Mentir es un fenómeno común que se percibe de manera normal entre las personas, tanto en adultos como en los niños, sin embargo, son distintas las razones que motivan a cada uno a decir una mentira. Si quieres conocer cuáles son las de los niños, aquí te lo decimos.
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“Los niños mienten por varias causas, la número uno es para evitar castigos cuando hicieron alguna travesura y culpan a alguien más para evitar un regaño”, comenta Laura Ramírez, psicóloga del nivel secundaria en la Universidad Autónoma de La Laguna.
De acuerdo con Ramírez, dos de los tipos de mentiras que se dan con mayor frecuencia en los niños son las que son por imitación, es decir, el ejemplo que toman de los maestros, hermanos mayores o de los padres, y las que son por aceptación en un grupo de amigos, siendo estas últimas, más usuales en los adolescentes.
“Ellos empiezan a observar y a percibir que los papás mienten, y lo perciben como algo común o cotidiano. Ya cuando están más grandes, en la adolescencia están las que se dicen para agradar a alguien más o pertenecer a un grupo, porque ellos están buscando esa parte de aceptación”.
Asimismo, las mentiras en los niños surgen cuando sienten presión por parte de los padres, ya sea en la escuela o en la práctica de algún deporte, en donde esperan que el infante sobresalga sin falla alguna, “por ejemplo cuando les dices 'quiero que saques puro 10’, pero el niño sacó 9, pues va a llegar a casa a decirte que sí sacó puro 10 por miedo a un castigo o por querer cubrir las expectativas de los padres”.
Explica que es a partir de los 3 y 5 años cuando los niños empiezan a ser conscientes de las mentiras que dicen y conocen lo que pueden evitar o lograr con ellas, sin embargo, es importante que los padres enseñen las consecuencias que puede traer para ellos usarlas en exceso.
“A ellos se les empieza a ser normal decir mentiras o se las empiezan a creer y puede llegar a ser un problema, porque luego cuando dicen una verdad, las personas no van saber si creerles o no. Lo que los papás pueden hacer para evitar que digan mentiras es creándoles la autoconfianza y la seguridad, no exigirles tanto, hacerles ver que no pasa nada si se equivocan y enseñándoles más que nada los valores, sinceridad, honestidad y el respeto hacia ellos mismos y los demás, pero sobre todo, enseñarles con el ejemplo”, concluyó Ramírez.