Nada más natural que el miedo al contagio en tiempos del coronavirus. Hay recelo ante aquel que se acerca demás en espacios públicos, temor ante quien no lleva cubrebocas en el transporte, pavor frente al que estornuda…
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De este miedo también se han contagiado los médicos, por más que se mantengan en la primera línea de batalla contra un enemigo invisible, pero capaz de tumbar la economía global y de sumir al mundo en el peor periodo de oscuridad reciente.
Saúl, médico cirujano, recibió la notificación favorable de un amparo interpuesto contra el Issste. Dejó de acudir al hospital 20 de Noviembre, porque es parte de la población vulnerable. Padece diabetes mellitus e hipertensión arterial. El especialista en medicina interna e infectología interpuso el recurso el pasado 17 de abril luego de que la institución para la que trabaja se negara a admitir el grado de vulnerabilidad en el que se encuentra. Su exigencia es mantenerse en casa y recibir su salario.
Saúl daba por hecho que su historial médico era suficiente para obtener el permiso de la clínica, pero no, así que simplemente dejó de presentarse a trabajar y buscó asesoría jurídica.
Ángel Velázquez y Alejandro Rodarte, abogados del Corporativo Promenal, refieren que desde que declaró la emergencia sanitaria la firma ha dado asesorías relacionadas con riesgos físicos y de salud derivados de la pandemia.
Rodarte resalta el derecho del personal médico que no quiere trabajar contra su voluntad.
En Coahuila, la doctora Azalea Citlalli Castro Hernández también recibió la protección de la justicia y se le concedió permiso para irse a casa, aunque por razones distintas.
La especialista acreditó que el hospital del IMSS para el que trabaja no cumplía con su obligación de garantizar al personal médico la protección necesaria para no contagiarse de covid-19.
Castro también interpuso un amparo para no presentarse a trabajar hasta que se le garanticen el equipo e insumos necesarios para evitar que ella se contagie en el hospital y que, a su vez, pueda contagiar a su familia.
La doctora, originaria del municipio de Acuña, obtuvo una resolución del juez tercero de distrito con residencia en Piedras Negras, Juan Marcos Dávila Rangel. Se le concedió el amparo con efecto inmediato, además de que continuará percibiendo su sueldo íntegro.
“Debe garantizarse que (la especialista) perciba el sueldo respectivo; además, se toma en cuenta que sus hijos son menores y pertenecen a un grupo vulnerable al contagio del virus SARS-Cov2”, se lee en la resolución.
“Incluso (de esta forma se evita) la propagación en el territorio mexicano, además de que resultaría imposible restituir a la parte quejosa el disfrute del derecho humano a la salud y a la vida” en caso de contagio.
A la par de trabajar en el IMSS, la doctora está al frente de la Dirección de Salud del ayuntamiento de Acuña, donde tampoco le ha dado respuesta a la solicitud de irse casa.
De acuerdo con especialistas en derecho, éste puede ser el factor que se tome en cuenta para determinar que se encuentra expuesta por otras vías.
Para atender estos casos en que los médicos se niegan a acudir a sus centros de trabajo por temor a contagiarse del virus, el Poder Judicial de la Federación trabaja con guardias que atienden solo asuntos excepcionales.
En los juzgados de distrito no se permite el acceso a abogados y quejosos, así que la atención se brinda a puerta cerrada y con sana distancia para valorar la prioridad del caso y decidir si se admiten los escritos de queja.
Una vez realizado el trámite, hay que esperar un acuerdo y el seguimiento puede darse a través de internet, según las estrategias implementadas por las autoridades judiciales. Pero la justicia no para, incluso en la era del miedo al covid-19.
Con información de : A. Zárate.