La Lengua de Señas Mexicana se ha convertido en una necesidad en todo el sector público, aunque también resulta indispensable llevarla a todo el ámbito privado para una verdadera inclusión de la comunidad sorda en México, la cual está integrada por más de 2.4 millones de personas.
Pese a ello no todos la han adoptado, sobre todo ahora que es más complicado para la comunidad sorda leer los labios de quien trae puesto un cubrebocas cuando acude a hacer un trámite, sube al camión, va al banco o a consulta médica.
Entre las instituciones públicas que ya dieron el primer paso en el Estado de México está el Poder Legislativo, que desde hace un año transmite todas sus sesiones en el pleno bajo esta modalidad, conectados vía remota con intérpretes de LSM.
La Junta local del INE en el Estado de México también avanza en este tema pensando en la interacción que se da con la gente en los módulos de atención para renovar o tramitar la credencial de elector y ya capacitó a al personal de uno de sus módulos como prueba piloto, pero tiene como objetivo hacerlo en toda la entidad en este mismo año.
En los ayuntamientos algunos han implementado la traducción, aunque no de manera permanente. La primera en hacerlo fue Martha Hilda González Calderón en la capital mexiquense, hace varios años; siempre, en todos sus eventos estuvo presente algún intérprete, pero no se ha generalizado en los 125 ayuntamientos.
De los poderes el Judicial está por extenderlo a todos sus actos públicos. Por ahora sólo se ocupa en los juicios, cuando es necesario, no sólo para personas sin audición, sino para quien necesita la traducción a alguna lengua originaria, extranjera o braille por falta de visión.
En general falta extender esta posibilidad a todo el sector público para empezar y también al privado para “garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con discapacidad, asegurando su plena inclusión a la sociedad en un marco de respeto, igualdad y equiparación de oportunidades” como lo establece la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, de observancia en todo el país.
Incluyente
El gobierno federal señala que la Lengua de Señas Mexicana se compone de signos visuales con estructura lingüística propia, con la cual se identifican y expresan las personas sordas en México.
A través de la LSM se articulan sus pensamientos y emociones, con lo cual logran satisfacer sus necesidades comunicativas y desarrollar sus capacidades cognitivas. Sin embargo, su capacidad de relación social se limita sólo a quienes conocen este lenguaje.
La Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad define a la Lengua de Señas Mexicana como la “lengua de una comunidad de sordos, que consiste en una serie de signos gestuales articulados con las manos y acompañados de expresiones faciales, mirada intencional y movimiento corporal, dotados de función lingüística, forma parte del patrimonio lingüístico de dicha comunidad y es tan rica y compleja en gramática y vocabulario como cualquier lengua oral.
A nivel estatal la población mexiquense cuenta con la Ley para la Inclusión de las Personas en Situación de Discapacidad del Estado de México donde se establece que el sector público garantizará el derecho de las personas en situación de discapacidad a una educación inclusiva, de calidad y gratuita, en todos los tipos y niveles educativos, para lo cual deben fomentar la enseñanza de la LSM; la interpretación de la lengua de señas mexicana y subtítulos en los canales de televisión estatal; la Fiscalía de Justicia debe contar con intérpretes de LSM, entre otras reglas vigentes desde abril de este año.
Población
En el país cerca de 6.1 millones de personas, es decir, 4.9 por ciento de la población tiene alguna discapacidad, de la cual cerca de la mitad -48 por ciento- tiene limitaciones para caminar o moverse, luego están los problemas para ver en 44 por ciento de los casos y en tercer lugar la sordera en 22 por ciento.
Esto representa una población sorda de un millón 359 mil 575, de los cuales al menos 13 por ciento viven en el Estado de México, aunque ello no limita la posibilidad de que viajen, acudan a la escuela, busquen trabajo, esparcimiento, lleven a cabo algún trámite en la entidad o acudan a algún servicio de salud.
Todos ellos al igual que el resto requieren las mismas oportunidades que el resto de la población, lo cual implica ser tomados en cuenta en toda la comunicación pública y privada con información a la cual puedan tener acceso real.
¿Se puede aprender?
En México existe la Organización No Gubernamental Academia Nacional de Lenguas de Señas que promueve el aprendizaje de este lenguaje, ya no sólo físicamente, sino de manera virtual, a partir del año pasado, con la pandemia. La temática de su curso tiene que ver con la discapacidad auditiva, la comunidad sorda, las características de la LSM, los antecedentes históricos, la gramática y los campos semánticos.
Para ello cuenta con varios profesores y profesoras que brindan cursos básicos, laboratorio, prácticas, dan asesorías y cursos externos, ahora también en línea, con lo cual han logrado acercar la oportunidad a gente de todo el país.
En internet hay cursos y material que ayudan a la población a aprender y entender la lengua de señas mexicana, al menos palabra básicas para poder brindar un servicio, saludar, prestar ayuda y algunas frases cortas que resultan muy útiles para que todos podamos cooperar en la inclusión de las personas sordas.
Aunque algunas personas hablan de la posibilidad de aprender lo básico en tres meses, para Haydée Noemí Torres Vargas, coordinadora de Inclusor A.C es un aprendizaje que nunca termina y en el cual lleva 10 años.
Ella nació oyente, pero a los 23 años perdió la audición. Le diagnosticaron hipoacúsica bilateral profunda neurosensorial, a lo cual respondió con dos años intensivos de terapia oral, es decir aprender a leer los labios y seguir usando su voz, aunque ella no la pudiera escuchar.
“Aprendí Lengua de Señas Mexicana (LSM) tarde, pero con ello cambió mi vida. Me reconocí como persona sorda, empezó a fortalecerse mi identidad como tal” comenta a través de una plática por mensajes de WhatsApp.
Su aprendizaje ha sido largo y en distintos sitios. Empezó en la capilla de San Hipólito, con un maestro sordo, de nombre Alejandro, luego tomó un curso en una escuela privada con un maestro y un intérprete; más tarde acudió a un curso con una intérprete de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, pero sin duda el mayor aprendizaje ha sido durante la convivencia con personas sordas, sobre todo con quienes pertenecían a la Coalición de Personas Sordas del entonces Distrito Federal.
Ahora el conocimiento sigue creciendo con la asociación Inclusor A.C que fundó junto con Ibis Hernández, hace ocho años, en 2013, y se sigue preparando. Ya tomó un curso de Lingüística de la LSM impartido por un maestro sordo argentino, Juan Duetta, organizado por la Unión Nacional de Sordos de México UNSM, donde de manera virtual se reunieron personas de varios estados del país, como Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Guadalajara, San Luis Potosí, Ciudad de México, entre otras entidades.
“La Lengua de Señas Mexicana como cualquier otra lengua es una lengua viva y depende de cada persona seguir profundizando en el aprendizaje”.
Haydé Torres pide a la gente no hablar de lenguaje de señas, sino “lengua de señas mexicana” tampoco usar el término sordo muda, sino persona sorda y sobre todo tener un poco de empatía por la población sin audición, para permitirles leer los labios, sobre todo ahora que la mayoría de la gente usa cubrebocas.
Sesiones
El año pasado el Congreso del Estado de México incluyó en la transmisión que hace en línea de sus sesiones el lenguaje de señas mexicana como una acción incluyente para que la comunidad sorda, no sólo de la entidad, sino de cualquier parte del país pueda conocer las iniciativas y acuerdos legislativos.
El presidente de la Unión Nacional de Sordos de México, A.C., Ricardo Parra Encinas, agradeció al Poder Legislativo mexiquense sus acciones incluyentes con el acceso a la información a través del Servicio de Interpretación de Lengua de Señas Mexicanas.
El organismo civil precisó que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), existen en México 2 millones 378 mil 500 personas sordas y esta comunidad siempre pide espacios de inclusión.
Estar al tanto de las acciones de gobierno hace posible que las personas sordas tengan más participación y se realicen las acciones a favor de la sociedad en general.
KVS