Las proyecciones más extremas sobre el alza en la temperatura planetaria fueron reemplazadas por pronósticos menos apocalípticos y, aunque el mundo no se apresuraba con suficiente rapidez a dejar de usar combustibles fósiles, parecía haber una ruta realista para conseguir una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas.
La rápida implementación de las acciones para dejar de utilizar combustibles fósiles dieron motivos para albergar cierta esperanza, pero cuando parece que hay avances en el combate contra el calentamiento global, la escala del problema parece aumentar.
La demanda de electricidad está a tope, gracias a la inteligencia artificial y a una nueva generación de centros de datos que consumen enormes cantidades de energía. El consumo general sigue al alza con el advenimiento de una nueva clase media en el mundo en desarrollo. Además, la eliminación gradual a gran escala de las emisiones que calientan al planeta se ve obstaculizada por políticas cortoplacistas, conflictos globales y mercados financieros anquilosados.
Estos son solo algunos de los temas que se abordaron el miércoles en la conferencia Climate Forward organizada por The New York Times. Entre los entrevistados estuvieron la primatóloga Jane Goodall, el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, el administrador de la Agencia de Protección Ambiental, Michael Regan, y otras personalidades.
Para 2050, se espera que la demanda global de electricidad aumente hasta 75 por ciento, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos. Gran parte de la demanda será de naciones que experimentan un desarrollo rápido en África y el sureste asiático. Incluso en Estados Unidos, el consumo de energía se ha disparado tras 15 años de haberse mantenido a un nivel relativamente estable.
“Todos suponen que la demanda de energía bajará en los países ricos en cierto tiempo —comentó Raj Shah, presidente de la Fundación Rockefeller, grupo sin fines de lucro que promueve un acceso más amplio a la energía limpia en los países pobres—. Pero las siguientes oleadas de tecnología, sean como sean, acabarán con esa idea”.
Es cierto que una proporción cada vez mayor de la energía mundial provendrá de fuentes limpias, como paneles solares y turbinas eólicas. Tan solo el año pasado, casi 86 por ciento de los nuevos medios de generación de electricidad construidos en todo el mundo correspondieron a fuentes limpias, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Dado que se espera que la población global sume hasta mil 700 millones de personas más en los próximos 25 años y la demanda total de energía se elevará en consecuencia, quizá no sean suficientes los avances en energía solar y eólica para eliminar con rapidez formas contaminantes de electricidad como el petróleo, el gas y el carbón. Más que tomar el lugar de los combustibles fósiles, lo que han hecho las fuentes de energía renovable es solo ayudar a cubrir la demanda adicional.
De hecho, tanto la producción como el uso de petróleo y gas todavía están en auge en todo el mundo y las emisiones que causan el calentamiento del planeta siguen en aumento.
Economías importantes como India y China siguen construyendo plantas de carbón nuevas. En este momento, Estados Unidos es el mayor proveedor del mundo de gas natural y está construyendo plantas eléctricas nuevas con gas; además, produce cantidades récord de petróleo. Encima, algunos países del Medio Oriente mantienen sus planes de continuar extrayendo petróleo muchas décadas más.
Es más, aunque existen alternativas prometedoras de generación eléctrica sin emisiones, se han logrado menos avances en la tarea de identificar reemplazos viables para productos como el combustible de aviación, el combustible para embarcaciones, el concreto y los plásticos, entre otros.
Cambio a gran escala
Los peligros de estas elecciones y un planeta más caliente ya son claros. Las temperaturas globales promedio han estado 1.5 grados Celsius por arriba de los niveles preindustriales la mayoría del año, con lo que ya rebasan el límite que los científicos advirtieron desde hace mucho que no debíamos superar. El resultado: el año pasado fue el más caliente registrado en la historia, con olas de calor fulminantes, sequías mortíferas y clima extremo en todo el planeta.
Mientras persistan las emisiones de combustibles fósiles a escala, las temperaturas seguirán subiendo, el calor y el clima violento seguirán empeorando. En cambio, mientras más rápido el mundo genere más electricidad limpia para sustituir los combustibles fósiles, más pronto el planeta dejará de calentarse.
Esas verdades sencillas dejan muy claro cuán importante es para el planeta la transición energética. Y puesto que se espera que la mayoría de la demanda nueva de energía sea del mundo en desarrollo, la batalla para mantener a raya el calentamiento global se ganará o se perderá en algunos de los países más pobres.
Si los siguientes mil millones de personas que tengan acceso a electricidad confiable en África y Asia la obtienen de generadores de diésel y plantas de gas natural, es probable que las emisiones de esas regiones sigan aumentando durante muchas décadas, y calentarán al planeta.
La economía todavía impide un cambio a gran escala en todo el mundo; la creciente demanda global de energía ha convertido a Estados Unidos en el mayor exportador de gas natural licuado del mundo, y las presiones para mantener los precios de la energía bajos en el país han provocado una producción récord de petróleo.
Los inversionistas desalientan a las grandes empresas energéticas de invertir en proyectos renovables. Y como las tasas de interés se han mantenido elevadas desde hace dos años, ahora es muy difícil construir proyectos de energía limpia bien establecidos, en especial de energía eólica. Por ello, servicios públicos de Estados Unidos están dando marcha atrás en sus planes de volver más ecológicas sus operaciones.
Algunos incentivos ofrecidos por el gobierno, como los previstos en la Ley para la reducción de la inflación, estimularon una nueva ronda de inversiones en energías renovables y proyectos de baterías. Los créditos fiscales incluidos en esa ley, la mayor inversión federal en la historia diseñada para combatir el cambio climático, han ayudado a crear cientos de miles de nuevos empleos y desatar un auge en la producción interna.
Un entorno más caliente
Aun con esos avances, es difícil poner en funcionamiento grandes plantas eléctricas de energía limpia, en gran medida porque la red de Estados Unidos es anticuada y no está muy desarrollada.
Si bien no hay ninguna duda de que la población global se ha disparado, el uso de energía está a tope y los combustibles fósiles no van a desaparecer, algunos analistas energéticos todavía pronostican que el futuro podría ser brillante.
“Las proyecciones muestran emisiones continuadas que no coinciden en todos los casos con las metas climáticas —explicó Mark Dyson, director de proyecto en RMI, grupo sin fines de lucro que trabaja con empresas para reducir sus emisiones—. Pero las proyecciones cambian”.
Dyson, que estudia la demanda energética a largo plazo, explicó que durante décadas los funcionarios han sobrestimado la demanda energética y subestimado el crecimiento de los renovables y las ganancias en eficiencia.
De hecho, en las proyecciones de una demanda elevada de electricidad, Dyson identifica señales de avance. Es exactamente lo que debe esperarse a medida que los vehículos eléctricos van reemplazando los automóviles de gasolina, y la calefacción eléctrica a la que usa queroseno o gasóleo. Y ahora que la Reserva Federal está recortando las tasas de interés, debería bajar el costo del capital, lo que haría más asequibles algunos proyectos de energía limpia.
Aunque los centros de datos consumen cantidades enormes de energía, son cada vez más eficientes, al igual que los vehículos eléctricos, los edificios nuevos y muchos otros elementos electrificados básicos para la vida moderna. Se avecina una ráfaga de innovaciones que pronto podría ofrecer opciones nuevas y asequibles para reducir las emisiones, producir energía e impulsar a la sociedad.
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Seguir adelante podría involucrar avances en la implementación de energías limpias. Incluso podría involucrar descubrimientos en nuevas formas de energía.
Pero ahora que siguen aumentando los efectos catastróficos del cambio climático, el ingenio humano tendrá que hacer mucho más que proporcionar energía de manera más eficiente. También tendrá que ayudar a los seres humanos a adaptarse a la vida en un planeta más caliente.
c.2024 The New York Times Company
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