Diálogo de seguridad de alto nivel será parteaguas para relación con EU: expertos

Expertos opinaron sobre lo que significa el diálogo de seguridad de alto nivel entre México y Estados Unidos, y afirmaron que será un antes y después en la relación bilateral.

En septiembre también hubo un diálogo entre funcionarios de EU y México.
Adyr Corral
Ciudad de México /

Luego del anuncio del gobierno mexicano para extinguir la Iniciativa Mérida y plantear un nuevo modelo de seguridad bilateral con Estados Unidos durante la celebración del diálogo de seguridad de alto nivel (DSAN), expertos en materias de seguridad y relaciones internacionales consultados por MILENIO coincidieron en que lo que se avecina es un cambio de paradigma en la relación de ambos países.

"Lo que vine es un cambio de paradigma de la cooperación en materia de seguridad y la defensa entre los dos países. Porque la Iniciativa Mérida permitió integrar diálogos muy interesantes entre las fuerzas de seguridad y las agencias de inteligencia, pero, también con las secretarías de Defensa de los dos países”, explicó Gerardo Rodríguez, director del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap).
"Sin duda, es un parteaguas porque viene a discutir temas geopolíticos importantes de criminalidad que afectan a la región, particularmente, a una y otra frontera, pero que, desde luego, se acentúa por los fenómenos de criminalidad que observamos en toda América Latina", dijo entrevistada por separado Iliana Rodríguez Santibáñez, abogada internacionalista del Tecnológico de Monterrey.

Ayer, consultado sobre los puntos que México pondrá sobre la mesa en la negociación del DSAN, el cual se realizará este viernes en la Ciudad de México, el canciller Marcelo Ebrard reiteró que se tiene como una prioridad plantear la reducción de la violencia, el tráfico de armas y el consumo de estupefacientes. Y agregó que pedirán a Washington que no envíe más armamento.

"No me mandes armas, por favor, ya lo que no queremos son armas, ya no quiero que me des armas, ni helicópteros, ni nada de eso. Lo que queremos es que ya no vengan armas, no que vengan más. El 70 por ciento de las armas, como sabemos, provienen de allá", detalló en entrevista con medios de comunicación este martes.

Ante tal planteamiento, Javier Oliva, Investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estimó que las declaraciones del secretario de Relaciones Exteriores sobre frenar el envío de armas y helicópteros desde Estados Unidos, “ va en función de uno los objetivos de la Iniciativa Mérida que era: México recibía dinero de Estados Unidos y México le tenía que comprar a empresas de Estados Unidos aparatos de seguridad y armas”.

"Lo que dijo el canciller no es tomarlo en este absolutismo de que México va a abandonar todo, y el apoyo a Estados Unidos en materia de seguridad, no, yo creo que no, yo creo que la reunión es precisamente para generar el diálogo que creé una zona de seguridad que pueda también tener impactos en la región de América Latina", agregó por separado Rodríguez Santibáñez.

La investigadora del Tecnológico de Monterrey planteó que ante el crecimiento de las organizaciones del crimen organizado en la región en las últimas dos décadas, "de alguna forma, se hizo necesaria la injerencia a través de la materia de seguridad de Estados Unidos", aunque subrayó que esto "no necesariamente indique que ha sido positivo".

Los expertos coinciden en que el anuncio de la extinción de la Iniciativa Mérida y el planteamiento de un nuevo acuerdo en materia de seguridad con Estados Unidos tiene detrás un fuerte componente político.

"No sólo desde el gobierno de este presidente (Andrés Manuel López Obrador), sino incluso desde el gobierno de (Enrique) Peña Nito que, también criticó y no pudo eliminar el Plan Mérida, fue precisamente el discurso de la prevención", acotó Rodríguez Santibáñez.
"Es una herencia de un gobierno republicano y de un gobierno panista, en esos términos, ya también es un mecanismo que se agotó políticamente hablando", subrayó Oliva sobre el componente político del anuncio.
"Por supuesto que, también está el desmarcaje que busca el gobierno del presidente López Obrador de sus antecesores, del presidente Peña Nieto, y sobre todo, del presidente Calderón", agregó Gutiérrez.

Sobre la fuerza negociadora con la que llegará México al diálogo, es el primero en su tipo, y se espera que asistan, de parte de Estados Unidos, el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, entre otros altos funcionarios de Washington.

Los expertos coinciden que el país podrá jugar cartas como los acuerdos migratorios, el abatimiento conjunto de la pandemia de covid-19, el combate al narcotráfico, además de temas relacionados con la reforma eléctrica, el sector energético y otros temas multilaterales, principalmente, los que tienen que ver con el T-MEC.

"Estados Unidos ya no tiene la capacidad de imponer unilateralmente ninguna política a un país del tamaño de México, porque sería muy costoso que deje de cooperar, no solamente en esta materia, sino en otras, por ejemplo, el tema de la pandemia, la frontera, inmigración, temas multilaterales", detalló el investigador de la UDLAP.

scsa

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