Con variaciones de entre cuatro y hasta 19 grados por arriba de las zonas rurales y periurbanas, se identificaron distintas islas de calor en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca (ZMVT), destacando las ubicadas en el centro de la capital mexiquense y los corredores de Tollocan y Boulevard Aeropuerto, teniendo como zonas de atención prioritarias a la región norte y oeste de la región.
Un mal silencioso
La académica, Erika Rivera Martínez, informó que a través de la primera fase de la investigación “Sustentabilidad climática urbana a partir del indicador de islas de calor en las metrópolis del Estado de México”, que se realiza a través de imágenes satelitales, se analiza la persistencia de esta problemática, que calificó como “un mal silencioso”, pues no se cuenta con información disponible para las tres zonas metropolitanas con las que cuenta el Estado de México, es decir, la del Valle de Toluca, la de Tianguistenco y la de Cuautitlán-Texcoco, de ahí la importancia de este acercamiento metodológico.
Tras recordar que, en el Estado de México, más de 70 por ciento de la población vive en una ciudad, refirió que en este estudio se analizaron las islas de calor de la ZMVT en un periodo de 2014 a 2019, aunque la intención de este proyecto era llegar hasta 2021; sin embargo, los materiales disponibles no contaban con las características técnicas para su análisis.
Con esta investigación que se realiza a través del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), en conjunto con el Instituto Estatal de Energía y Cambio Climático (Ieecc), se logró identificar que Toluca (como localidad) cuenta con la mayor superficie con características propias de una isla de calor, seguida de Santa Ana Tlapaltitlán, Lerma, San Salvador Tizatlali, San Francisco Cuaxusco, Santa María Totoltepec, Metepec, el Parque Industrial Toluca 2000 y Sauces, entre otras.
Entre estas zonas destacan el centro de la capital mexiquense, el corredor Tollocan y Boulevard Aeropuerto.
“Las islas de calor consolidan los efectos del cambio climático global, las ciudades que no atiendan la dinámica del clima urbano propiciarán acciones hasta 100 por ciento más costosas para combatir los efectos del cambio climático”, explicó.
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Detalles de investigación
La investigadora, Erika Rivera Martínez, explicó que las islas de calor se pueden definir como “aquellas zonas dentro del área urbana que tienen condiciones más templadas que sus zonas cercanas”, presentando diversas características como la disminución de las corrientes de viento, de la humedad y de un aumento en la temperatura.
Estas islas de calor son el resultado de múltiples condiciones, entre ellas, físico-geográficas y antrópicas; en el primer tipo se encuentran la localización, el clima, hora y estación del año y las propias características de la zona; en el segundo se encuentran los materiales de construcción, las fuentes de emisión de calor y la disminución de las áreas verdes.
“Las características que más imperan para que se dé una isla de calor va a ser la propia geometría urbana de la ciudad, qué tan rugosa está nuestra ciudad, esto es: qué tantas edificaciones y de qué tipo tiene, si tenemos cemento, si tenemos asfalto, qué colores hay en nuestras ciudades”, enfatizó.
Refirió que el uso de ciertos materiales de construcción ha hecho que se pierdan servicios ecosistémicos, ya que tienen una mayor capacidad de retención de la energía calorífica y han logrado que los patrones regionales del clima se hayan modificado.