El coordinador del recién instalado Grupo de Trabajo para la Transición Hacendaria de la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar, mantiene bajo lupa a 160 mil grandes fortunas para cobrarles un impuesto de única vez y recaudar hasta 100 mil millones de pesos con el fin de enfrentar la emergencia sanitaria y económica en México.
En entrevista con MILENIO, el legislador de Morena confirmó que la propuesta formará parte de la discusión del proyecto de reforma fiscal que será presentado a más tardar el 15 de agosto para dejarlo a consideración de la próxima legislatura en el Palacio de San Lázaro.
“Yo creo que llegó la hora de que los grandes multimillonarios pudieran colaborar mucho más y se puede hacer; países como Estados Unidos y los países europeos tienen este mismo debate y yo creo que vamos a llegar a construir un sistema con una justicia fiscal mucho más clara, más consistente”, puntualizó.
Ramírez Cuéllar precisó que aún falta definir el umbral a partir del que se considerarán las grandes fortunas, pero estimó que los multimillonarios en México no son más de 160 mil.
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De acuerdo con un estudio de la Red Latinoamericana por la Justicia Económica y Social compartido por el ex presidente nacional de Morena, la aplicación de un impuesto de 2 por ciento a las fortunas de entre veinte millones y mil millones de pesos; de 3 por ciento, a las de mil millones a dos mil millones, y de 3.5 por ciento a las superiores a dos mil millones, permitiría recaudar cerca de 100 mil millones de pesos.
A su vez, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica estima que un “aporte único” de 2 por ciento aplicado solamente a las personas con un patrimonio mayor a 20 mil millones de pesos significaría una recaudación de 50 mil millones.
El diputado federal insistió en la necesidad de que los multimillonarios aporten al fortalecimiento financiero del país ante los estragos de la pandemia de covid-19 y los retos que en materia de salud y economía se derivan de la emergencia.
“Creo que, con la experiencia que ya existe en otros países, podemos sacar una propuesta justa para que ya no sea la clase media la que siempre sacrifica y mucho menos la gente pobre la que siempre coopera”, advirtió.
Según dijo, Argentina y otros países de América Latina aprobaron en diciembre pasado el cobro de aportaciones extraordinarias a los multimillonarios, mientras Inglaterra, Sudáfrica y Perú analizan igualmente esa alternativa.
En el caso de Argentina, el llamado “Aporte solidario y extraordinario de las grandes fortunas”, de entre 2 y 3.5 por ciento a patrimonios superiores a 2.5 millones de dólares, dará al Estado recursos adicionales para mitigar los efectos de la pandemia.
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Dicho gravamen se impondrá a solo 0.02 por ciento de la población y, con ello, el gobierno argentino prevé recaudar 3 mil 500 millones de dólares, equivalentes a 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país.
Ramírez Cuéllar subrayó que el tema de la progresividad fiscal es un asunto fundamental para que las grandes fortunas colaboren más en el sostenimiento y el desarrollo de los países, y contribuyan de manera más amplia para superar las emergencias sanitarias o económicas.
“Entonces, es uno de los puntos que vamos a discutir aquí, pues es no solamente cómo se mantiene un sistema fiscal más coherente, sino también cómo se logra que las grandes fortunas y los grandes multimillonarios puedan colaborar de mejor manera con los gastos que se requieren en México”, remarcó.
Reforma fiscal… sin más impuestos
El Grupo de Trabajo para la Transición Hacendaria quedó formalmente instalado en la Cámara de Diputados el pasado miércoles, con la meta de consensuar y presentar el 15 de agosto un proyecto de reforma fiscal para fortalecer los ingresos del gobierno federal, estados y municipios.
Ramírez Cuéllar convocó entonces a hacer una “revolución” por la justicia fiscal, disminuyendo la evasión y la elusión tributarias con un enfoque de progresividad y estado de bienestar.
Llamó a revisar el marco tributario actualmente “regresivo, lleno de fugas y elusiones”, así como el presupuesto de gastos fiscales que supera los 800 mil millones de pesos, con el propósito de erradicar aquellos que fueron producto de presiones y negociaciones.
“La meta común es establecer nuevos criterios de corresponsabilidad, volver a discutir y analizar los ingresos en materia ambiental y de patrimonio, y todas las fuentes fundamentales para fortalecer a los gobiernos subnacionales, evaluar nuevas fórmulas de distribución de los ingresos del país y nuevos mecanismos de fiscalización del gasto”, señaló.
El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió un día después que “sí se requiere una reforma fiscal” para solventar los gastos excesivos que se presentan en algunos estados, sin que ello signifique un alza de impuestos o un aumento de la deuda pública.
“(Se necesita) honestidad, porque si no es un barril sin fondo, no es problema, solo la falta de presupuesto, el problema es la corrupción, entonces hay que limpiar, que haya honestidad y austeridad y a partir de ahí a ver que se puede hacer para lograr más presupuesto”, apuntó.
DMZ