México, entre los 10 países con mayor mortalidad por covid: Cepal

A partir de la segunda ola, en el que surgieron variantes, en México la mortalidad llegó a ser del 50 por ciento en los primeros seis meses del 2021.

La inversión de México en salud, conforme al informe, está por arriba de República Dominicana. (Jesús Quintanar)
Blanca Valadez
Ciudad de México /

México junto con Estados Unidos, Brasil, Perú y Colombia se encuentran entre los 10 países con el mayor número de mortalidad acumulada por infección de covid-19, incluyendo a los trabajadores de la salud, que se ubican en la primera línea de respuesta a la emergencia, aseguró la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne.

“Cinco países de las Américas: Estados Unidos, Brasil, México, Perú y Colombia se encuentran entre los 10 principales países del mundo con el mayor número de muertes acumuladas”, explicó durante la presentación del informe La prolongación de la crisis sanitaria y su impacto en la salud, la economía y el desarrollo social, junto con Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Lo que hemos observado igualmente son las altas tasas de muertes entre trabajadores de la salud por la falta de equipo de protección Personal. Claro que las muertes afectan de manera desproporcionada a ancianos y a hombres, aunque todos los grupos de edad se han visto afectados en número de casos, más concentrado en los grupos de edad de 25 a 39 años”, detalló Etienne.

Con base en el documento, en la primera ola pandémica, en el número de defunciones entre personas menores de 60 años; se reporta mayor control de los casos y decesos, pero a partir del segundo pico, en el que surgieron variantes, en México la mortalidad llegó a ser del 50 por ciento en los primeros seis meses del 2021.

“En 2020 se observa que los países tenían un nivel estable en dicho indicador, aunque distinto entre ellos. Ese porcentaje iba de menos de un 10 por ciento en el Uruguay y alrededor de un 15 por ciento en la Argentina y Chile, a aproximadamente un 30 por ciento de las defunciones en el Brasil, Colombia, Costa Rica y el Perú. En México, estas llegaban al 50 por ciento.
“En los primeros seis meses de 2021, sin embargo, esas proporciones aumentaron considerablemente y a finales de junio. Llegaron a aproximadamente el 20 por ciento en Chile, el 35 por ciento en la Argentina y el Perú, casi un 40 por ciento en Colombia, y más del 50 por ciento en Brasil, Costa Rica y México”, se detalla en el informe.

La tendencia puede haberse generado, no solamente por el surgimiento de nuevas variantes, sino también debido a que las personas mayores fueron vacunadas antes que las más jóvenes.

Si bien, reconoció la directora de la OPS, los países se centraron en reconvertir sus hospitales, “las camas hospitalarias son útiles siempre y cuando tengamos profesionales de la salud calificados para ofrecer la atención necesaria”, aclaró.

En el informe se destaca que México y Venezuela cuadruplicaron con creces la disponibilidad de camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en el periodo, otros, como Argentina, Ecuador, Honduras y Panamá, lograron un aumento más moderado.

En el informe hay un apartado titulado América Latina: problemas referentes a la implementación del ciclo de políticas de funciones esenciales, en el cual se hacen evaluaciones de respuesta de Chile, Ecuador, México, Bolivia, Uruguay y Brasil.

En estos países la debilidad de respuesta al covid-19 se enumeró con retrasos en la notificación de casos; capacidades de prueba limitadas; aislamiento inadecuado; falta de información sobre mortalidad y falta de medidas preventivas.

En cuanto al desarrollo de políticas, se enumeraron “medidas estrictas que resultan en desempleo e informalidad y problemas de coordinación sectorial e intersectorial”, en el que aparecen Brasil, Colombia y México.

Se observó “una debilidad de los sistemas de protección social y fragmentación institucional del sector de la salud (capacidades formales, supervisión y estructura)” en todos los países de la región, pues el confinamiento generó pobreza y barreras de acceso a servicios esenciales (atención médica y ayuda alimentaria).

Con base en la información disponible de 16 países de América Latina y el Caribe, entre marzo de 2020 y julio de 2021, se observó un aumento de 63 mil 222 camas de unidades de cuidados intensivos lo que representa un incremento del 103 por ciento en dichas capacidades.

“La disponibilidad de camas de UCI, la atención en cuidados intensivos exige recursos humanos especialmente capacitados, tanto en enfermería como en medicina intensiva, lo que no puede aumentarse con la misma rapidez que el equipamiento. Ello puede generar importantes restricciones y problemas, sobre todo si se considera el contexto histórico de escasez de recursos humanos, y es posible que la calidad de dicha atención se haya visto afectada”, detalló el informe.

La suspensión de servicios de primer nivel y la saturación hospitalaria debido a la cepa inicial del virus y “al agravamiento de la pandemia con el surgimiento de nuevas variantes que presentan mayor transmisibilidad y un posible aumento del riesgo de hospitalización y de cuadros graves”, también elevaron el gasto de bolsillo de la población en la región de las Américas y, por lo tanto, de empobrecimiento.

En México, el gasto de bolsillo osciló en 42 por ciento; en tanto que el promedio de América Latina fue de 34 por ciento y en los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) el gasto fue de 21 por ciento.

Sobre el exceso de mortalidad por todas las causas, considerando 2020-2021 y comparándolas con los datos 2015-2019, también se ubica a México entre las naciones con un elevado número de decesos por razones varias, algunas vinculadas con hacinamiento, falta de acceso a los servicios, baja cobertura de la protección social, desigualdad notoria en las regiones de mediano ingreso y con mayores tasas de pobreza.

“Perú es el país con mayor tasa de defunciones informadas por covid-19 de la región, con alta informalidad y falta de equipamiento en los hogares (un 40 por ciento de las personas tienen refrigerador), la mayor parte de la población hace las compras diarias en mercados públicos donde se registran aglomeraciones de personas. Ello contribuyó a que las cuarentenas no fueran efectivas y a que el efecto fuera más grave en los estratos de mayor vulnerabilidad.
“En relación con los pueblos indígenas, los datos para Brasil, Chile, Colombia, México y Perú mostraron para 2020 un impacto de la mortalidad significativo y, en algunas áreas geográficas, muy por encima de los promedios nacionales”, indica el informe.

La directora de la OPS aseguró que la “región de América ha sido el epicentro de la pandemia de covid-19 y, a la fecha, se registran más de 91.7 millones de casos, es decir, 39 por ciento de los casos globales de acuerdo con el documento, y 2.3 millones de muertes, que son el 46 por ciento de los fallecimientos en el mundo”.

La saturación hospitalaria se debió no sólo a la cepa inicial del virus, sino también al agravamiento de la pandemia con el surgimiento de nuevas variantes que presentan mayor transmisibilidad y un posible aumento del riesgo de hospitalización y de cuadros graves.

Un aspecto esencial es que la pandemia, dijo, evidenció la enorme dependencia de la región hacia los países más industrializados.

A esto se suma un gasto público en salud inferior al acuerdo regional del seis por ciento del PIB y un gasto en salud per cápita muy por debajo del de otras regiones que tienen sistemas de salud más robustos, como los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En el informe reportó que, “mientras que países como Cuba y Uruguay presentan un gasto total en salud muy por encima de los 2 mil dólares per cápita y una proporción del gasto público cercana a lo que muestran los países de la OCDE (por encima del 70 por ciento), países como Haití, Honduras y Venezuela tienen un gasto en salud per cápita muy por debajo de los 500 dólares, con una proporción pública inferior al 50 por ciento”.

“Los déficits de inversión pública de los sistemas de salud de la región se traducen, entre otras cosas, en una escasez relativa de recursos humanos en el área de la salud, con una disponibilidad promedio de 20 médicos por cada 10 mil habitantes. Esta cifra se encuentra muy por debajo del promedio de 35 médicos por cada 10 mil habitantes que alcanzan los países de la OCDE y de los parámetros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

La inversión de México, conforme al informe, está por arriba de República Dominicana, pero debajo de Colombia, Suriname, Barbados, Costa Rica, Antigua y Barbuda, Brasil, Saint Kitts y Nevis, Panamá, Argentina, Bahamas, Chile, entre otros.

LP

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