¿Hacia dónde vamos si la movilidad no mueve a los hidalguenses?

MUJERES QUE LUCHAN

Irrisorio que a pesar de los avances que hay en la promoción del uso de la bicicleta, la planificación urbana no lo refleje y tampoco las leyes

María Rodríguez Copca, presidenta del colectivo Airosa en Movimiento. (Cortesía)
Melisa Agüero
Pachuca /

En Hidalgo se presumen nuevos proyectos de infraestructura, la movilidad parece ser un rubro importante en cada periodo gubernamental, siempre más distribuidores viales o la continuación de alguno, así como nuevos puentes peatonales que prometen ser “inclusivos”, pero ¿qué están entendiendo los gobiernos por movilidad, y la movilidad de quiénes están fomentando y a quiénes están dejando fuera de la jugada?

María Rodríguez, activista y líder del colectivo Airosa en Movimiento, ha sido observadora de este fenómeno desde diversas aristas y durante los últimos tres años se ha comprometido con Pachuca y su zona metropolitana para que la ciudadanía logre apropiarse y participar dentro de un ideal colectivo que alcance un proyecto de ciudad integral.

Para este ideal de ciudad, la activista plantea que los gobiernos deben considerar elementalmente la pirámide de movilidad y, sobre todo, la participación ciudadana para desarrollar espacios dignos según las necesidades de cada tipo de población, y ante todo, que quienes encabezan gobiernos estatales y municipales recuerden que no todos los ciudadanos viven las mismas condiciones sociales para transportarse, por lo que los proyectos deben eliminar el automóvil como centro y jerarquizar a quienes son más vulnerables en cotidianidad urbana.

“Definitivamente los nuevos proyectos de movilidad no están tomando en cuenta las necesidades de los peatones, los espacios que están creando alrededor de los distribuidores no son dignos para la gente que camina y los puentes peatonales no sirven”, dice tajantemente mientras señala que el peatón es el más desprotegido en la ciudad, sin embargo los proyectos viales se dirigen a la movilidad en automóvil particular con la idea de que éste jamás tenga que detenerse y con ello generar un tráfico fluido, cuando en teoría es el automóvil el que debe parar al ver a alguien que no tiene ninguna protección mas que su propio cuerpo.



La mayoría de la población de Pachuca no tiene auto y la gran parte, si no es que toda la infraestructura vial va dirigida al auto, y la vía tiene que ser lo que ahora se le llama la calle completa: la vía tiene que incluir el espacio para el peatón, el espacio para la bicicleta, el espacio para el auto siguiendo la pirámide de movilidad”.


Bulevar Colosio, el terror de los ciclistas

“Debe haber trabajos para construir ciclopistas, que no deben ni siquiera ser construidas, es simplemente señalar; tenemos esta concepción de que cualquier cosa que tiene que hacerse para la ciudad tiene que ser una gran obra, cuando para hacer una ciclopista solo hace falta pintar una línea y educar más a la ciudadanía”.

Para María es irrisorio que a pesar de los avances que hay en la promoción del uso de la bicicleta, la planificación urbana no lo refleje y tampoco las leyes, mucho menos el Manual Ciclista Urbano y Metropolitano de Hidalgo publicado en junio por la Secretaría de Movilidad y Transporte (Semot).


“(Pachuca) es una ciudad caminable, es una ciudad que por extensión se podría usar la bici para trasladarse, pero que tenemos todo el bulevar (Luis Donaldo) Colosio que troza a la ciudad en dos porque es una literal barrera para peatones y ciclistas, tú en la bici llegas a Colosio y ahí es donde se complica todo”.

Las vías rápidas para automóviles son zonas de riesgo para peatones y ciclistas, el bulevar Luis Donaldo Colosio, sobre todo sus extremos, carecen de banquetas y un espacio delimitado para el uso de bicicletas, lo que obliga a esta población a trasladarse por las rutas más largas.


¿La planificación urbana olvidó a las mujeres?

Airosa en Movimiento no solo se convirtió en un colectivo ciudadano en pro de una movilidad sustentable, sino que además vela por que las mujeres se apropien de los espacios públicos, desde aquellos físicos como las calles hasta los intangibles como son los puestos de gestión política.

Para ello organizaron caminatas nocturnas dirigidas específicamente a que las pachuqueñas recorrieran las calles céntricas de la ciudad durante la noche. Bajo el hashtag #LasCallesSonNuestras, decenas de mujeres recorrieron museos y hasta el ring de lucha libre ubicado en la calle Cuauhtemoc, espacios que fueron abiertos únicamente para ellas a altas horas de la noche y con la seguridad de no recibir acoso; no obstante, algunos ciudadanos no comprendieron el mensaje.

“Dentro de las caminatas nocturnas que hicimos con mujeres vimos qué tan iluminadas estaban las calles, vimos que a pesar de ser mujeres en grupo, más de 30 mujeres, aun así recibimos acoso callejero y por eso es necesario que la perspectiva cambie”.

Sumado al acoso callejero cotidiano, la planificación urbana de Pachuca y la zona metropolitana tampoco es amable con las mujeres y sus necesidades. “Hace falta una fuerte perspectiva de género, la calle debe ser para todos y como decía, nuestra ciudad está más hecha para el auto que para el peatón, pero también no toma en cuenta ciertas consideraciones o la manera de moverse de las mujeres, que es muy específica de nuestro género porque estadísticamente aún las mujeres somos consideradas como cuidadoras, por lo que hacemos rutas distintas”.

No suficiente con la falta de espacios seguros para las peatonas, las ciclistas tampoco están a salvo. “Recientemente se publicó un manual de ciclismo por parte de Gobierno del Estado que dice que no se debe transitar por las vías principales y esto puede sonar fácil, pero muchas de las vías secundarias en nuestra ciudad no tienen iluminación, no son transitadas y tienen una serie de problemas de seguridad y no basta con que digan que tomemos esas vías porque las mujeres no siempre podemos tomar esas decisiones (…) dice que las mujeres no deben andar en bici solas, en lugar de garantizar como Estado la protección de cualquiera”.

Por ello, la activista considera que “las mujeres para tener una movilidad segura y digna necesitamos ser partícipes de la planeación urbana, y partícipes no solo desde el punto de vista de la mujer política, que a lo mejor tiene más facilidades, sino desde la mujer de la comunidad”.

Finalmente, María Rodríguez se siente satisfecha con lo logrado hasta el momento, porque si bien el camino no ha sido fácil, cada día reciben a más mujeres en el equipo y cada vez permean más en la comunidad, pues sus proyectos han llegado a varias colonias y fraccionamientos de Pachuca y con ello construyen el ideal de ciudad que se necesita para vivir en un espacio incluyente. Solo espera que terminado este periodo municipal, los proyectos no se detengan y que los nuevos funcionarios dejen programas a largo plazo y no solo parches temporales que se desechen con el tiempo sin generar el cambio que la ciudadanía requiere.

Puentes

antipeatonales

“El 99 por ciento, si no es que todos, los puentes peatonales en la ciudad son inútiles, tenemos que hacer una cultura vial en la que realmente sea el peatón el que está al centro y esta cultura tiene que permearse a los conductores”.

“Hay desde autoridades, y me refiero a policías de tránsito, políticos, que no saben que es una infracción no detenerse frente a un paso peatonal cuando para eso son los pasos peatonales (…) tiene que ser un modo de vida, no una regla, sino que todos nos demos cuenta que el más frágil en la calle es el peatón y es por eso que es al que tenemos que proteger y es por eso que es el que tiene que hacer las distancias más cortas y es por eso que debe tener la infraestructura adecuada”.


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