Ayer un sismo de magnitud 7.1 con epicentro en Acapulco, Guerrero, se sintió en varios estados, entre estos, la capital de país, coincidiendo una vez más en el mes de septiembre, como en los sismos de 2017 y 1985.
Al menos tres fuertes sismos han sacudido el país en septiembre, sin embargo, esto es sólo una coincidencia, explicó el director de análisis de sistema del Servicio Sismológico Nacional, Víctor Espíndola, quien agregó que el mes no tiene relación con la actividad sísmica.
“Yo creo que desde aquel sismo de 1985 de magnitud 8.1, septiembre ya salió etiquetado como ese mes; fue un sismo que prácticamente conmovió a todo el planeta por lo destructivo que fue, grandes pérdidas humanas en la Ciudad de México”, aseguró el especialista.
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También señaló que, aunque el sismo del 19 de Septiembre de 2017 y el de anoche fueron de la misma magnitud de 7.1, las distancias en los epicentros fueron la diferencia fundamental en su nivel de destrucción.
“Aquel 19 de septiembre de 2017 fueron dos sismos que liberaron energía muy similar, sin embargo, ese ocurrió simplemente a 100 kilómetros al sur de la ciudad, prácticamente a los pies de la Ciudad de México, lo que hizo que lo sintiéramos diferente y que la energía liberada se viera poco atenuada”, explicó.
Por último, señaló que, en su opinión, el fenómeno de luces en el cielo, conocido como tribu luminiscencia, se debe a los movimientos sísmicos y al choque de capas tectónicas: la tierra saca energía luminosa a la superficie que se refleja en el cielo y que se percibió durante el sismo de 2017.
“Si usted examina las cámaras del Popo, no lo va ver. Donde tenemos reportes de que lo han visto es en las ciudades grandes y, posteriormente, hay cortes de energía eléctrica”, dijo el especialista, asegurando que lo más probable es que las luces vistas fueran por el choque de cables de alta tensión.
EHR