El 20 de mayo se conmemora en México el Día del Psicólogo y la Psicóloga, una fecha que tiene la finalidad de reconocer su trabajo a favor de la salud mental de la población y específicamente de los mexicanos, sin importar edad, a mitigar y superar los trastornos mentales o de conducta que presenten.
El Instituto de Salud para el Bienestar indica que esta celebración tuvo su origen el 20 de mayo de 1994 cuando asociaciones vinculadas con la Psicología se reunieron por primera vez, tras el llamado del Colegio de Profesionales de Psicología de la Universidad de Guadalajara, en Jalisco, con el objetivo de promover la función de estos profesionales.
Para el año 1995, señalan en un comunicado dado por la misma dependencia, se fundó la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México (FENAPSIME), la cual celebra reuniones de manera periódica desde entonces.
En 1996 se propuso fundar el Día del Psicólogo, bajo tres principios básicos: promover el trabajo de los psicólogos, denunciar a los charlatanes del campo de la psicología y dar a conocer a la sociedad todos los servicios que podía ofrecer esta comunidad de profesionales, y no fue hasta 1997 que el gremio definió el 20 de mayo para celebrarlo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), reportó que México tomó las acciones a favor de la salud en la época de contingencia por el covid-19, las cuales se mantienen a la fecha, como son las preventivas que abarcan a más de 35.6 millones de personas mediante la Estrategia Nacional para la Prevención de Adicciones.
La implementación de la MhGAP Intervention Guide for Mental Neurological and Substance-use Disorders in Non-specialized Health Settings: Mental Health Gap Action Programme (mhGAP), ha sido fundamental para ampliar los servicios, desde la prevención, con más de 136 mil recursos humanos en salud capacitados.
A través del Programa Nacional para la Prevención del suicidio se han logrado cerca de 40 mil atenciones, actualmente cuentan con 670 unidades que implementan código 100 y 12 mil capacitados en atención del comportamiento suicida, incluida la integración de personas que históricamente han estado en condiciones de vulnerabilidad, como la población LGBTIQ+, disminución del racismo, atención a las mujeres, y a otros grupos vulnerables.