La peste bubónica: una pesadilla bajo control

Mal endémico. El caso de un pastor infectado pone en alerta al gobierno chino, que restringe caza y consumo de marmotas.

Sin erradicarse. Causada por la bacteria Yersinia pestis, el virus se transmite principalmente por pulgas. (Gráfico: Mauricio Ledesma)
Amado Herrero
Madrid /

Las autoridades chinas se han puesto en alerta esta semana tras confirmar el lunes que un pastor de la región de Mongolia interior está infectado con la peste bubónica.

La comisión sanitaria de la ciudad de Bayannur, donde el paciente se encuentra ingresado en condición estable, declaró entonces una alerta de nivel 3 (la segunda más baja de un sistema de cuatro niveles) y el gobierno regional ha pedido a sus habitantes que no cacen, consuman ni transporten animales potencialmente infectados —en particular marmotas— y que informen sobre cualquier roedor muerto o enfermo para que pueda ser analizado. 

La peste bubónica fue responsable de la pandemia que diezmó las poblaciones de Europa y Asia en el siglo XIV con millones de muertos.

Aunque el último gran brote ocurrió a principios del siglo XX, los casos de peste en humanos siguen siendo relativamente comunes en todo el mundo.

En regiones donde la enfermedad es endémica, la peste continúa circulando en forma de epizootia (epidemia animal) en los roedores del subsuelo. En el caso de Mongolia interior, los huéspedes suelen ser marmotas, muy abundantes en zonas rurales.

Rusia ya puso en marcha patrullas para impedir la caza de este animal en su frontera con China y Mongolia, después de que ambos países notificaron otros casos sospechosos en las últimas semanas.

Los expertos explican que las probabilidades de que los casos registrados en Asia se extiendan más allá de estos países son muy escasas. “La plaga es endémica (está siempre presente en niveles bajos) en los animales salvajes de esta región, y unos pocos casos en humanos aparecen todos los años”, explica la doctora Susan D. Jones, especialista en Ecología de las enfermedades de la Universidad de Minnesota (EU).

Aunque la peste bubónica, o negra, fue en otro tiempo la enfermedad más temida del mundo, hoy en día puede ser tratada fácilmente con antibióticos, “por lo que la mayoría de los pacientes se recuperan y no la propagan”, aclara Jones. En los casos en los que la enfermedad afecta a los pulmones, recibe el nombre de peste neumónica, forma  muy grave y contagiosa.

A pesar de los esfuerzos a gran escala, la enfermedad no ha podido ser erradicada completamente. Las autoridades sanitarias privilegian una estrategia de control y no de eliminación.

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