Para Bolivia, el exilio otra vez. En 1971, decenas de bolivianos, intelectuales de izquierda los más, salen de su país rumbo a México a raíz del golpe militar de Hugo Banzer contra el presidente legalmente elegido, Juan José Torres. 48 años después, el también presidente legal, Evo Morales, llega, igual a nuestro país.
En aquel año, una de las embajadas que abrió sus puertas para que acudan a asilarse es precisamente la embajada mexicana. Ahora sucede lo mismo.
Sólo que el mundo cambio y ambos exilios son diferentes. En 1971 el mundo estaba polarizado: por un lado la Unión Soviética y por el otro, Estados Unidos. Con todo su poderío ambos.
Hoy, el continente americano ha experimentado la democracia.
Quien explica todo lo anterior es el especialista en el tema exilio y Bolivia y Maestro en Estudios Latinoamericanos por la UNAM, Eusebio Andújar.
En entrevista con MILENIO, señala que, por lo tanto, el exilio de aquel año al de ahora en la figura de Evo Morales es diferente.
El asilo que se está generando es, ahora, en un contexto de apertura democrática de elecciones, pero a final de cuentas el objetivo es tener alejado al opositor político.
En su estudio; Exiliados bolivianos en la UNAM, Andújar recuerda que en aquél entonces se dio una primera oleada de exiliados del ámbito universitario; junto a ese exilio intelectual, la embajada estuvo en disposición de acoger a familias completas que vinieron a México.
En aquel año, fueron asilados un promedio de 75 a 80 bolivianos en nuestro país; después hubo grupos que no necesariamente llegaron vía embajada y que solicitan asilo político y se les concede; el exilio boliviano vendría a beneficiar a más de 100 personas.
Prolífico en el tema, afirma en otros estudios que la cantidad de asilados rebasó de manera pronta la capacidad de alojamiento que pudieron conceder tanto en la residencia del embajador, como en sus oficinas de trabajo. Otros más llegaron por otras vías y otros tantos, caminaron hacia Chile o Perú, entre otros.
Entrevistado, sobre el mismo tema, Rubén Ruiz Guerra, del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM, señaló que el asilo en nuestro país es una tradición muy sana que ojalá, con la llegada ahora del presidente boliviano Evo Morales, se siga conservando.
"Es indispensable en términos de la protección de la vida de un personaje público muy importante no sólo para Bolivia, sino para América Latina y el mundo", enfatizó.
En 1971, explicó, había diferencias al interior de las Fuerzas Armadas de Bolivia; una confrontación entre el entonces presidente Juan Manuel Torres con el coronel Hugo Banzer Suárez.
Según Andújar, el primero, asesinado en junio de 1976, representaba una vertiente militar de tipo nacionalista socialista y Banzer, respondía a los intereses de los agroindustriales del oriente boliviano y de las corporaciones extranjeras dedicadas al usufructo de minerales e hidrocarburos.
Hoy sigue siendo el hidrocarburo, pero además el litio que se disputa en las nuevas tecnologías, el motivo de las disputas en ese país.
Recordó que históricamente en Bolivia ha sido extremadamente difícil establecer o generar gobiernos estables. Se han generado golpes de estado con enorme frecuencia y se ha dado la salida abrupta de quien esté ejerciendo el poder ejecutivo: es algo que viene del siglo XIX y XX.
RLO