Una veintena de especialistas del Instituto Politécnico Nacional en coordinación con el Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec (TESE) desarrollan el primer robot mexicano, diseñado para sanitizar los hospitales covid por medio de luz ultravioleta (UV), debido a la necesidad de brindar mayor seguridad a los trabajadores de la salud, ante el alto grado de contagiosidad del virus SARS-CoV-2, lo que está impulsando el desarrollo de las tecnologías robóticas aplicadas a la salud como no se había hecho antes en México.
Juan Humberto Sossa Azuela, jefe del Laboratorio de Robótica y Mecatrónica del Centro de Investigación en Computación del IPN reveló a MILENIO que el compromiso con la Ciudad de México es crear al menos cuatro prototipos en menos dos meses para probarlos en hospitales con pacientes covid, como el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición; pero también en otros espacios públicos como el Metro y hasta escuelas públicas.
“El robot sanitiza a través de luz ultravioleta y a través de un teléfono o tablet nosotros podemos controlar a distancia el robot e irlo llevando por los corredores, los baños y las habitaciones que ya no tengan gente para sanitizar ese espacio. El prototipo final no lo tenemos todavía terminado, estará en seis semanas pero ya tenemos construidas varias partes del robot que incorpora varios módulos”, indicó.
La luz ultravioleta es invisible al ojo humano, y ocupa la porción del espectro electromagnético entre los rayos x y la luz visible; se clasifica como germicida en el intervalo de sus longitudes de onda entre los 200 y 300 nanómetros, por lo que generalmente se emplea para la desinfección del agua, ya que actúa contra microorganismos que incluso son resistentes al cloro; pero a raíz de la pandemia de covid-19 ha cobrado auge para la sanitización de hospitales.
“La luz ultravioleta anda cerca de la longitud de onda de los rayos x, que tienen un poder de penetración tal que puede uno ver los huesos del interior de una persona; los rayos ultravioleta también tienen alta penetración, pero son menos agresivos y si la longitud de onda se elige bien éstos no penetran la piel y pueden matar bacterias y virus porque lo que hacen es incidir directamente sobre el RNA de estos organismos y los rompen, en eso consiste el sanitizado con este tipo de luz”, explicó Juan Humberto Sossa.
El robot autónomo sanitizante consta de varios módulos que están siendo desarrollados por los equipos de trabajo: el módulo que le permite moverse tiene cuatro llantas; el segundo es el de la carga que requiere de una batería automotriz “para que el robot puede mantener una carga mínima de 8 a 12 horas para teleoperarlo y después traerlo a una central de carga”. También consta de un módulo de teleoperación que ya está avanzado y funciona con un celular o tableta para controlar al robot.
El módulo superior es el de las lámparas, y es donde el desarrollo se ha detenido debido a que “en este momento estamos consiguiendo lámparas que estén sintonizadas en la frecuencia adecuada para que provoquen el menor daño, entonces hay que buscar lámparas que estén sintonizados en 222 nanómetros para que no ejerzan ningún daño de penetración sobre la piel de las personas”, para que no lleguen a producir cáncer o dañar la retina de los ojos.
El proyecto cuenta con el apoyo del IPN y el TESE, además de que la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (Sectei) les ha ofrecido financiamiento; aunque todavía no se tiene establecido cuál sería el costo de cada robot.
“El compromiso es que nosotros entreguemos 4 prototipos para que en una primera fase se prueben en diversos lugares y se vea que le duele porque un desarrollo a la primera no queda. Entonces se pasará a la segunda fase que es la de ajustes y estamos planeando que ya el desarrollo como estos esté a lo más, ya operando en un lugar en unos dos meses”.
Robots sanitizantes como este ya se producen en el mundo, la empresa danesa UVD robots los fabrica y se ha encargado de distribuirlos principalmente en China, su costo oscila entre los 80 y 90 mil dólares. Al respecto, Juan Humberto Sossa destacó que las instituciones mexicanas como le Politécnico y los tecnológicos de estudios superiores cuentan con la experiencia para avanzar en el campo de la robótica, ya que la nueva normalidad lo exige.
“Un desarrollo como éste debimos haber empezado hace mucho tiempo, la pandemia nos agarró a todos distraídos. Nosotros empezamos hace cuatro semanas, y si ya lo tuviéramos en este momento yo lo único que estaríamos haciendo es armarlo. Es necesario que soluciones como éstas ya están disponibles, un proyecto como ésta se lleva entre 6 meses y un año, aquí el compromiso es hacerlo antes, a través del apoyo decidido de nuestras autoridades y del gobierno para financiar propuestas como estas”, expresó.