Ante la gran problemática que representan los infartos en México y el mundo en general, el doctor Daniel Frías Fierro y el doctor Juan Manuel Rodríguez Castillo, cardiólogos intervencionistas, desarrollaron un innovador programa en el cual se vincula a todos los médicos de urgencias del estado de Chihuahua, para tratar oportunamente un infarto agudo al miocardio o un infarto al corazón.
A partir de una red de intervención digital que enlaza a los médicos involucrados en el tratamiento de un infarto cardíaco, desde el primer contacto, cuando ocurre el evento, hasta la administración de medicamento para estabilización, los médicos originarios de Chihuahua implementaron un protocolo de atención para tratar oportunamente el problema, logrando así reducir considerablemente el índice de mortalidad en estos casos.
"Cada minuto que pasa al momento de un infarto, es también un porcentaje de corazón que se pierde, por lo que una atención temprana y oportuna es clave para marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, señalaron.
Chihuahua es el estado con la mayor extensión territorial del país, con casi 250 mil kilómetros cuadrados, por lo que los traslados a las únicas dos ciudades que cuentan con quirófanos especializados en Ciudad Juárez y Chihuahua, pueden convertirse en viajes de varias horas.
Los doctores Daniel Frías Fierro y Juan Manuel Rodríguez Castillo explican que “el primer paso fue identificar a las unidades médicas que reciben a los pacientes y hacer contacto con los médicos encargados de urgencias para implementar un protocolo de atención de los pacientes”.
Añaden que se formó una red digital donde el médico de primer contacto presenta el caso a un Cardiólogo Intervencionista por medio de telemedicina y este analiza cada caso en particular, se revisan los electrocardiogramas y se dan indicaciones iniciales a distancia, lo que “genera mayor certeza diagnóstica”, aseguraron.
Desde la implementación de este programa en 2018, se han logrado realizar más de 500 intervenciones exitosas, reduciendo la mortalidad a 1.2%, que es menor al promedio mundial, consiguiendo el objetivo planteado: un Chihuahua cardioprotegido.