En México, 175 casos de pacientes trasplantados hace tres, seis o 9 años, se contagiaron con el virus y de estos 44 fallecieron debido a que la letalidad en este sector es del 25 por ciento, muy por encima del resto de la población, explicó José Salvador Aburto Morales, director general del Centro Nacional de Trasplantes.
Se trata de trasplantados, básicamente de riñón, que son más susceptible de desarrollar la enfermedad infecciosa porque están inmunosuprimidos, por eso, se les recomendó no salir de casa y se buscaron alternativas como llamadas telefónicas para darle seguimiento, incluso, para recibir el tratamiento con estrictas medidas de seguridad.
“Las entidades federativas más afectadas con la enfermedad fue ciudad de México, Puebla, nuevo León, Guanajuato, Jalisco, Coahuila, Hidalgo”, precisó.
Por ello, la donación y trasplantes de órganos en México se detuvo con esta contingencia y, sobre todo, desde abril debido a que la mayoría de los hospitales públicos y privados se reconvirtieron para hacer frente a la pandemia.
Los trasplantes de órganos y tejidos durante la pandemia cayeron en más de un 95 por ciento. Solo se llevaron a cabo trasplantes que resultaban urgentes, como los de córnea por ulceración.
Se determinó, dijo, postergar temporalmente el programa de trasplántales para garantizar la seguridad del paciente que antes de covid, requerían de áreas y espacios esterilizados, y con la actual pandemia esas medidas se volvieron aún más extremas para evitar contagios.
“Hubo países que no detuvieron los trasplantes y se enfrentaron a que esos pacientes adquirieron la enfermedad”, dijo, tras aclarar que a partir de agosto México comenzó a reactivar el programa.
Una reactivación lenta dado a que sigue habiendo camas ocupadas con pacientes covid en los hospitales, y un trasplante requiere de utilizar diversas áreas, terapia intensiva y otras zonas de hospitalización libres de cualquier tipo de virus.
¿Cómo sabes si un donador tiene covid?
El especialista dijo que el protocolo actual exige realizar pruebas PCR del coronavirus al donador voluntario y muchas veces la tardanza propicia que la familia, con lógica, se desespere porque ya desea llevarse o en su caso enterrar a su familiar.
Las pruebas también se hacen al receptor de donación, al equipo que va a intervenir, y los esos resultados, por la emergencia, demoran en salir.
No obstante, precisó en la actualidad se cuenta con un plan de reactivación de los programas de donación y trasplantes apegado a las políticas de la Secretaría de Salud y a la experiencia internacional.
“Se está considerando una transición gradual sujeta a la epidemiología de cada hospital, que garantice la seguridad de los receptores, de los donadores vivos y también del personal sanitario”.
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En la actualidad, comentó, se está llevando a cabo trasplantes de córnea, riñón y del hígado, básicamente, de donante vivo.
“Enfrentamos ahora un nuevo reto debido a que el virus afecta y daña los pulmones, propicia daño en otros órgano, y consideramos que se deben de abrir más programas por las secuelas que deja la enfermedad en esos órganos”, aclaró.
Sin embargo, a pesar de la adversidad de la pandemia por el virus, hoy más que nunca se debe de seguir estimulando la conciencia sobre la donación de órganos y tejidos confines de transplante. Además, animar a más personas a tomar la decisión de donar
En México se hacían más de 7 mil 500 trasplantes de órganos y tejidos, principalmente de riñón, córnea, hígado, corazón, y de tejido músculo-esquelético que rehabilita funciones perdidas de diversas personas.
En el país existen 23 mil personas en la lista de espera y este registro no contabiliza la totalidad de personas que lo requieren; solamente considera a los que ya se estudiaron pero hay más personas con problemas serios con falla renal.
bgpa