“El gasto público dará equilibrio a falta de empleos”: economista

El especialista en Economía, Jesús Reséndiz Silva, advierte que las estrategias actuales obligarán a empresas a reducir producción y sacrificar plazas laborales

La Auditoría Superior deberá entregar el 20 de febrero del año siguiente la fiscalización. (Freepik)
Cristina Gómez
Tampico /

2023 no será un buen año para el empleo, considera el economista Jesús Reséndiz Silva. Advierte que factores globales y la política económica de México están gestando la tormenta perfecta ante una amenaza de recesión.

Advierte que subir las tasas de interés para contener la inflación encarecerá el financiamiento y frenará la inversión, presión que llevará a las empresas a restringir su producción y sacrificar trabajadores, previéndose desempleo o espacios transitorios y mal pagados.

“Las vacaciones dignas, con todo respeto, son curitas, al igual que el aumento al salario mínimo, no tienen un efecto potente en la economía, lo tendrían si fueran acompañados de un gran proyecto de inversión de gasto público que genere empleos de manera directa”.

Refiere que difícilmente el sector privado podrá proveer los niveles de remuneración establecidos, pues este invierte siempre y cuando haya gasto público, esa es la ecuación.

Sin embargo, prevé que el gobierno “no querrá gastar mucho el resto del sexenio y mantendrá su política económica, por lo tanto, el empleo no crecerá y las plazas que se oferten serán subempleos, con bajos sueldos y espacios caducables”.

Modelo, principal problema

Señala que el problema principal en México radica en el modelo económico, pues impide que el gobierno gaste lo suficiente para hacer frente a sus necesidades, bajo una política de austeridad.

“Lo que la Federación considera ahorros se está destinando a proyectos como el tren Maya y la refinería en Tabasco, pero se descobijan otras áreas. Trata de ahorrar y un gobierno lo que debe es gastar”.

El profesor de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Fadycs) de la UAT, recordó que durante la crisis por pandemia, no se otorgó el respaldo necesario a empresas y familias, y la economía colapsó al no haber gasto público en forma de créditos y apoyos directos.

“El gasto del gobierno es el ingreso del resto de la economía; si el gobierno no gasta, el resto de la economía no recibe pesos en su bolsa, estamos hablando de empresas y de familias”.

Tras la contingencia sanitaria, vino la reapertura económica y empieza a darse una escalada de precios, creciendo la inflación, mencionó el especialista.

Subraya que esta se debe principalmente a factores como cuellos de botella en la logística, en el comercio y la falta de inversión en sectores clave como el agrícola y tecnológico.

“Hubo hasta escasez de chips de autos por el paro del sector industrial en la pandemia, por otro lado en el sector marítimo era muy difícil avanzar mientras se reorganizaban de nuevo las rutas, las mercancías no llegaban a su destino y todo ello iba encareciendo los productos, sobre todo los que dependen mucho de las importaciones”.
El tema de la escasez de microchips no es exclusivo en México, ni en Guanajuato / Dani Béjar

Todo ello, expuso el especialista, hizo aumentar los precios y viene luego otra crisis con la invasión rusa, al empezar a subir los energéticos y los granos.

Y es que Rusia era el proveedor de energéticos a Europa y Ucrania el gran exportador de granos, lo que generó presiones inflacionarias muy fuertes que todos hemos sufrido, a través de un aumento generalizado de precios, afirmó.

“Ahora lo que vemos es que los bancos centrales a nivel mundial supuestamente empiezan a subir sus tasas de interés para controlar la inflación, entre ellos el Banco de México y sobre todo la Reserva Federal, pero ese mecanismo no va a la solución de raíz”.

Desde su punto de vista, el problema está en los cuellos de botella logísticos, la falta de inversión en el sector agrícola y no tener una estructura industrial fuerte.

“El gobierno debe invertir, por ejemplo, en infraestructura, en concesiones, en créditos, apoyos directos para generar proyectos de alto impacto económico, apoyos a la innovación tecnológica”

Jesús Reséndiz Silva

“Subir tasas de interés encarece el financiamiento y restringe la inversión; genera presión en las empresas y tienen que tomar decisiones, como restringir su producción, incluyendo reducir su planta laboral o congelar salarios”.

Indicó se generan grandes cantidades de desempleo al sacrificar trabajadores para controlar la inflación, de tal manera que la desocupación será del 4.6% a finales de 2023 según prevé la Reserva Federal.

“En las 12 recesiones que ha habido, el desempleo creció 1% anual y la previsión del 4.6% hace prever que el planeta experimente una recesión global generalizada por el alza en las tasas de interés, sobre todo de la reserva federal”.

Todo indica, dijo, que habrá una recesión, aunque la Reserva Federal dice que hará lo posible por impedirlo, pero si sube las tasas de interés habrá desempleo.

En México, añadió, esto iría aparejado con una política fiscal restrictiva pues el gobierno busca “mantener el equilibrio fiscal como libro de texto ortodoxo”.

“Al aumentar la tasa de interés se encarecerá el crédito y se frenará la inversión, aunado a que el gobierno no gasta, se está creando la tormenta perfecta y va a ser muy costoso en términos humanos recuperarse de una recesión”.

Reséndiz Silva insistió que se antepone el equilibrio fiscal por encima del equilibrio económico, pues a la Federación le importa más la contabilidad que el crecimiento.

SJHN

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