Al llegar la pandemia, el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) decidió no convertirse en un instituto covid. Su director, el doctor Abelardo Meneses, sabía que “el cáncer no espera y teníamos que seguir atendiendo a pacientes con cáncer y a pacientes con cáncer contagiados de covid-19”.
Establecieron protocolos para el personal y cada tratamiento, habilitaron un área de pacientes con cáncer más covid-19, separada del resto y, además, fueron previsores.
“Desde que inició la pandemia en China, y se fue extendiendo al resto de los países asiáticos y europeos, nos dimos cuenta que había ciertos grupos vulnerables, los relacionados con obesidad, diabetes, hipertensión, consumidores de tabaco, y pacientes que tomaban agentes inmunosupresores”, como aquellos con cáncer.
El INCan es un ejemplo de que analizar lo que pasaba en el resto del mundo presentaba la posibilidad de adelantarse y estar más preparados.
Hoy el mensaje del doctor Meneses es: no bajen la guardia y asuman que cada uno somos responsables de cuidarnos.
Pasaron siete meses de pandemia, ¿cómo se ve el Instituto hoy?
Quisimos adelantarnos, sabiendo que nuestros pacientes, además de un sistema inmune comprometido por la misma enfermedad, llevan tratamientos que nos ponen en un escenario más difícil, sea quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, cirugía o combinaciones de estos. No quisimos reconvertirnos totalmente, porque al conocer a los pacientes, era mejor que enfrentáramos la situación siguiendo el tratamiento de cáncer y atendiendo a quienes se contagiaran.
Vimos que muchas familias, en otros países, no alcanzaban a estar en los momentos finales con el paciente, y ese duelo deja muchas secuelas a las familias. Por eso establecimos grupos de trabajo de médicos y personal de atención de soporte para cuidados paliativos, así se logró tener comunicación entre los familiares y el paciente.
Para que la pérdida no dejara tantas secuelas...
Sí, porque si aíslas a un paciente que llega en una etapa avanzada de su enfermedad y está contagiado, pierde contacto. Después le das la noticia a la familia de que falleció y el duelo puede ser mucho más traumático, porque no lo vio morir ni se despidió de él.
El contacto se hace por videoconferencia o vía telefónica; los familiares de los pacientes con covid-19 no pueden estar en las salas de espera o los pasillos, porque si son portadores pueden propagar el virus. Nosotros mantenemos comunicación y somos el enlace del paciente con su familia; logramos mantenerlos informados y darle calidad de vida al paciente en momentos críticos.
Al inicio muchos pacientes detuvieron sus tratamientos de cáncer…
Al principio hubo temor, tanto del personal de salud como de los pacientes y pese a todas las medidas de seguridad, estábamos frente a algo inusual. Entonces trabajamos en protocolos.
Primero capacitamos al personal del Instituto, y con los pacientes, seguimos varias estrategias. Por ejemplo, en el caso de los pacientes con una cirugía programada, como sabíamos que en el mundo había pacientes que llegaban a operarse sin síntomas, pero contagiados, establecimos un protocolo. Todos los pacientes programados para cirugía deben estar resguardados 14 días en su casa, con distanciamiento, uso de cubrebocas, lavado frecuente de manos, sin intercambio de utensilios entre familiares. Dos días antes de la cirugía en INCan se hace la prueba de hisopado y saliva, más tomografías. Los que salen negativos van a cirugía. Si la prueba es positiva, regresan a su casa otros 14 días.
El porcentaje que se mantuvo cinco meses es que siete de cada 100 pacientes que teníamos programados para cirugía resultaron positivos.
A los pacientes con la enfermedad activa les recomendamos seguir con el tratamiento y se reprogramaron 20 por ciento de las consultas externas en pacientes que no tenían un tratamiento activo.
¿Qué medidas de prevención deben seguir las personas con mayor riesgo de cáncer?
Una primera recomendación es: tenemos que seguir como si no existiera el covid.
Hay ciertos padecimientos en donde los factores de riesgo son evidentes y tenemos que atenderlos. En cáncer de mama, cervicouterino, de colón y de pulmón se conocen los factores de riesgo, entonces, si sé que los tengo, no debo esperar.
Un ejemplo: soy fumador, tengo años fumando, me expongo frecuentemente al humo y tengo todos los síntomas respiratorios. No tengo por qué esperar a que haya evidencia de un tumor. Otro: soy un paciente que debe hacerse el papanicolaou y tengo una infección o indicios del papiloma humano. No tengo por qué esperar. Lo mismo con el cáncer de mama, hay que seguir con las exploraciones, hacerme mi mastografía, y descartar un tumor. Por favor vayan a las instituciones, porque el cáncer no espera.
Otra recomendación: tengan confianza en los médicos, no los vamos a poner en riesgo.
En una pandemia, el recurso para salud se enfoca en lo urgente. ¿Cómo enfrentarlo?
Con los protocolos que establecimos fuimos reconduciendo los tratamientos. Hay países que surten determinados medicamentos y cerraron las fronteras por la pandemia. Podría pensarse que si faltan uno, dos o ciertos medicamentos no hay opciones, pero siempre existen diferentes esquemas de tratamiento para un paciente. Nuestro personal tiene mucha experiencia y sabe que tiene otras opciones con las que ha trabajado a lo largo de los años. A medida que evolucionó la pandemia, presionamos a las empresas de la industria farmacéutica con las que teníamos contrato, para que surtieran los medicamentos con los cuales estábamos más acostumbrados a tratar a los pacientes.
¿Qué aprender de covid-19?
Aprendimos mucho. Hay que comunicar bien; enfrentarse a algo que no se ve y solo hay consecuencias —alguien que no puede respirar, que requiere intubación o puede no volver a su casa— es una situación muy traumática. Hay que darle seguridad al personal de salud y los insumos necesarios para enfrentar esta situación.
Algo que nos debe dejar esta pandemia, para enfrentar la salud en el futuro, es que cuando 75 por ciento de nuestra población tiene sobrepeso y obesidad; 35 por ciento tiene hipertensión; 15 por ciento tiene diabetes; 30 por ciento consume productos de tabaco, entonces, es una población muy vulnerable. Como sociedad debemos modificar nuestros estilos de vida, de comida, ejercicio, de adicciones; debemos tener control sobre nuestra salud y cuidarnos para no ser vulnerables. Con esta experiencia debemos entender que somos corresponsables con el sistema de salud y como persona soy responsable de cuidarme.
¿México pudo hacer algo mejor en esta pandemia?
Algo que ayudó en el INCan fue la realización de pruebas. Las establecimos para darle confianza a nuestro personal y si alguien resultaba positivo, pese a ser asintomático, lo resguardábamos y aislábamos a los contactos.
Si esto lo implementamos a un nivel más amplio, ayudaría a evitar la propagación. Si hubiera un rebrote, nosotros lucharíamos por tener los insumos y por la facilidad para realizar pruebas de diagnóstico.
Hoy, su mensaje a la población es...
No bajen la guardia. Esto es como ser alpinista: cuando uno pregunta a un alpinista si su mayor éxito es llegar a la cima, responde que no, que es cuando baja y llega a casa porque la mayor parte de las muertes se registran en el descenso.
Como país nos puede afectar mucho que nos confiemos y dejemos de usar cubrebocas, guardar distancia y lavarnos las manos; romper eso puede generar un rebrote y situaciones adversas. Hoy es cuando más tenemos que cuidarnos.
Además, entramos al otoño y vienen nuevos virus, como los de la influenza. En un sentido de corresponsabilidad, tenemos que vacunarnos, porque los síntomas son muy similares a los del coronavirus. A los sistemas de salud nos van a complicar porque no vamos a saber si los pacientes tienen una u otra enfermedad y no vamos a tener áreas para separar a estos dos grupos.
En el INCan pusimos el ejemplo y nos vacunamos.
PerfilDr. Abelardo Meneses García
Presidente del Comité y Director General del INCanEs líder fundador del Registro Histopatológico de las Neoplacias Malignas en México y profesor en la UAM y en el IPN. Sus especialidades son anatomía patológica y patología oncológica; es editor de nueve libros y tiene más de 140 publicaciones científicas nacionales e internacionales con más de mil 400 citas bibliográficas.
Claves
Según la Secretaría de Salud, la tasa de mortalidad por cáncer en los últimos 30 años (entre 1980 y 2011) creció 56%, y pasó de 39.5 muertes a 61.7 muertes por cada 100 mil habitantes.Según la OMS entre el 30% y el 50% de los cánceres son prevenibles mediante la adopción de hábitos saludables, vacunación y diagnósticos y tratamientos oportunos.
La Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO) considera que 60% de los casos de cáncer en México es detectado en etapas avanzadas.
Para 2030, se estima que habrá 29 millones de casos de cáncer a nivel mundial y 359 en México, según la Red Nacional de Registros de Cáncer.
Frases
“Hay que darle seguridad al personal de salud y los insumos necesarios para enfrentar esta situación (de la pandemia)”“Si hubiera un rebrote, (en el INCan) lucharíamos por tener los insumos y por la facilidad para realizar pruebas de diagnóstico”
ledz