadas directamente desde la tierra hasta el plato y eso también es muy bonito en la milpa", informó.

Alrededor de la milpa, destacó, ocurren diversas celebraciones alimentarias que van desde la cosecha de elotes, hasta el almacenamiento del maíz, que en ambos casos puede implicar una reunión familiar no solo en lo que trabajo se refiere, también en ese sentido de celebración.

Triada fundamental

Sostuvo que la suma de maíz, frijol y chile es fundamental en la alimentación, que además de ser saludables permiten una serie de combinaciones de ingredientes que se dan directamente en las milpas, como los chilacayotes, calabazas, flores de calabaza, quelites, entre otros, ampliando la riqueza en sabores, texturas y nutrientes.

Sin embargo, el consumo de este tipo de alimentos se ha visto afectado por la instauración de nuevos modelos de alimentación, que se puede observar sobre todo en las poblaciones urbanas, por lo que se van perdiendo algunas prácticas porque no se demandan ciertos grupos de alimentos.

"Es fundamental pensar en procesos de revalorización, es decir, repensar las milpas, recuperarlas, porque es una de las formas más económicas de comer, comer lo que tenemos, lo que sabemos producir, lo que nos queda cerca siempre va a ser más barato que ir a comprar una comida a un supermercado, por ejemplo, y por otro lado también hay que repensarlas desde el punto de vista de la salud pública, pensar en lo que nos hace bien comer, en esa dieta nutritiva, balanceada", dijo.

El académico destacó la importancia de trabajar desde la divulgación, integrando aspectos como la cultura y dando a conocer a las generaciones más jóvenes que se obtiene de las milpas, su importancia histórica y su importancia en la dieta, entre otros aspectos.

Además destacó la urgencia de regresar a esos reservorios culturales que son los mercados y apoyar a las y los vendedores de alimentos que tienen que ver con la milpa, pues solo así se podrán preservar. 

"El maíz tiene una parte simbólica muy importante, al ser el corazón, el centro de la milpa, haría falta recuperar también toda esta parte del simbolismo, recordando lo festivo de la alimentación, el construir comunidad a través de comida, no dejarlo como un hecho aislado".
Finalmente indicó que hace falta volver a conectar con esa parte cíclica de los cultivos, “porque ahora comemos de todo en cualquier momento, y anteriormente estaba muy marcada la temporada del año y lo que comías”, lo que no solo se traduciría en un consumo más consciente, sino también más responsable.

Ventajas de la dieta de la milpa

De acuerdo con el sector salud, los alimentos que tienen su origen en la milpa tienen muchísimos beneficios, por ejemplo, es difícil excederse en proteínas por el aporte de fibra que estimula la saciedad.

Los alimentos con proteína vegetal aportan fibra soluble e insoluble, que inhibe la absorción de colesterol disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares; favorecen el balance ácido alcalino debido a que la proteína vegetal tiene mayor aporte de calcio y magnesio, por lo tanto, valores más adecuados del potencial renal ácido. 

Otro de los beneficios es su menor aporte de grasas, que favorece el estado de antioxidación o de balance oxidativo; aunado a ello, la dieta de la milpa favorece la eliminación de toxinas a través de su aporte de sustancias que favorecen la menor formación de sustancias tóxicas en los metabolismos y la optimización en la eliminación de éstas.

Es importante resaltar que en la agricultura, la milpa es multifuncional porque además de producir alimentos, crea productos como el forraje, plantas medicinales y de ornato; de tal forma que el sistema de milpa beneficia a los productores, de pequeña escala principalmente, ya que les permite asegurar algún tipo de producción en momentos de crisis ambiental o económica.

Actualmente, la milpa es un referente y fuente de inspiración para el desarrollo de sistemas de producción de cultivos más sustentables así como un sistema que contribuye a la soberanía alimentaria, debido a que se prioriza la producción agrícola local para alimentar a la población.

En conclusión, el concepto de milpa es muy amplio y cuenta con implicaciones económicas, agrícolas, técnicas y también culturales, religiosas y sociales.

PNMO

  • Monserrat Mata
  • monserrat.mata@milenio.com
  • Reportera en MILENIO Estado de México desde 2016, egresada de la Facultad de Humanidades de la UAEMex. Escribo sobre Salud, Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente.

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