He entrado a La Lagunilla, pero a Tepito aún no: Christopher Landau

Entrevista | Lado B

El embajador de EU es amante de los nuevos lugares, disfruta la comida mexicana, incluida la costilla de jabalí, y confiesa que ha sido su mejor año pese a la pandemia.

El diplomático del país vecino en una visita a Tlaquepaque, Jalisco. (Especial)
¿Cuál es su libro favorito? "All the Light We Cannot See", de Anthony Doerr. (Especial)
Ciudad de México /

Además de su empleo, el embajador de EU en México, Christopher Landau (13 de noviembre de 1963) es coleccionista de estampillas y un gran interesado en conocer nuevos mundos y personas.

Hace poco más de un año llegó a México y desde entonces se ha caracterizado por gozar de gran popularidad, particularmente en redes sociales, donde refleja su interés por el país, del que exalta su riqueza en tradiciones, lugares turísticos y gastronomía.

¿Cómo se define?

Soy un abogado de 57 años, embajador de EU en México desde hace más de un año y estoy feliz porque me encanta esta nación.

¿Qué lo llevó a dedicarse al servicio público?

Mi padre fue diplomático. Yo nací en Madrid, España, y crecí en Sudamérica, así que siempre ha sido parte de mí ser bicultural. Aprendí español desde niño y eso me ha dado grandes amistades; además, siempre he tenido gran pasión por la historia y la cultura hispanoamericana y cuando hubo una vacante en la embajada en México expresé mi interés.

¿Cómo fue crecer dentro del ámbito diplomático?

Me encantó; estudié cinco años en la Escuela Americana de Asunción, en Paraguay. Crecer en otro país te abre muchos horizontes y esa es la clave de mi personalidad: siempre trato de ver las cosas desde otra perspectiva. Para un embajador lo más importante es tener empatía.

Ha dicho que este ha sido el mejor año de su vida, ¿por qué?

Porque me ha encantado conocer este país; hay muchas regiones, gente distinta. Hace algún tiempo pensaba que mis hijos siempre habían vivido en la misma casa a las afueras de Washington, mientras que yo, a sus edades, ya había residido en seis países; ahora me da mucho placer ver que mi familia también puede compartir esa experiencia. Hay retos y frustraciones, igual que en cualquier otro trabajo, sobre todo ahora con la pandemia.

¿Qué es lo que destaca de este periodo como diplomático?

Lo mejor que me ha quedado son las interacciones con los mexicanos; soy muy activo en redes sociales y eso me ha sorprendido, porque como abogado apenas tenía 11 seguidores en Twitter y ahora tengo más de un cuarto de millón. Es muy importante escuchar las quejas y estoy muy orgulloso de haber creado un sistema con el que puedo contestar todas las preguntas consulares.

¿Por qué adora comunicarse por redes sociales?

Me pareció interesante compartir quién soy. El embajador de EU suele verse como una figura distante y las redes sociales son para los diplomáticos una herramienta potente para comunicar. Me gusta ser transparente, a veces la gente puede estar en desacuerdo conmigo, pero me parece algo muy positivo que me conozcan. El reto para tener éxito en redes sociales es ofrecer una mezcla de todas tus experiencias, y a los mexicanos les gusta conocer más de su país a través del punto de vista de un extranjero.

Ama el arte, obras de Leonora Carrington adornan su casa...

Cuando llegué a esta casa los muros estaban vacíos y un coleccionista nos prestó varias obras de arte, incluidas siete piezas de Leonora Carrington. También conozco su museo en San Luis Potosí; acabo de estar por ahí y es un lugar espectacular, así que ha sido una de las partes de mi trabajo que más me ha gustado, poder conocer el patrimonio artístico de México.

Hace poco probó jabalí. ¿Qué otros platillos mexicanos adora?

La costilla de jabalí es una delicia, jamás lo había probado, pero me asaron uno en Pachuca; es un poco grasoso y pesado, no dormí bien esa noche porque lo comí muy tarde. Las gastronomía han sido una parte inolvidable de estar aquí: las chalupas de Puebla, las enchiladas mineras, los pastes de Hidalgo, las tlayudas de Oaxaca… ¡Toda la comida!

¿Real Madrid, Cerro Porteño, los Nationals?

En Paraguay, Cerro Porteño era mi equipo, pero en México no he ido a muchos eventos deportivos por la pandemia, y como diplomático no me conviene irle a alguien en particular porque perdería muchos seguidores.

Hay dos tipos de embajador: el que está en los pasillos y en oficinas, y el que está afuera conociendo su entorno

Sí, aunque creo que Twitter distorsiona un poco lo que estoy haciendo, obviamente no subo fotos cuando estoy en la oficina o hablando por teléfono, así que puede ser que dé una perspectiva sesgada.

“Los fines de semana me gusta conocer y me voy a La Lagunilla, a San Ángel, al mercado de Jamaica, porque no hay algo así en EU, además de que no me interesa ir a lugares que sí tenemos, como los grandes centros comerciales”.

¿Ya fue a Tepito?

No, solo frecuento al mercado de antigüedades de La Lagunilla, pero si hay algo interesante ahí, lo haré.

¿Qué costumbre o tradición es su favorita de México?

Día de Muertos; nosotros tenemos Halloween, pero nada que ver con la gran tradición mexicana.

Cuando no está en la embajada, ¿qué le gusta hacer?

Recorrer la ciudad, el país, probando un poco de todo; no tengo muchos hobbies y tampoco practico deporte. Mis hijos estudian en EU, así que Caroline (esposa) y yo emprendemos una nueva aventura cada fin de semana para no quedarnos en casa.

¿Cuál es su libro favorito?

All the Light We Cannot See, de Anthony Doerr.


  • Arantza Colinas
  • Reportera

LAS MÁS VISTAS