Catedral de Tlaxcala y conjunto conventual, las semillas del arte novohispano

Edición Fin de Semana

Este espacio, que forma parte de 15 monasterios en las laderas del volcán Popocatépetl, conserva elementos que detonaron las primeras expresiones artísticas de la Nueva España.

Catedral de Tlaxcala y conjunto conventual, las semillas del arte novohispano. (Andrés Lobato)
Rafael González
Puebla /

Erigido a partir de 1525, el Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala es la primera edificación de la región de estilo renacentista construida con mano de obra indígena, por lo que los expertos lo consideran la semilla del arte novohispano o virreinal en nuestro país; además, es la primera catedral en el continente americano.

Este espacio, que forma parte de un conjunto de 15 monasterios en las laderas del volcán Popocatépetl que fueron levantados por monjes franciscanos, dominicos y agustinos en la primera etapa de la llegada de los españoles, fue inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

Su valor estriba en que representa la unión del arte renacentista con elementos prehispánicos y porque se da la consolidación de la arquitectura de la Nueva España. Además, es un vestigio en perfecto estado de conservación de las construcciones que se levantaron después de la caída de Tenochtitlán. 

El coordinador de la Comisión Interinstitucional de Postulación del Conjunto Conventual de Tlaxcala ante la Unesco, José Antonio Aguilar Durán, resalta que al arribo de los franciscanos empezó la construcción de tres conventos y el de Tlaxcala es el único que queda en pie.

“Es el primer esfuerzo de las técnicas constructivas de lo que luego se haría en el resto del país, pero también para todo el continente, para el norte y sur. Ese es uno de los valores que tiene este lugar. Cuando tú visitas los otros 14 templos, ves una alta influencia en este en comparación con los otros. Aquí prácticamente fue un ensayo importante”.
Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcala. (Andrés Lobato)

Evoca que cuando “el Papa ordena levantar este convento dice: ‘Levántese un templo y eríjase en catedral’. Eso sí, podemos decir que fue la primera catedral en tierra firme en todo el continente”.

En tanto, el delegado del Centro INAH Tlaxcala, José Vicente de la Rosa Herrera, indica que la importancia de este espacio se da por su naturaleza material y su tipología arquitectónica. Además, a partir de él se diseminó el modo constructivo, materiales y mano de obra.

Subraya que en este sincretismo, los pobladores originarios tuvieron que aprender diversos oficios, por lo que se generó una gran riqueza, “aunque los frailes lo diseñaron y proyectaron, fueron los moradores quienes aportaron el colorido y talento”.

En cuanto al espacio ahora Patrimonio de la Humanidad, está conformado por tres partidos arquitectónicos, el que compone la Catedral, donde se encuentra el Museo Regional; y la zona de la Iglesia católica.

El delegado comenta que además de ser un lugar de culto religioso, también se puso en marcha un hospital, aunque no era típico que los conventos brindaran atención médica, “pero era el momento de las guerras y de dominación y diseñaron ese conjunto”. 

Por lo anterior, los conventos se convirtieron en un centro de enseñanza y de evangelización, “y también, en este caso, en un centro de comercio. Era una especie de granero de la región Puebla-Tlaxcala”.

Por la topografía de la zona, el delegado comenta que la construcción de la Torre Exenta, que se encuentra al frente, tuvo que realizarse de forma separada del conjunto: “Normalmente está adosada al partido arquitectónico del templo”.

Asimismo, menciona la presencia de la Capilla Poza, que se localiza del lado izquierdo, “y bajando por las escaleras está una Capilla Abierta, que normalmente está también (...) al lado de, pero aquí por alguna conformación se adaptó al terreno y está en la parte baja”.

En cuanto a los estilos, reporta una profusión de arte barroco, en especial, en los altares donde se encuentran volutas y movimientos en los diseños, así como un coro de mucho color:

 “Muy abigarrado es el estilo barroco que nos da esta riqueza en las formas, en el movimiento, en el colorido, pero un signo distintivo es que el altesudado de la techumbre está hecha toda en madera, que es de estilo mudéjar”.

Añade que se juntan, por lo menos, las tres grandes culturas madres de ese momento, “el talento y la riqueza de las culturas mesoamericanas con la mano obra de la península ibérica con todo este movimiento renacentista y lo que trae también España con siete siglos de presencia árabe en la península. El arte mudéjar que está aquí. Es una conjunción de estilos artísticos y arquitectónicos muy descriptiva de este sincretismo”.

 En ese sentido, anuncia que se realizan adecuaciones por el nombramiento de patrimonio de la Unesco: “Tenemos dos placas, una en cada extremo de los accesos. La primera con la descripción del sitio y la otra con un mapa de Muñoz Camargo, un gran historiador de esas épocas. Más que un mapa es un croquis del siglo XVI. La otra placa es por la Unesco”.

Los conventos se convirtieron en un centro de enseñanza y de evangelización. (Andrés Lobato)

Presentes, elementos de arte novohispano

Por su parte, José Antonio Aguilar Durán narra que la primera etapa de construcción de este recinto se concretó en la tercera década del siglo XVI

“Gran parte del templo, el claustro y una capilla, que estaba en la parte posterior y que se destruyó por un incendio en el siglo XVII”.

Además, las obras de la torre iniciaron en la quinta década y contrario a lo que se pensaba, no era un campanario sino “una torre de llamamiento. Además, hay que puntualizarlo, el conjunto se empieza a construir antes que la ciudad. Esta es la parte fundacional, a partir de San Francisco se funda la ciudad de Tlaxcala. Es la que marca el trazado (...) la ciudad está a sus pies”. 

Rememora que el Conjunto Conventual Franciscano se edifica en diferentes etapas, “pero las más significativas del siglo XVI son el claustro, el templo, el primer hospital, el hospital de la Encarnación, del Nuevo Mundo, el artesanado, el techo de madera, la Torre Exenta, la Capilla del Rosario”.

En ese sentido, se trata del único convento que cuenta con dos atrios, uno alto y otro bajo, por lo que en este último se construye la plaza de toros, ya que en 1546 se hizo la primera vacada con reses bravas en el Nuevo Mundo para lo cual es traído ganado de Europa: 

“Se hace un 15 de agosto en honor de la Virgen de la Asunción, que es la virgen de este lugar”.

Además, dentro de los usos del convento se encuentra el haber sido cuartel militar y cárcel

“En 1582 ya estaba la traza del convento”. Entre los atractivos de este espacio religioso también se encuentra el remate del retablo, donde la figura principal no es un santo sino unos indígenas que son bautizados: “Es (Hernán) Cortés con los franciscanos bautizando a unos indígenas”.
En los altares se encuentran volutas y movimientos en los diseños; características del arte barroco. (Andrés Lobato)

Otro de los puntos llamativos es el alfarje, la capilla austera donde se encuentra un Cristo novohispano fabricado con pasta de caña: “Mide más de cuatro metros y pesa diez kilos. Es una muestra de los cristos novohispanos de finales del siglo XVI. Dice la tradición que fue un regalo de Hernán Cortés a la Catedral”.

De acuerdo con Aguilar Durán, en la Capilla de la Tercera Orden se localiza una pila bautismal, “donde se dice que fueron bautizados los indígenas y del lado derecho hay un púlpito que dice: ‘Primer púlpito en el Nuevo Mundo’; otra leyenda que dice: ‘Aquí se inició el Santo Evangelio en el Nuevo Mundo’”.

Asimismo, la Torre Exenta se hizo a similitud de la de Jerusalén con la Torre de David: “Cuando llegaron aquí querían hacer una nueva Jerusalén. En todos los templos las torres y las capillas pozas estaban en las esquinas porque estaban amuralladas, esta no, está a un cuarto de distancia de la esquina”.

También acota que la llamada Capilla Abierta en realidad era la Capilla del Rosario, “que fue la capilla del Santo Sepulcro y que fue la capilla que se denomina el humilladero, donde antes de entrar los fieles hacían actos de humildad y luego entraban a la iglesia”.

Además, la mayoría de los muros fueron construidos con piedra nueva combinada con piedra reutilizada de construcciones prehispánicas; por ello, afirma Aguilar Durán, en la parte superior del muro se encuentran figuras de pirámides, como relieves.

Por último, señala que a diferencia de otros edificios, este carece de contrafuertes porque desde el inicio proyectaron que el templo fuera de madera para que fuera este quien detuviera a los dos muros.

La Catedral de Tlaxcala y conjunto conventual fue inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. (Andrés Lobato)

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