De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2018, en el país habitan 13.7 millones de adolescentes entre 12 y 17 años de edad, cuya escolaridad comprende la educación secundaria y media superior. A ellos está dirigido el esquema de vacunación contra covid-19 utilizando el biológico de Pfizer/BioNTech.
Si bien, la política rectora de vacunación contra covid-19 que se publicó en diciembre del año pasado, destacaba que la edad mínima de aplicación de las vacunas disponibles era de 16 años, el pasado jueves la Secretaría de Salud anunció que los estudios de Cofepris resultaron en la autorización del uso de BioNTech en edad mínima de 12 años.
El documento de Salud explica que la edad es el primero de los ejes de priorización con los que se reduciría el número de personas fallecidas a causa de covid-19.
Pero seguro, muchos se han preguntado por qué los más pequeños deben esperar más tiempo por la inmunización, esto se debe a lo siguiente.
El periodo de ensayos clínicos para los biológicos de inmunización contra el covid -19 fue demasiado corto en comparación con otras vacunas, refirió en entrevista con MILENIO, Rosana Trejo, Gerente de la unidad de epidemiología del Centro Médico ABC, añadió que particularmente la pandemia de covid-19 presentó retos muy grandes de mortalidad, morbilidad y propagación, por lo que ante la urgencia de mitigar el virus se priorizó a cierta población “evaluando que éste era el mejor impacto para bajar la transmisión y la mortalidad”.
Lo anterior, con previo conocimiento de que la mortalidad por el virus se presentó principalmente en adultos mayores y personas con enfermedades crónico degenerativas. La estrategia de vacunación derivó en una reducción de contagios y ocupación hospitalaria, así lo informó la Secretaría de salud en las últimas semanas. Ahora, la incertidumbre por la vacunación de la población pediátrica frente al posible regreso a las escuelas permea en los padres de familia.
Conforme a lo establecido en los Ejes de Priorización de la Vacunación en México, “la asignación progresiva y la distribución gradual de vacunas disponibles podrán ser modificadas conforme cambie la disponibilidad de los biológicos, aumente la evidencia científica y se verifique la seguridad y eficacia de las vacunas disponibles”. Así, los resultados de estudios constantes favorecieron a una población cada vez más joven.
La especialista en epidemiología explicó que las pruebas de vacunación en su fase preclínica y clínica se dieron por partes, el primer grupo, al que se refirió la Secretaría de Salud para una primera edición de la política de vacunación, fue de 16 años hacia arriba y el grupo que posteriormente se sumó a las pruebas fue de 12 a 15 años, por tanto, el siguiente paso es garantizar la vacunación para niños y niñas de 0 a 11 años, lo cual, según la Asociación Mexicana de Vacunología, será posible al finalizar el presente año o antes.
“Yo sugiero que esperemos los resultados de estas investigaciones para tener certeza de hacia dónde vamos caminando, claro que todos quisiéramos que las vacunas fueran para todos porque estamos a punto, al menos en México, de iniciar el tema escolar… todos estamos interesados en que entre más rápido avancen estas investigaciones, podamos vacunar a estos pequeños”, expresó Rosana Trejo.
Un objetivo particular que se planteó en la política rectora de vacunación contra covid-19, es inmunizar al 95 por ciento de la población mexicana a partir de los 16 años. Sin embargo, aun con el aumento en el rango de edad, 13.2 millones de niños y niñas entre 6 y 11 años (de escolaridad primaria) tardarán en incluirse al panorama de inmunización, pese a la urgencia que ha planteado el Gobierno Federal de regresar a las aulas.
Según información publicada en 2019 por el Consejo Nacional de Población, los menores de 0 a 11 años de edad representan el 20 por ciento de la población mexicana. Al respecto, Trejo explicó que si vacunamos de los 12 años para arriba, población que comprende el mayor porcentaje de la pirámide poblacional, la transmisión disminuye y con ello baja muchísimo el riesgo de que los pequeños se infecten “es esto de la inmunidad del rebaño, entre menos casos primarios tengas de infección, menos casos secundarios vas a tener de contagio”.
El regreso a las aulas en un escenario donde la población de entre 6 y 11 años no esté vacunada, refirió Rosana Trejo, podría derivar en un muy buen resultado o en una catástrofe. “Si ya nos queda claro cómo se transmite (el SARS CoV-2), las escuelas tienen que tener sus protocolos de atención y no solamente poner un tapete sanitizante en la entrada, tomar la temperatura y ponerse gel, va más allá”.
Dijo que las condiciones en que se encuentren los salones de clase son un factor importante, “cómo están los salones, si tienen ventilación o no tienen ventilación natural, si no tienen habría que adecuarlas, creo que hoy es buen momento para que revisen su infraestructura, qué espacios van a tener para los niños y su atención”.
Remarcó también la importancia de la comunicación entre maestros y padres de familia, ser atentos ante los síntomas de riesgo del menor, notificar inmediatamente a la escuela si hay un positivo en casa y observar durante un periodo de incubación la respuesta del resto del grupo. “Las escuelas tienen que tener su plan de preparación ante el regreso de los niños, los niños no se pueden mantener tanto tiempo sin ir a la escuela”.
“El ‘SARS’ ya se quedó, está aquí, puede disminuir la propagación pero vamos a tener que aprender a vivir con él”, puntualizó.
Vacunación contra covid-19 en niños con cáncer
En cuanto a la vacunación en población con patologías, los Ejes de Priorización de la Vacunación en México también señalan que “un grupo considerado especialmente vulnerable, como la niñez que vive con cáncer, no podrá ser considerado para la vacunación mientras no se cuente con estudios y análisis específicos en menores de 16 años”.
En ese sentido, la doctora habló de una investigación personalizada sobre la validez que tendría la inmunización a un paciente cuyo sistema inmunológico está deteriorado; es decir, la efectividad que representa una dosis para el menor con índices anormalmente bajos de glóbulos blancos. “Todo depende de en qué momento se encuentren los pequeños, puede haber unos que se encuentren neutropénicos, sin ninguna protección de inmunidad, entonces la respuesta de la vacuna tampoco va a ser muy buena”, remarcó.
México no es el primer país que autoriza este esquema. A partir de mayo pasado comenzó a aprobarse en América y Europa el uso del biológico en personas a partir de los 12 años, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Polonia, Rumania y Dinamarca son solo algunos; sin embargo, en ninguno se ha autorizado su uso en niños más pequeños.
dmr