Katia se para a las 4:30 de la mañana y toma un baño en lo que deja dormir unos minutos más a su hijo de 7 años. Al salir lo despierta para que se prepare, en unas horas más pasará su abuela por él para irlo a dejar a la parada del transporte escolar. Para ese entonces, su hija, la mayor, ya está lista para irse a la universidad. A ellas no les da tiempo de llevar al niño a la escuela, tienen que salir a prisa.
Antes de irse Katia toma el desayuno, algo ligero, como un licuado o un jugo, además de que en las madrugadas no tolera bien el alimento, prefiere no sobrecargar su estómago, pues aún le quedan casi dos horas y 20 minutos de viaje.
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Sale a las 6:30 de casa... corriendo. Pese a levantarse dos horas antes no le da tiempo de mucho, si acaso de limpiar el patio, darle de comer al perro, y levantar lo que ocuparon durante la mañana: de ahí la clave de dejar todo listo la noche previa. Cada minuto vale cuando vives en Parque San Mateo, Cuautitlán y trabajas en Lomas Verdes, Naucalpan; ambos fraccionamientos del Estado de México, pero a 40 kilómetros de distancia.
El trayecto hacia su trabajo resulta aún más agotador que su jornada en la oficina. Cinco horas para trasladarse -viaje ida y vuelta-, ocho horas de trabajo.
Como Katia, al menos 163 millones de personas hacen uso del sistema de transporte urbano de la Zona Metropolitana del Valle de México, en donde llegan a pasar gran parte de su día.
Según el reporte anual de Global Traffic Scorecard de INRIX, empresa especializada en análisis de datos de transporte, los habitantes y personas que se trasladan por la Ciudad y el Valle de México pierden 97 horas al año en tráfico.
Este factor sumado a las grandes distancias que muchos de ellos deben recorrer les resta tiempo de sueño, lo que podría estar afectando su salud. Una serie de investigaciones concluidas en 2022, revelaron que los largos tiempos de traslado al trabajo se asocian con menor actividad física, sobrepeso y problemas de sueño.
¿Por qué vivir lejos del trabajo podría afectar tu sueño y tu salud?
La última encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de Origen-Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México 2017, señala que más del 40% de la población se hacía más de 31 minutos a su trabajo, de esta cantidad 5 % superaba las 2 horas.
Además, de acuerdo con el estudio América Latina y el Caribe en la mitad del camino hacia 2030: avances y propuestas de aceleración’ de la Cepal (2023), en México, la población pasa en promedio alrededor de 71 minutos diarios en el transporte público para ir y regresar del trabajo.
Fuera del promedio está Katia, quien llegó a hacer hasta tres horas para llegar a su oficina. Anteriormente tomaba la autopista México-Querétaro, famosa por el tráfico y los accidentes: había periodos en los que la vialidad quedaba en punto muerto. “La verdad es muy caótico salir de ahí”, comparte.
Ahora, forma parte de los 3.9 millones de personas que utiliza el tren suburbano, lo que le permitió reducir el tiempo. Sin embargo, debido a que vive en una zona industrial, rodeada de centros de distribución llenos de trailers, el congestionamiento vial ocasionado por accidentes es común. Ganarle al reloj es complicado.
Para trasladarse usa tres transportes. La primera combi la lleva a la estación Cuautitlán del suburbano, trayecto que recorre entre 40 y 45 minutos. Se sube al tren y baja en la estación de Tlalnepantla —otros 20-25 minutos—, para luego, en el paradero, abordar otra combi rumbo a Observatorio que, luego de una hora, la deja justo en frente de su trabajo.
¿Consideras que hacer este largo camino, todos los días, esté repercutiendo en tu salud? -No, responde Katia y sin embargo, reconoce que debido a su rutina ha tenido que posponer sus citas al médico.
Padece hipotiroidismo, una enfermedad que se produce cuando la glándula tiroides no genera suficientes hormonas, por lo que tiene que cuidar su alimentación. Actualmente no la tiene controlada.
Sumado a ello, ha notado que últimamente la rutina le resulta demasiado pesada, es un cansancio acumulado del que no se repone ni con las siestas que toma los domingos por la tarde.
Además, aunque en teoría duerme seis horas diarias, desde hace algunas semanas le cuesta conciliar el sueño. A las 2 de la mañana ya está “con el ojo pelón”. Se vuelve a dormir de nuevo cerca de las 3:30 am, ya cuando se aproxima la hora de dejar la cama.
Un estudio sobre distancias de viaje y salud, publicado en 2021, concluyó que factores como el tiempo prolongado en transporte y el estrés, asociado al desplazamiento, influyen en la calidad del sueño de las personas.
Las afectaciones al cuerpo provocadas por pocas horas de sueño no se limita al cansancio físico, la irritabilidad y el mal humor. Numerosos estudios han revelado que las personas que duermen mal tienen mayor riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares o aumento de peso.
Dormir poco generalmente se refiere a dormir menos de las horas recomendadas. Para la mayoría de los adultos se recomiendan entre 7 y 9 horas de sueño por noche. Entre los efectos documentados por no dormir lo suficiente también se encuentran: un sistema inmunológico debilitado, desequilibrios hormonales, dificultad para concentrarse y retener información.
Además, las personas que duermen seis horas o menos también han señalado aumento de los niveles de estrés. Estudios a largo plazo han encontrado asociaciones entre problemas de sueño y mayor riesgo de padecer demencia o Alzheimer.
Vivir lejos dificulta hacer ejercicio
Katia había pensando en buscar un lugar para hacer ejercicio, no obstante, después de ver los horarios, se dio cuenta de que llegaría todavía más tarde a la casa. “El tiempo está muy apretado”.
Así que aunque necesita hacer alguna actividad física, para cuidar su salud por la enfermedad que padece, lo único que le queda hacer es aprovechar el servicio de comedor que hay en su trabajo y así evitar la comida chatarra.
Según los datos más recientes del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (Mopradef), realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2024 sólo el 41.1% de la población se mantuvo activa físicamente.
El 38% de la población que dijo no haber realizado ninguna actividad física o deportiva argumentó falta de tiempo y 7.4% cansancio por el trabajo.
La calidad de vida y el estado de ánimo
Regularmente Katia llega a casa a las 8:00 u 8:30 de la noche. Si ocurre un accidente en el camino a las 9:00 pm y en época de lluvia, cuando todo se inunda, puede llegar hasta las 10:00 pm. A esa hora recoge a su hijo, revisa sus cuadernos, prepara los uniformes y zapatos y lava trastes, a veces ve una película, sin embargo, lo cierto es que ya no aguanta trasnocharse. Así termina su día.
La mujer de 41 años también trabaja los sábados y aunque ese día sale más temprano, la tarde no le alcanza para terminar todos los pendientes que se le acumulan durante la semana. Los domingos aprovecha para lavar la ropa, limpiar y tallar el piso, ir por la despensa de la semana y si hay oportunidad, va con sus hijos a comer o ver una película.
“La verdad se ha vuelto muy monótono. Tenemos muy marcada la rutina porque para todos es muy pesado. Mi hija por ejemplo, estudia hasta Casco de Santo Tomás y toma la misma ruta que yo”, dice.
Actualmente algunos estudios apuntan a que los largos desplazamientos pueden repercutir en el bienestar mental. Un estudio de la Universidad de Waterloo descubrió que un tiempo de viaje más largo estaba relacionado con una menor satisfacción con la vida.
La investigación mostró que uno de los principales detonantes era la mayor sensación de presión de tiempo en un viaje largo, especialmente cuando hay más tráfico.
Otro estudio enfocado en Corea del Sur detectó que las personas con largos tiempos de desplazamiento (más de 60 minutos diarios) tenían mayor probabilidad de presentar síntomas depresivos, en comparación con quienes tenían desplazamientos más cortos (menos de 30 minutos). Además, otro estudio encontró que, dependiendo de la ubicación de la oficina, también es más probable que se beba en exceso.
Un problema se suma a otro, entre el camino de ida y vuelta, miles de personas se preparan, nuevamente, para salir antes del amanecer.
LHM