Zonas rurales de Jalisco reciben el 10% de las remesas en México

De los 33 mil millones de dólares en remesas que llegan cada año de Estados Unidos a México, el 10 por ciento se queda en Jalisco

La mayor parte del dinero que envían los migrantes del estado es para familias que viven en zonas rurales. (Fernando Carranza)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

De los 33 mil millones de dólares en remesas que llegan cada año de Estados Unidos a México, el 10 por ciento se queda en Jalisco. La mayor parte del dinero que envían los migrantes del estado es para familias que viven en zonas rurales.

El 5 por ciento de la población de este país recibe remesas. Cada año se registran 100 millones de envíos de dinero. En promedio, los paisanos que viven en “el gabacho” mandan entre 300 y 350 dólares en cada operación. No es mucho, pero es de mucha ayuda para sus parientes.

Las remesas que entran a México representan menos del 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. A escala macroeconómica no tiene mucha relevancia. Este dinero cobra importancia en el seno de infinidad de familias mexicanas.

En conferencia de prensa sobre las crisis migratorias y remesas en México, Alejandro I. Canales Cerón, profesor Investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicó que Jalisco, Michoacán y Guanajuato concentran el mayor volumen de remesas en el país: 30 por ciento.

En concreto, en 2018 llegaron a tierras jaliscienses alrededor de 3.2 mil millones de dólares: “La remesa es un fenómeno esencialmente rural. El 40 o 45 por ciento del volumen de las remesas llega a localidades rurales. En Jalisco también es así. Las remesas son un indicador de las carencias que tienen los hogares y la población de México, hoy y desde hace 30 años”.

Entre 2015 y 2016 las remesas recuperaron el récord histórico en el país. Cada año se establece un nuevo parámetro. Cada año son más. Sin embargo, las remesas representan el 2.8 por ciento del PIB. En contraste con lo que sucede, por ejemplo, en Guatemala, donde el dinero que llega de los migrantes de su país constituye entre el 8 y el 10 por ciento del PIB. En el caso de El Salvador el porcentaje llega al 20 por ciento, lo que genera un impacto fuerte y muy diferente a lo que pasa en México: “Aquí el impacto no tiene que ver con lo macroeconómico, sino a nivel de los hogares y de las localidades que reciben las remesas”.

Por su parte, Patricia Noemí Vargas Becerra, investigadora del Departamento de Ciencias de la Salud del CUAltos, explicó que en 10 años (durante los gobiernos de George Bush, Barack Obama y Donald Trump) el número de mexicanos en Estados Unidos se ha mantenido estable. Son alrededor de 12 millones de paisanos los que viven allá. No ha aumentado el flujo de migrantes, lo que se incrementó, sobre todo en 2019, son las detenciones de la patrulla fronteriza.

La especialista detalló que lo que sí va en aumento es el número de centroamericanos que quieren llegar a aquel país del norte.

En el caso de la emigración mexicana, son muy pocas las personas que están indocumentadas. De hecho, la investigadora resaltó que el número se ha reducido en más del 50 por ciento.

No es que en los tiempos recientes esté habiendo más migración. Lo que hay más son aprehensiones: “Con Obama se incrementó a 163 mil 346 el número de detenciones y se mantuvo casi estable en los primeros dos años del gobierno de Trump, pero en los tres primeros meses de 2019 las aprehensiones se han duplicado. Tenemos que las aprehensiones han llegado a 429 mil 481. Que no tiene que ver con un incremento de migrantes, sino con un cambio de política de Trump”.

En 2005, el aumento de personas provenientes de Centroamérica tuvo que ver con la crisis en El Salvador. De 2015 a 2018, fue por las crisis políticas y socioeconómicas de Honduras. Actualmente se tiene un flujo de 588 mil personas provenientes de esta zona del continente, que cruzan por México. La mayoría de los migrantes centroamericanos son indocumentados.

“La mayor parte de las detenciones y de deportaciones van a ser de centroamericanos y no tanto de mexicanos. Evidentemente la política está afectando a nuestro país porque somos la frontera. Y México está pagando los platos rotos por ser el país que colinda con Estados Unidos y por donde están cruzando”, señaló Vargas Becerra.

“Es una situación evidentemente política. Se tiene que aprender a diferenciar, Trump lo que está haciendo es una política de detención. Si vemos los flujos no son tan abundantes. La forma de presentar la información hace que se vea de una forma alarmante, como que el flujo se está incrementando notablemente, pero si vemos las cifras reales no es así”, añadió.

TESTIMONIO

Patricia Noemí Vargas Becerra contó que en Jalisco existe población móvil de migrantes. Actualmente se cuenta con centros de atención como el FM4 paso libre y también existen propuestas que se han presentado en torno a esto para que sean consideradas como políticas públicas de gobierno.

Lo que se busca es que el estado tenga una red de albergues, de centros de atención para migrantes en donde se les brinde no solo atención psicológica y médica, sino legal. Aseguró que se trabaja en políticas para que el estado dé atención de este flujo de personas.

“Tenemos planteamientos de política pública que tienen que ver con este fenómeno de tránsito para convertir a Jalisco en una entidad que resguarde a los migrantes de forma segura”.

MC

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