El primer domingo de abril en México comienza el Horario de Verano y tiene su fin el 30 de octubre del presente año. Será necesario entonces, adelantar una hora para que oficialmente este cambio se da a las 2 de la mañana, por lo tanto, se aconseja que las personas hagan el cambio antes de irse a dormir la noche del sábado 2 de abril, para que al despertar lo hagan con el nuevo horario.
Aunque el objetivo de esta disposición, de acuerdo con el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), es utilizar mejor la luz solar durante los meses de mayor insolación y propiciar así el ahorro energético; sin embargo, el cambio de hora altera los ritmos y algunas personas pueden tener dificultades para conciliar el sueño y para despertarse, fundamentalmente los niños y los mayores de edad, sobre todo si toman ansiolíticos o antidepresivos que repercuten en el funcionamiento cerebral, en el ciclo biológico del sueño-vigilia y en la estructura del propio sueño.
¿Cómo afecta el cambio de horario?
Leonel Castellanos, especialista en medicina familiar, explicó que cambiar al horario de invierno es más fácil para el organismo que el cambio de horario de verano porque facilita tener más horas de sueño y propicia un despertar más natural que coincide con el amanecer.
Lo más conveniente para la salud es que existiera un horario estable sin cambios durante el año; que se quedara de forma permanente el horario de invierno, ya que se conseguiría una mayor exposición a la luz solar durante la franja horaria laboral y escolar más habitual, especialmente en las primeras horas de la mañana.
Sin lugar a dudas, informó Castellanos, adaptarse a los cambios en los hábitos de sueño es difícil para el cuerpo porque el reloj interno sigue su marcha independientemente de que estemos en el horario de verano o de invierno. Es que el reloj interno, o ritmo circadiano, está influenciado por la exposición a la luz solar, entre otros.
De acuerdo con Leonel Castellanos, cambiar de hora no sólo es mover las manecillas del reloj, en realidad también trae consigo modificaciones en la rutina diaria y procesos biológicos en el organismo.
“Puedo decir que es poco común la atención de pacientes que por el cambio de horario acudan a consulta refiriendo afectaciones graves, la verdad es que algunos expresan afectaciones en el sueño, sienten mucho cansancio, irritabilidad y en algunos casos, estrés o ansiedad, pero el ser humano se adapta a los cambios en pocos días”, expresó.
Al perder una hora de sueño empeoran las cefaleas y migrañas, “cuando se adelanta el reloj una hora (en primavera) es más común sufrir una especie de jet lag (desfase horario). Durante esa época pueden agravarse patologías que empeoran al dormir poco o mal, como pueden ser las cefaleas y las migrañas”.
De este modo, como advierte, el cambio de hora afecta a nuestro reloj interior, lo trastorna, está claramente estudiado en aquellos países del norte de Europa que tienen poca exposición a la luz.
Ahí la incidencia de la depresión u otras patologías psiquiátricas es mayor. En los países latinos, donde hay más exposición a la luz y uno puede hacer más actividades en la calle, el índice de depresión es menor”.
Es un proceso de adaptación
El psicólogo, Gerardo González Ramírez, titular de la Coordinación de Prácticas y Servicio Social de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Ciencias de la Salud (FACSA) de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), con respecto al cambio de horario y sus efectos, expuso que así como hay gente que está a favor y otros en contra, “en lo particular conozco personas que se dedican al campo y dicen que prefieren mejor el nuevo horario porque le rinde más la tarde”.
Expuso que va dependiendo mucho de las actividades, de la rutina, de las cosas que se tengan que hacer en el día, “si beneficia o perjudica”.
En cuanto a si hay una alteración por ese cambio, “generalmente todos lo experimentamos, porque cada vez que hay un cambio de horario, se tarda de 3 a 4 semanas en adaptarse”.
“En ese lapso de tiempo tanto fisiológicamente, emocional y psicológicamente, ya me adapto, no siento en gran medida me hayan quitado algo”.
Expresó que todos entramos en un proceso de adaptación, en organizarnos y adaptarnos a este nuevo horario, “pero lo que pasa es que nuestro reloj biológico se adapta con los meses a ese horario que tenemos y ya después cuando nos lo cambian, lo sentimos ”.
Consejos para evitar las consecuencias del cambio de horario
-El ejercicio físico suave, como paseos o la carrera suave, puede ayudar a “avanzar” el reloj interno, al aumentar la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores en el cerebro.
-Mantener buenos hábitos de sueño todo el año, con horarios regulares a la hora de acostarse y levantarse también ayuda.
-Exponerse a una luz brillante (luz solar) durante una o dos horas en los días posteriores al cambio de horario también podría ayudar a sincronizar los ritmos desestabilizados.
-Modificar el horario de comidas y evitar la ingesta de cafeína y alcohol.
-También se ha sugerido que la ingestión bajo indicación médica de algunas dosis de la hormona melatonina durante unos días podría ayudar a regular los ciclos de sueño.
-En las personas especialmente vulnerables se puede aconsejar que, desde una semana antes, se vayan haciendo pequeños cambios graduales y progresivos de diez minutos cada día en el sentido del próximo cambio de horario.
-Se recomienda a las personas que usan aparatos médicos con relojes internos que supervisen la corrección del cambio de horario en todos ellos. Estos aparatos pueden ser marcapasos, desfibriladores, monitores de ritmo cardíaco, de glucosa, etc.
Cuando se producen cambios en el ritmo circadiano desregulado se manifiestan a través de:
- Insomnio
- Cansancio
- Desorientación
- Poca capacidad de concentración
- Exceso de hambre o inapetencia
- Bajada en la fertilidad
- Escasa productividad
- Desfases hormonales
CALE