¡Ya no nos maten!, el llamado de la cuarta ola feminista en Hidalgo

De acuerdo con el estudio “Impunidad en homicidio doloso y feminicidio en México 2020”, el número de carpetas de investigación abiertas y el número de víctimas no coinciden

La exigencia es demandada en marchas y manifestaciones. (Jorge Sánchez)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

“¿Cuántos feminicidios más se necesitan para que actúen las autoridades?” es el cuestionamiento que se realizan mujeres jóvenes y adultas en cada marcha, protesta, en cada pared o monumento “vandalizado”, como determinan las autoridades, cuando cada día son asesinadas 10 mujeres en el país, en Hidalgo 51 mujeres hasta octubre de 2020, y por lo que el movimiento ha vuelto a tomar fuerza en lo que llaman las especialistas: la cuarta ola de este movimiento que sólo tiene una voz: “¡Ya no nos maten!”

“La enorme diferencia que hay entre la primera ola, la segunda y la tercera es que, esta cuarta se caracteriza porque las mujeres feministas de ahora, a diferencia de las otras que luchaban por el derecho al voto, por el derecho a la ciudadanía, las de hoy están luchando por su integridad física y su vida, porque nos están matando, porque las asesinatos de mujeres van a la alza”, explica la activista y feminista hidalguense, Martha Canseco González, quien es una de las mujeres que iniciaron el movimiento en el estado desde hace 30 años.

Los números tampoco mienten. De acuerdo al más reciente estudio “Impunidad en homicidio doloso y feminicidio en México 2020”, realizado por Impunidad Cero, el número de carpetas de investigación abiertas y el número de víctimas no coincide; ya que, desde 2015, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ha reportado el número de víctimas diferenciado para algunos delitos como el homicidio doloso y el feminicidio.

“Comparando la tasa de víctimas de homicidio doloso de 2018 y 2019, la mitad de los estados tuvieron un alza en la incidencia de este delito. Hidalgo ocupa el segundo lugar con un 52 por ciento de aumento en su tasa, y ocupa el lugar 15, a nivel nacional, con 20 feminicidios en 2019”, explica el documento.

Hasta septiembre de este año, las autoridades del gobierno del estado habían reportado 15 feminicidios; sin embargo, Servicios de Inclusión Integral y Derechos Humanos A.C. (Seiinac), en Hidalgo, tiene un registro diferente, 51 muertes de mujeres que tenían una historia de vida; más de la mitad que fueron invisibilizadas por las estadísticas.

Las voces se escuchan y siguen en el camino por la justicia para las mujeres.

¿Qué te motivó a ser parte del movimiento feminista en Hidalgo?

“El hartazgo por todo el machismo que existe en la sociedad y que está tan arraigado, y también el ver cómo muchas mujeres siguen sufriendo todo tipo de violencias aún cuando se supone que las leyes nos protegen. El sistema está de parte de los agresores y los encubre por ser hombres, porque el sistema está hecho para ellos, no para nosotras”, asegura Vania Zamudio, de 25 años y quien es feminista independiente.

¿Por qué es necesario el feminismo?

“El feminismo es un movimiento de lucha y resistencia para mujeres en todos los espacios y se necesita el feminismo para seguir cambiando las ideas patriarcales con las que crecimos, como la apropiación de nuestras vidas y nuestros cuerpos, la exigencia de nuestros derechos y nuestra libertad y la visibilización de las violencias que aún recibimos por el hecho de ser mujeres”, expresa Fernanda M., de 23 años y quien forma parte del grupo Aquelarre.

“No es de menos estas expresiones de hartazgo”, aseguran y coinciden las especialistas, sobre todo cuando se minimiza el problema en voz de autoridades o instituciones que deben velar por las mujeres, como fue la más reciente declaración del presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), Alejandro Habib Nicolás, quien considera que, “si se compara a nivel nacional, la entidad no enfrenta un problema tan grave de desaparición de personas y feminicidios”.

“Por eso esta revolución que se requiere, y cuando nos ponemos la capucha, todas somos una, porque la violencia es la que se ejerce contra una persona, con contra una pared que no siente”, asegura otra activista anónima que ha participado en marchas, en Hidalgo, logrando plasmar las ideas de lucha en cada pared, banqueta, monumentos o fachada.

El Dato.

Cifras

31 años tiene el movimiento feminista en Hidalgo.

51 feminicidios tiene registrados Seiinac en 2020. 

15 feminicidios reporta el gobierno del estado durante este año.


Para Roxana Rodríguez Bravo, activista e historiadora, “además de la legalización del aborto, que es una bandera nacional del feminismo, también lo es su lucha contra la violencia tan descarnada que hay en contra de las mujeres, desde el acoso, la violencia, y en realidad son colectivos, núcleos que responden a las instituciones de gobierno que fueron creadas para defender los derechos de las mujeres y que no han mostrado suficientes resultados.

“Las cifras de la violencia sólo aumentan, por lo que estas generaciones ahora tienen un grado de conciencia mayor y que luchan y han logrado penalizaciones que se han hecho, poco a poco, por lo que ahora hasta en las universidades vemos que ya hasta hay profesores que han despedido por cuestiones de acoso, porque no sabemos cuánto tiempo vaya a tardar en que se entienda el mensaje, pero de lo que sí estoy segura, que el movimiento perdurará porque sigue perdurando la desesperación de ser escuchadas”, concluye.

Historia

-Hace 30 años, en Hidalgo, no existía ni una oficina de atención a víctimas en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), y no había personal especializado.

-El Centro de Justicia para Mujeres del Estado de Hidalgo es un Organismo Descentralizado de la Administración Pública del Estado de Hidalgo, incidiendo en la radicación de la violencia contra las mujeres y favoreciendo su acceso a la justica que se creó el 25 de noviembre de 2014.    

-El término feminismo se adoptó en la década de los años 60 a 70, pero se rastrea desde el movimiento de las mujeres sufragistas en el siglo XIX, con Laureana Wrigth, hija de familia inglesa de clase alta que a finales del siglo XX expuso que las mujeres tendrían que aprender a leer y escribir e ir a la escuela.

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