Después de haber pasado por dos tribunales, el caso de la elección de Monterrey fue resuelto por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y en un hecho sin precedentes, decidió anular los comicios del 1 de julio y convocar a comicios extraordinarios.
Los magistrados dieron cuenta de la ausencia de paquetes electorales, los cuales acumulaban una cantidad de votos mayor a la diferencia entre el primer y segundo lugar, es decir, entre el aspirante del PAN y el del PRI, pues estos quedaron a una diferencia porcentual de apenas 0.8.
También consideraron que hubo irregularidades en el traslado, resguardo y custodia del material electoral, así como en la sesión de cómputo.
Adrián de la Garza celebró en su momento la resolución de la Sala Superior del TEPJF; mientras que su contrincante panista, Felipe de Jesús Cantú, lamentó la determinación y acusó al aspirante tricolor de tráfico de influencias.
El candidato del PAN fue el primero en ser declarado ganador, el día 9 de julio, tras días completos de cómputo.
Posteriormente, el 17 de agosto, el Tribunal Electoral del Estado (TEE) revocó el triunfo para dárselo a De la Garza.
El 18 de octubre, la Sala Regional del TEPJF le regresó a Felipe de Jesús Cantú la constancia de mayoría, lo cual dejó de surtir efecto el día 30 del mismo mes, cuando la Sala Superior anuló la elección.