Laura Lizette Enríquez, comisionada del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México, señaló que el riesgo máximo por descuidar datos personales en las redes sociales es el suicidio, debido a que el mal uso de información confidencial puede generar acoso o bullying cibernético.
De acuerdo con las estadísticas más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población más afectada por el ciberacoso en México son las mujeres que tienen entre 12 y 29 años, sector que más efectos en su salud mental sufre, desde: miedo, inseguridad y nerviosismo.
Este 2 de marzo, se celebra el Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes, propuesto desde el 2020, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre los problemas de salud mental que afrontan los adolescentes y desestigmatizar sus trastornos.
En entrevista con MILENIO, la comisionada Laura Enríquez explicó que la mayor vulnerabilidad a la que se enfrentan los usuarios de las redes es porque no están conscientes del valor tan grande que tienen sus datos personales, por lo cual empresas o terceras personas siempre están a la caza de los mismos.
Los riesgos, dijo, van “desde lo económico, de la dignidad de una persona, hasta la vida de una persona, el rango es muy amplio; sí, probablemente el más grave, por supuesto, es la pérdida de una vida humana”.
Los ciberdelincuentes, explicó Enríquez, pueden crear una cuenta alterna o secuestrar las cuentas de las plataformas digitales y a partir de eso, pedirles dinero a los familiares del afectado.
“También, puede haber una consecuencia que es absolutamente lamentable, que sería el acoso o el bullying cibernético, que tiene que ver con dar a conocer, ya sea, historias o notas falsas, o difundir fotografías modificadas a través de inteligencia artificial, conocido como deep fake, y eso puede lastimar gravemente la dignidad de una persona y llevarla hasta el suicidio”, afirmó.
¿Quénes son las personas más propensas al sucidio?
De acuerdo con las estadísticas más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población más afectada por el ciberacoso en México son las mujeres que tienen entre 12 y 29 años.
En 2022, el 29.3% de las mujeres de 20 a 29 años y el 23.7% de los hombres en ese mismo rango, que utilizaron internet, fueron víctimas de ciberacoso, según el Módulo sobre Ciberacoso de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH).
Las consecuencias del ciberacoso son diferentes entre hombres y mujeres de acuerdo con esas estadísticas, pues mientras el 15.4% de hombres sintió miedo, en las mujeres fue el 35.4%; mientras el 23.3% de los hombres sintió inseguridad, en las mujeres fue el 33.5%; el 16.7% de los hombres sintió nervios, en las mujeres fue el 21.7%; el 15.7% de los hombres aseguró que el ciberacoso no tuvo efectos en ellos, en las mujeres esa respuesta sólo la dio el 8.6 por ciento.
El Inegi destacó que ese año, tanto mujeres como hombres que vivieron alguna situación de ciberacoso utilizaron internet, en promedio, más de una hora adicional, en relación con quienes no lo experimentaron.
Mundo digital, más riesgoso que el físico
Al respecto, la comisionada Enríquez explicó que el riesgo de sufrir ciberacoso se eleva si se considera que “prácticamente un cuarto de nuestra vida la estamos pasando frente a una pantalla, un dispositivo móvil, nuestro celular, nuestra computadora, una tablet”.
Detalló que: “nos encontramos inmersos en ese mundo digital y en ese mundo digital, conforme nos vamos metiendo, cada vez vamos liberando más datos, es decir, dejamos una huella digital; liberamos nuestros datos al dar nuestro nombre, al poner nuestras contraseñas, al liberar datos bancarios, al subir nuestras fotografías, al abrir nuestra ubicación, todo ello va dejando una huella digital, que conforma nuestra persona digital”
Ante ello, la comisionada afirmó que “el ámbito digital ya representa más riesgo que incluso el ámbito físico”, pero como es algo inmaterial, los ciudadanos no son tan conscientes del riesgo.
“No a cualquiera le dejamos nuestras carteras o nuestro dinero y no a cualquiera le abrimos la puerta de nuestra casa, estamos conscientes materialmente de la importancia de esos objetos; sin embargo, cuando pasamos al plano intangible, no nos volvemos tan conscientes de esos datos, porque esos datos parecen ser efímeros y parece que no los vemos, a lo mejor no es tan sencillo darnos cuenta del valor que tienen”, expuso.
Enríquez reconoció que las autoridades garantes de la privacidad deben buscar un lenguaje más ciudadano para que los avisos de privacidad de las plataformas digitales sean comprendidos mejor por las personas.
“Tal vez tengamos que caminar hacia otras soluciones, que sean más gráficas, soluciones que sean de viñetas, en donde se den a conocer de manera muy puntual para qué van a utilizar tu información, por cuánto tiempo se lo van a quedar esa entidad, cuál es la vida útil de ese dato personal, si vulneraron tu dato, ante quién puedes acceder para presentar un derecho ARCO; ese es un gran camino”, afirmó.
Además, aseguró que es necesario fortalecer la educación digital sobre lo que se debe hacer en el entorno digital para protegerse.
“Desde lo más conocido, que pueden ser el cambio de contraseñas cuatro veces al año, que muy pocos lo hacemos, que tiene que ser alfanumérica y tiene que ser robusta, ya no basta con seis caracteres, ahorita ya estamos hablando en tendencias de 10 a 15 caracteres para que una contraseña pueda ser segura y sea menos propensa al hackeo”, ejemplificó Enríquez Rodríguez.
RM