La boca del tiburón ballena no parece ser un lugar muy acogedor para vivir pero, sin embargo, fue ahí donde un equipo de investigadores japoneses descubrieron una nueva especie de gammaridae, una familia de crustáceos.
Los gammaridae tienen una alimentación muy variada y son capaces de vivir en medios extremos, tanto en lagos de alta montaña como en el fondo de los océanos.
"Estas criaturas, que en general miden entre tres y cinco centímetros, son increíbles porque pueden vivir en esos ambientes tan diferentes", declaró Ko Tomikawa, un investigador de la universidad de Hiroshima (oeste de Japón), que no esperaba encontrarlas en la boca de un tiburón ballena.
La nueve especie fue bautizada como podocerus jinbe, por el nombre japonés del tiburón ballena (jinbe zame). Es de color marrón y mide apenas 5 milímetros de largo, aproximadamente, y tiene las patas peludas para atrapar mejor a los microorganismos, explicó el investigador.
"La boca de un tiburón ballena es probablemente un buen hábitat" para ese crustáceo tan pequeño, consideró, pues "el agua fresca del mar, que necesita para respirar, entra con regularidad, así como los alimentos".
"Esto le aporta un lugar seguro, sin predadores", agregó el investigador, al que le habían pedido que examinara un tiburón ballena de un acuario del archipiélago de Okinawa (suroeste de Japón).
Cerca de un millar de esos pequeños crustáceos fueron hallados en las aberturas branquiales de la boca de ese gigante marino, que además de la respiratoria, tienen la función de filtrar el agua para separar los alimentos.
DIGL