Como cada 21 de marzo, un grupo de personas se dieron cita al el sitio arqueológico del Cerro del Ixtépete, ubicado en el municipio de Zapopan. La familia Gutiérrez pasa el legado desde hace décadas danzando ataviados con motivos prehispánicos durante el equinoccio de primavera.
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“Es la tradición, venir a recibir a la primaverita, a cargarnos de energía, a darle gracias a Tonatiuh nuestro padre astro rey sol por esta luz, este calor que nos brinda día con día […] Nosotros llegamos aquí a las seis de la madrugada para recibir los primeros rayos del sol. El equinoccio varia pero nosotros por tradición lo recibimos los 21 a las seis de la mañana”, dijo Luis Gutiérrez.
Desde 1925 se tiene registro del primer grupo de danzantes aztecas que se fundó en Jalisco. Esta es la cuarta generación de la familia Gutiérrez que continua con el legado de sus ancestros.
Gutiérrez dijo que es capitán de cuarta generación y que su hijo se alista para mantener el legado. “Hay que transmitir nuestra cultura, nuestras raíces, el porqué estamos aquí”, señaló.
Desde hace tres años, Alejandra Martin Valdivia asiste al ritual; esta ocasión lo hizo sola a medio día. “La intención más que nada, el porqué se viene aquí es lo espiritual y mucha gente viene de blanco”, dijo.
Para ella, este sitio le transmite paz y conocimiento, pero sobre todo le permite continuar con la herencia de quienes la trajeron por primera vez.
“Yo tengo unos diez años que vengo y tomando en cuenta que México es un país rico en cultura y tradiciones y considero que andamos a veces preocupados por que pasa en otros países cuando aquí tenemos abundante riqueza”, dijo Adolfo.
Al sonido del atecocolli, mejor conocido como el caracol, los danzantes ofrecieron sus pasos al astro rey sol por casi seis horas. Esperan que este año, en el que la pandemia continua las cosas mejoren.
SRN