En México se pierde el 70 por ciento del agua por falta de tecnificación en el campo, por lo que si todos los esfuerzos y recursos económicos se enfocaran a la tecnificación del agro no se tendrían problemas de abasto de agua en 100 años, consideró Rubén Muñoz Álvarez, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados.
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Para ello, se requiere de una inversión de 30 mil millones de pesos durante los próximos ocho años de manera permanente para que se vaya tecnificando el campo, y con ello triplicar la producción de alimentos.
“El 76 por ciento del agua es utilizada en el sector agrícola, donde se pierde más del 70 por ciento, de ahí la importancia de la tecnificación, en la cual hacen falta inversiones por 30 mil millones de pesos para asegurar alimento a la población, además de resolver el tema de las aguas residuales, ya que en México hay dos mil 500 plantas de tratamiento de agua sin operar”, añadió.
En el foro “Diálogos por el agua, soluciones para un futuro sostenible”, especialistas en temas hídricos, de sustentabilidad y política pública, coincidieron en señalar la importancia de trabajar en iniciativas sobre la seguridad hídrica y su impacto en el desarrollo agrícola, industrial y urbano.
En el mismo evento, Francisco Valdés, consultor y desarrollador de tecnología para la sustentabilidad, aseveró que la solución del agua para Nuevo León, México y el mundo empieza y termina en la agricultura.
“Inicia con un uso eficiente en el usuario más grande y con más oportunidad de mejora, siguiendo con la recuperación responsable de aguas residuales, y acaba con su reúso estratégico en el riego agrícola”, destacó.
En tanto, el diputado federal Rubén Muñoz Álvarez refirió el caso específico de Nuevo León con sus 113 mil hectáreas sembrables, por ejemplo, en un análisis costo-beneficio.
“Si se tecnifican 25 mil hectáreas con el 15 por ciento de lo que se quiere invertir en las grandes obras como desalinizar el agua, o bien, traer agua del Golfo de México, que es una primera opción, o una segunda alternativa, construir el nuevo acueducto del Pánuco y la nueva presa de embalse para traer agua a la zona metropolitana. Entonces, indicó que son dos aspectos que hay que enfocarse rápidamente.
“Estaríamos arraigando a la población en sus lugares de origen, estaríamos ahorrando porque con el 30 por ciento del agua podríamos triplicar la producción de alimentos con el campo ya tecnificado, y le daríamos agua a Nuevo León para los próximos 100 años sin importar su crecimiento poblacional, por el efecto del nearshoring”, afirmó Muñoz Álvarez.
A su vez, José Guadalupe Flores Garza, director del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) dijo que en breve se iniciará de la mano del sector privado, un proyecto en Nuevo León para apoyar al campo en su consumo del agua, impulsando el uso eficiente y reduciendo costos de producción hasta en un 30 por ciento. Esto incluye mejores prácticas y capacitación a las personas que laboran en este sector.
En opinión de César Chávez, director general adjunto del Fondo Ambiental Metropolitano de Monterrey, es necesario modernizar el marco jurídico respecto al uso del agua, pues más allá de la Ley General de Aguas Nacionales, es importante desarrollar normativa acorde a las necesidades del país con enfoques regionales, pues las características de las entidades suelen ser muy diferentes entre sí.
Luis Armando Treviño, coordinador de Gestión Estratégica de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, destacó la importancia de adoptar una nueva cultura del agua ante la realidad climática, repensando en cómo se puede inducir al cambio con acciones puntuales en los hábitos de consumo del líquido que tienen los regiomontanos y la población en el país.
Por su parte, Miguel Treviño, alcalde del municipio de San Pedro Garza García, resaltó que no se puede hablar de resiliencia si no se habla de diseño urbano, por ello, es necesario apoyar inversiones en beneficio de la sustentabilidad, así como hacer énfasis en el control y regulación del crecimiento poblacional.
Además, resaltó que todas las inversiones que se están haciendo para las presas “son antibióticos para una enfermedad terminal”. Dijo que urge hacer fuertes inversiones en pluviales que no se hacen.
No obstante, afirmó que en San Pedro, durante su primer año fue donde más se invirtió y gracias a esto ya no se dan inundaciones.