Sin soluciones viables contra el abandono de viviendas

Expertos en urbanismo hablan sobre las dificultades derivadas de los fraccionamientos mal construidos desde hace 20 años en Jalisco; la prioridad es cambiar las normativas de construcción

En Tlajomulco de Zúñiga se estima que actualmente hay al menos 68 mil viviendas abandonadas. (FERNANDO CARRANZA)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

En Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, están reportadas al menos 68 mil viviendas abandonadas, ubicadas en infinidad de fraccionamientos que fueron construidos desde principios de este siglo. Ya van 20 años desde que estos complejos habitacionales son estudiados por expertos en el tema y, ante el abandono de estas fincas que fueron pensadas para las familias que perciben entre tres y cinco salarios mínimos al día, no se ven soluciones viables.

El problema es más grande: no todos tienen la opción de dejar esos lugares que compraron con la expectativa de tener una propiedad digna para vivir. La gravedad de la situación es mayor para los que se quedan. Ellos habitan casas mal hechas, edificadas en terrenos de 5x16 donde hay un cuarto para dormir y otro para poner una sala. Los servicios más básicos como el agua y la luz son intermitentes o inexistentes y cada integrante de una familia (en promedio cuatro), tiene que tomar al menos dos camiones de ida y dos de regreso todos los días para ir a sus lugares de trabajo o de estudio.

“El principal problema no es para los que se van, sino para que los que se quedan. Para los que no tienen más opción. No todos quieren irse. Hasta el momento nadie sabe qué se puede hacer. No hay ninguna solución que realmente se vea viable, a no ser de derrumbar las casas, o volverlas a rentar, o intentar repararlas, la verdad es que no hay una verdadera solución al problema”, aseguró en entrevista Oscar Castro, director del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso).

Además de ser viviendas demasiado chicas, no se las puede agrandar, no existen las condiciones para que crear comunidades de barrio y, además, muchos de estos fraccionamientos han sido tomados como centros para traficar drogas, para la prostitución, en donde hay casas de tortura e, incluso, como cementerios clandestinos.

Castro explicó estos complejos habitacionales son una copia mal hecha de los modelos que en Estados Unidos funcionan bien para la clase trabajadora. Ellos tienen casas amplias, con jardines que, si bien están en los suburbios, están vinculadas con el resto de la ciudad.

Además, dijo, en México se construyen este tipo de casas calientes, en las que se tiene que usar ventilador o aire acondicionado para poder estar dentro. Esto va generando lo que se conoce como “costos ocultos” que una persona no toma en cuenta cuando decide comprar una casa en estas condiciones: “Si se supone que va a pagar 2 mil pesos al mes durante 25 años, pues con estos gastos que no estaban previstos aumenta considerablemente la cifra y la gente se le dificulta seguir pagando”.

En los fraccionamientos con estas condiciones está registrado un abandono de entre el 25 y el 60 por ciento. No todos tienen la misma problemática.

Para José Javier Gómez Álvarez, profesor de asignatura del Iteso y de la Esarq, la principal preocupación no es por las viviendas que ya están deshabitadas: “El problema mayor lo tienen las personas a las que se les hizo habitar estos fraccionamientos que, como sabemos, son un polvorín donde hay inseguridad, donde además hay desabastecimiento de servicios tan básicos como lo es el agua, la recolección de basura, no hay transporte, no hay escuelas. Qué va a pasar con estas personas que están viviendo en estos lados”.

“Mucho me temo que tanto los ayuntamientos como el gobierno del estado y, de ser posible, quien haya financiado estos lugares, van a tener que acudir a un rescate, quizá concentrar a las poblaciones que viven ahí dispersas, en algunos fraccionamientos, de manera que sean más controlables y se pueda hacer algo con ellos. Mucho del problema es que en un fraccionamiento muy grande hay muchas casas deshabitadas y ahí es donde se genera el conflicto. Qué pasaría si a todas estas personas se les reubica en una pequeña porción de estos fraccionamientos, de manera que se les pueda atender, se les pueda dotar de servicios y, bueno, ya en una segunda instancia se verá qué hacer con el resto”, agregó Gómez Álvarez.

Ambos especialistas coincidieron en trabajar en la prevención para que esto vuelva a ocurrir. Por su parte, Oscar Castro resaltó la importancia de modificar las normativas de este tipo de construcciones: “No es que las inmobiliarias hayan hecho algo ilegal, porque las normativas promueven la construcción de este tipo de casas. Es decir, no están infringiendo, entonces el problema viene desde ahí (…) Es fundamental modificar las normativas y que se haga el uso de suelo mixto. Para tener viviendas dignas es importante recuperar las zonas centrales de la ciudad. Esto tiene algunos costos, como los son no tener un cajón para estacionamiento y la conviviencia con mucha gente, pero quizá esa sea una solución. La vivienda vertical sería una opción para que la mayoría de la gente que gana entre tres y cinco salarios mínimos al día puedan tener acceso a un lugar digno”.

MC

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