En medio de la pandemia de la covid-19, en México se está presentando una “migración descontrolada” de talento, fenómeno que es encabezado por los integrantes de las generaciones millennials y “Z”, quienes cuentan con un amplio dominio de las tecnologías de la información y no requieren salir de sus casas para realizar sus labores.
De acuerdo con el análisis “Migración Descontrolada de Talento”, desarrollado por Rocío Álvarez Bauza, especialista en cultura organizacional de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), las secuencias de la pandemia de la covid-19 siguen siendo evidentes en la sociedad y en las organizaciones.
“La mayoría de las empresas han logrado adaptarse a ello; sin embargo, el equipo de recursos humanos continúa enfrentando desafíos ante los cambios de esta crisis y de nuestra acelerada transformación social y cultural. Estos cambios tienen una influencia negativa en la permanencia de los colaboradores, por la posibilidad de trabajar desde otro lugar sin salir de casa, volviéndose una opción viable para muchos, provocando la movilidad del talento, siendo un desafío organizacional asegurarla permanencia de sus colaboradores, garantizando la rentabilidad”, destaca el análisis.
Las organizaciones deben priorizarlas habilidades de sus colaboradores por encima de sus funciones, desarrollando líderes con capacidades para manejar este irremediable escenario reteniendo el talento, anticipando y diseñando estrategias para afrontar este desafío, añade el análisis.
Por su parte, Raúl Bringas Nostti, investigador del Departamento de Administración de Negocios Internacionales de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), el panorama actual está marcado por la migración de personal, el cambio de la realidad presencial a la digital de muchas empresas y una cultura de liderazgos disruptivos.
“Un líder capaz, que procede de otra cultura, ofrece una interpretación de las cosas que difiere notablemente de la concepción que pueden tener los ejecutivos pertenecientes a la cultura que lo recibe. Cuando este agente extraño tiene voluntad y capacidad para entender la naturaleza del nuevo entorno en el que se encuentra, puede irrumpir de forma exitosa. Es capaz de cuestionar valores, prácticas u objetivos que se daban por sentados. Si este líder resulta ser la cabeza de la organización, puede perturbar, desde un punto de vista positivo, hasta los cimientos mismos de la cultura corporativa y los procesos bajo los que ésta funciona”, destaca el análisis.
En su análisis, el investigador destaca que la aceleración de la globalización, producto de las nuevas tecnologías, mejores comunicaciones y un sistema económico global más abierto, reforzó el vínculo entre migración de talento y liderazgo disruptivo.
“Las empresas ya reconocen que un brillante ejecutivo procedente del extranjero tiene una capacidad disruptiva superior a un brillante ejecutivo local. Su óptica novedosa, su falta de ataduras a la cultura local y hasta su propia imagen personal de extranjero incentivan lo diferente, impulsan los retos y hacen pensar en una organización incluyente y multicultural”, destaca el análisis.
CHM