El juego con los niños es sumamente importante, ya que no solamente refuerza las habilidades motoras, mentales y emocionales, también resulta ser parte fundamental en el desarrollo de la salud mental de los menores al momento de crecer. Según la UNICEF, las infancias que juegan habitualmente con sus padres son menos propensas a padecer ansiedad, depresión, agresividad y problemas de sueño.
Entre los beneficios que tiene el juego en los menores son:
Contribuye a reforzar los vínculos con tu hijo
Compartir momentos alegres de diversión y aprendizaje fomenta la cercanía entre los niños y sus cuidadores. Al proporcionar a los niños amor, consuelo y atención, se establecen las bases para el desarrollo de aptitudes emocionales y sociales que van a promover la salud mental y bienestar en el futuro.
Ayuda a reducir los niveles de estrés
Jugar, bailar y cantar son formas estupendas de aliviar el estrés tanto de niños como adultos. Cuando se disfruta de momentos divertidos y ríen juntos, el cuerpo libera endorfinas que favorecen la sensación de bienestar.
Ayuda a procesar las emociones difíciles
Cuando los niños se enfrentan a problemas emocionales complejos, el juego les sirve a veces como forma de expresión. Por ello es importante dar a los niños espacio para jugar, ya que les permite procesar sentimientos como el dolor, el miedo o la pérdida sin dejar de actuar como niños.
Fomenta la confianza
Es importante que se les preste toda tu atención durante el tiempo de juego y que el padre se involucre en el juego que están realizando juntos. Al compartir la experiencia con los infantes se les demuestra que les quieres y que el menor es importante.
Algunos juegos que se recomiendan son: el armar rompecabezas juntos, jugar con muñecos, los juegos de fantasías o roles, hacer improvisaciones, un juego de memoria con tarjetas, buscando el par de la otra, incluso jugar con bloques beneficiará a tu niño, a la vez de que se recuerda lo que es estar en esa edad y disfrutan de la compañía.