En la actualidad algunos de los fenómenos naturales que han pasado a lo largo de la historia son capaces de quitarnos el aliento y dejarnos con el ojo cuadrado, pues son tan impresionantes que nadie que los haya visto antes daría crédito a ellos.
La naturaleza nos sorprende de formas que nadie espera, ya sea para bien o para mal, pero la madre tierra tiene actividades que hasta el día de hoy son un total misterios que expertos en la materia han querido descubrir por años.
Uno de los fenómenos naturales que hasta el momento sigue generando mucha conversación es la aparición de la Isla Hunga Tonga, archipiélago que permitió a los científicos estudiar un nuevo ecosistema desde cero.
Isla Hunga Tonga, única en su tipo y que nació bajo el agua
Como si fuera sacado de una película de ciencia ficción, la Isla Hunga Tonga nació gracias a la erupción del volcán acuático Hunga Tonga-Hunga Haʻapai, misma que tuvo lugar en el Océano Pacífico durante el año 2015.
Formada por la acumulación de roca magmática fragmentada. Esta nueva isla emergió del mar entre dos islas que previamente se habían formado de la misma manera, en el mismo lugar. Además que fue la oportunidad que todos los científicos esperaron por años para iniciar un estudio de nuevas formas de vida y ecosistemas poco conocidos.
Según National Geographic, la Isla Hunga Tonga presentó a los pocos de su existencia formas de vida nunca antes vistas, sin dejar de lado que ya rebosaba en especies de microbios y plantas para los que la ciencia no tenía nombre aún.
Inicialmente, las previsiones estimaban que la isla desaparecería al cabo de unos meses. Sin embargo, un estudio de la NASA afirma que su existencia podría prolongarse entre seis y treinta años, pero la realidad fue muy diferente.
Una explosión volcánica la destruyó
Aunque plantas colonizaron la isla con bastante rapidez tras su formación, (probablemente gracias a las semillas presentes en los excrementos de las aves), los investigadores centraron sus esfuerzos de recolección en las superficies sin vegetación, donde encontraron bacterias y arqueas en todas sus muestras del cono del volcán.
Sin embargo, los investigadores tuvieron poco tiempo para realizar más muestreos. Así como Hunga Tonga emergió por la actividad volcánica inherente a su entorno, la erupción de un volcán acabó con ella en enero de 2022. Toda la isla fue arrasada, y desapareció nuevamente bajo las olas.
En los últimos 150 años, Hunga Tonga es solo la tercera masa de tierra como esta que aparece y dura más de un año, dicen los investigadores, y la primera en los trópicos.